Rigor auton¨®mico
El pacto de respeto al tope de d¨¦ficit forjado con el Gobierno central es una buena noticia
El compromiso de las comunidades aut¨®nomas en la pol¨ªtica de saneamiento de las finanzas p¨²blicas, y m¨¢s concretamente en el cumplimiento del tope al d¨¦ficit cifrado en el 1,5% del PIB para este a?o, es una noticia que deber¨ªa contribuir a reducir la tensi¨®n a que se ve sometida la deuda soberana espa?ola en los mercados internacionales. Pero como cada paso que se da en el ajuste del d¨¦ficit descubre nuevas desviaciones en las cuentas p¨²blicas, resulta que la Comunidad de Madrid ha revisado al alza el d¨¦ficit anunciado, que era del 1,1% del PIB y fue expuesto como un gran triunfo de la gesti¨®n del Gobierno de Esperanza Aguirre. El d¨¦ficit real es unos 2.000 millones m¨¢s elevado y se sit¨²a en el 2,2% del PIB. En situaci¨®n parecida est¨¢ Valencia, con una desviaci¨®n al alza de 870 millones.
Estas imprecisiones o falta de rigor en la contabilidad auton¨®mica obligar¨¢n probablemente a una nueva revisi¨®n del d¨¦ficit p¨²blico de 2011, elevado por el equipo econ¨®mico de Rajoy al 8,51% del PIB. Estas desviaciones y errores, intencionados o no, no contribuyen a elevar la credibilidad de la econom¨ªa espa?ola, da?ada entre otras cosas por la confusi¨®n que existe en torno al d¨¦ficit y deuda auton¨®micos.
En t¨¦rminos globales, el ajuste al que se comprometieron el jueves los Gobiernos aut¨®nomos, con el visto bueno del Gobierno, supera los 18.000 millones, cantidad superior a los 16.000 millones inicialmente calculados. Es un esfuerzo notable, asumido por todas las autonom¨ªas (incluidas las que exhiben Ejecutivos de distinto color al del Gobierno central), salvo inicialmente por una, la de Asturias, lo que lo dota de una muy buena carta de presentaci¨®n ante nuestros socios de la UE y ante los mercados. Hay que reconocer al Gobierno el m¨¦rito de haber activado e intensificado la pol¨ªtica de estabilidad.
Tambi¨¦n figura alg¨²n exceso y alguna carencia. Entre aquellos, las amenazas por v¨ªa de una mera nota de prensa a comunidades de Gobierno discrepante, como la asturiana. Entre las carencias, la dificultad de evaluar la exactitud de los programas de reequilibrio plurianuales, algunos de los cuales son exhaustivos y otros, m¨¢s escuetos. La previsi¨®n de ingresos puede haber pecado de optimista, tanto por su componente fiscal, d¨¦bil en etapa recesiva, como por el de las desinversiones, de inmuebles y empresas p¨²blicas. Y en cuanto a los gastos, la ausencia de memorias econ¨®micas ministeriales dignas de tal nombre para justificar los recortes sanitarios y educativos, deja los resultados de estos a conseguir por las autonom¨ªas, al albur de m¨²ltiples azares.
As¨ª que las buenas noticias deben mejorarse. Para lograrlo, convendr¨ªa repensar la arquitectura institucional de la reci¨¦n estrenada ley. Pero en lo inmediato podr¨ªan introducirse mejoras por la v¨ªa pr¨¢ctica. Como los hispabonos o la creaci¨®n de un consejo independiente que evaluase los programas auton¨®micos con total precisi¨®n, y un rendimiento de cuentas peri¨®dico y continuo al Senado, como C¨¢mara de vocaci¨®n federal que a¨²n no es.
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