Seguridad intimidatoria
Las autoridades deben garantizar un modelo policial que sea efectivo, sin limitar los derechos
Los proleg¨®menos de la concentraci¨®n prevista para hoy en la Puerta del Sol de Madrid, y en otras ciudades, para conmemorar el aniversario del 15-M, hacen albergar algunas dudas sobre la estrategia de seguridad de las autoridades gubernativas. El miedo a que un estallido de violencia pueda empa?ar la imagen de Espa?a en un momento tan delicado para la econom¨ªa planea sobre este acontecimiento.
La ciudadan¨ªa entiende e incluso exige que no se permitan actos vand¨¢licos como los protagonizados en Barcelona por una minor¨ªa de exaltados tras la manifestaci¨®n pac¨ªfica del pasado 29-M. Pero las Fuerzas de Seguridad deben contar con informaci¨®n e instrumentos para evitarlos y reprimirlos sin mermar el derecho de los ciudadanos a expresar pac¨ªficamente su discrepancia y su cr¨ªtica.
Los antecedentes no son alentadores. Las sobreactuaciones policiales en Valencia en marzo y los operativos desplegados por el consejero Felip Puig en Catalu?a indican que las autoridades no acaban de encontrar un modelo de seguridad efectivo, respetuoso con el derecho de manifestaci¨®n y, adem¨¢s, razonable: no parece proporcionado quecon motivo de una reuni¨®n del Banco Central Europeo en Barcelona se suspendiera el Tratado de Schengen y la ciudad fuera tomada por 8.000 polic¨ªas.
Los ¨²ltimos operativos muestran una tendencia a sustituir la prevenci¨®n inteligente y el control de los violentos por una gesticulaci¨®n intimidatoria que alimenta el miedo en la poblaci¨®n. Se prefiere exhibir o aplicar la fuerza sin m¨¢s, en vez de las tareas de informaci¨®n previa y la gesti¨®n racional y tranquila del orden p¨²blico. Ante la cita en Sol,
no se sabe si lo que se quiere es evitar la acampada o asustar con la idea de que habr¨¢ violencia, para ahogar as¨ª el renacimiento del 15M. La criminalizaci¨®n de cualquier protesta es precisamente lo que m¨¢s atrae a los grupos dispuestos a buscar cualquier resquicio donde desplegar sus instintos violentos.
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