?De nuevo ¡®nihil obstat¡¯?
Es urgente que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola se serene, porque su actual actitud de censura y de intromisi¨®n en cuestiones en las que es totalmente incompetente, est¨¢ causando muchos desperfectos. A quienes creemos en las directrices del Concilio Vaticano II y muy poco o nada en las actuales, que objetan ¡°en conciencia¡± cuestiones tan importantes como la asignatura de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa o expresan opiniones dogm¨¢ticas en temas como las c¨¦lulas troncales o la naturaleza del cigoto, la manera de proceder de algunas autoridades religiosas nos parece totalmente improcedente.
Ahora mismo, en apenas cinco meses, varios cardenales, arzobispos y un obispo han prohibido o intentado prohibir pronunciar en sus di¨®cesis unas conferencias del director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid, doctor Juan Jos¨¦ Tamayo Acosta.
El de Palencia se opuso a una intervenci¨®n suya precisamente en su lugar de nacimiento, demostrando, am¨¦n de autoritarismo e intolerancia, falta de hospitalidad. Despu¨¦s de otros malos precedentes, viene ahora el arzobispo de Asturias, que acaba de prohibir que pronuncie en la Casa de la Iglesia de su di¨®cesis una conferencia titulada El di¨¢logo interreligioso, alternativa a los fundamentalismos.
Es una pena que no lo hayan escuchado, porque se refer¨ªa, entre otros, al fundamentalismo religioso, que convierte la creencia, basada siempre en el amor y la perplejidad por la existencia humana, en enfrentamiento y rencor en lugar de conversaci¨®n y conciliaci¨®n.
El profesor Juan Jos¨¦ Tamayo conoce bien el verso maravilloso de Pedro Salinas que dec¨ªa que ¡°el deber supremo es seguir¡±. Estoy seguro de que todos nos beneficiaremos de que siga, all¨ª donde le dejen, impartiendo su magisterio en favor de la comprensi¨®n y la palabra.¡ª Federico Mayor Zaragoza.
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