No al pecado de orgullo
Rajoy se enga?a a s¨ª mismo al decir que Espa?a es capaz de superar por s¨ª sola la crisis de su sistema bancario
Viejo admirador de la ¡°transici¨®n democr¨¢tica¡±, eterno partidario de la Espa?a europea, buen conocedor ¡ªal menos, as¨ª lo creo¡ª de la econom¨ªa ib¨¦rica, me permito dirigir a mis amigos espa?oles varias observaciones y varios consejos nacidos de un esp¨ªritu de solidaridad:
- ?La UE necesita a una Espa?a din¨¢mica, fuente de un equilibrio norte-sur vital para el continente y, gracias a la hispanidad, cabeza de puente irremplazable hacia Estados Unidos y Latinoam¨¦rica. Adem¨¢s, ayudar a la recuperaci¨®n de la Pen¨ªnsula no es una obligaci¨®n derivada ni de una caridad bien entendida ni del simple miedo ante los estragos causados por el euro.
- ?Espa?a no es Grecia. Tras haber tardado en comprender la violencia de la crisis de 2008-2009, que explica el fabuloso crecimiento de los a?os anteriores, el pa¨ªs, con todos sus dirigentes, ha empezado a hacer esfuerzos de recuperaci¨®n considerables. Las primeras medidas tomadas por el Gobierno de Zapatero, la cura de austeridad decidida por el Gobierno de Rajoy, el compromiso de las ¨¦lites econ¨®micas, la comprensi¨®n de los responsables sindicales, el apoyo de los grandes medios de comunicaci¨®n, son se?ales que los europeos, en su conjunto, han sabido valorar, y que solo tienen comparaci¨®n posible con la Italia de Monti.
- ?Pero se impone la lucidez. El esfuerzo gigantesco que est¨¢n haciendo los bancos para limpiar los estigmas de la burbuja inmobiliaria est¨¢ alcanzando su l¨ªmite: ya se han ofrecido las reservas financieras de las mejores instituciones, pero corren el riesgo de ser insuficientes. El dinero p¨²blico comprometido por el Estado a trav¨¦s del FROB no puede multiplicarse hasta el infinito, teniendo en cuenta las presiones que ejerce el mercado sobre la deuda soberana espa?ola. En cuanto a la revisi¨®n de los activos bancarios exigida por los poderes p¨²blicos y encargada a dos auditores extranjeros, ser¨¢ inevitable que llegue a la conclusi¨®n de que se necesitan nuevas provisiones; ?c¨®mo, si no, pueden justificar esos dos ¡°jueces de paz¡± los sustanciales honorarios que sin duda est¨¢n negociando?
- ?Lo ¨²nico que puede enderezar el sistema bancario espa?ol es una intervenci¨®n del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Para este organismo, dotado con 500.000 millones de euros, poner sobre la mesa entre 50.000 y 100.000 no es un problema invencible. Se trata de suscribir, directamente o a trav¨¦s de un veh¨ªculo ad hoc controlado por el Estado, unas acciones preferentes en todos los bancos espa?oles. Gracias a esa entrada de capital, los bancos recobrar¨¢n la libertad de actuaci¨®n que les falta y podr¨¢n sostener la reactivaci¨®n de la econom¨ªa. Una vez que haya vuelto la prosperidad, los establecimientos bancarios reembolsar¨¢n esas acciones preferentes con el m¨¢ximo beneficio para el prestamista europeo.
- ??Qu¨¦ obst¨¢culo impide esta actuaci¨®n tan sensata? El exceso de orgullo del Gobierno de Rajoy, que afirma en voz muy alta que Espa?a es capaz de superar por s¨ª sola la crisis de su sistema bancario. Eso es enga?arse a s¨ª mismo: lo saben todos los expertos y todos los profesionales. La elecci¨®n es sencilla. O el Gobierno controla su pecado de orgullo y negocia ya un acuerdo con los socios y las instituciones europeas, todos amigables, solidarios y bienintencionados, de forma que habr¨¢ un buen clima, o el deseo de salvarse por su cuenta perdurar¨¢ y dentro de tres meses ser¨¢ necesario hacer una operaci¨®n de urgencia. Ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s penalizadora, porque los europeos querr¨¢n hacer pagar a Madrid su ilusoria y costosa decisi¨®n de actuar por su cuenta.
La principal decisi¨®n que puede usted tomar, se?or Rajoy, es f¨¢cil: no ceda al pecado de orgullo.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguz Tapia
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