Una mirada desde el exterior
Espa?a posee todas las condiciones para pasar del mundo de ayer al de hoy
Se dice con acierto que, a veces, la distancia puede aportar un juicio m¨¢s ponderado de los acontecimientos que transcurren en tu propio pa¨ªs. Desde esa perspectiva se aprecia que Espa?a vive un per¨ªodo sensiblemente convulso; un momento de su historia de dif¨ªcil definici¨®n. Espa?a, como los restantes pa¨ªses europeos, est¨¢ sufriendo el mismo desaf¨ªo de adaptarse a este mundo global de comienzos del siglo XXI. Hoy nada de lo que ocurre puede entenderse o hacerse sin la influencia de lo exterior y de las profundas transformaciones a las que est¨¢ sometido un mundo en cambio acelerado. Estamos, como dice Jeremy Rifkin, en el comienzo de la tercera revoluci¨®n industrial. El modelo social, cultural, econ¨®mico y energ¨¦tico est¨¢ sufriendo profundas transformaciones y el mundo pol¨ªtico deber¨ªa adaptarse a estos procesos, aunque son muchos los que siguen empe?ados en defender modelos e instrumentos del pasado, mientras estamos ante un nuevo espacio p¨²blico-privado.
En estas circunstancias Espa?a es objeto de atenci¨®n e inter¨¦s. Nuestro exitoso salto hacia adelante en materia pol¨ªtica y econ¨®mica de los ¨²ltimos treinta a?os parece tambalearse. Y muchos son los agoreros que nos echan en cara: ¡°?ya lo dec¨ªamos nosotros, el ¨¦xito espa?ol no era sostenible!¡± Pues bien, ni estamos en aquel tiempo de ¡°Espa?a va bien¡±, ni tampoco ahora en el que ¡°Espa?a va muy mal¡±. Es indudable que la pol¨ªtica de exacerbada austeridad que aplica el Gobierno y las ¨²ltimas decisiones de reducir al m¨ªnimo el Estado del Bienestar no ayudan a crear confianza ni en el interior ni en el exterior y prolongar¨¢n el ciclo recesivo. Todos esperamos que bajo el impulso del nuevo presidente de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Hollande, las cosas cambien en Europa y, de una Europa monetaria y financiera, pasemos a una Europa pol¨ªtica, econ¨®mica y social, donde el crecimiento y el desarrollo vuelvan a figurar como prioritarios en las conclusiones y decisiones de Bruselas.
A veces se nos olvida que Espa?a figura entre las treinta econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras de los 193 Estados de Naciones Unidas. Adem¨¢s, poseemos importantes activos, muchos de ellos p¨²blicos y logrados en el per¨ªodo de los gobiernos del Presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Tenemos un territorio bien articulado y dotado de infraestructuras p¨²blicas de vanguardia que van desde la red de alta velocidad hasta modernos puertos y aeropuertos¡ Somos una potencia en innovaci¨®n y desarrollo. Nos hemos preparado para estar en primera l¨ªnea de salida y afrontar el cambio de modelo econ¨®mico de esa tercera revoluci¨®n industrial. Nuestras empresas de energ¨ªas renovables y de tratamiento de aguas figuran entre las primeras posiciones del ranking mundial. Hace unos d¨ªas, en la Cumbre Global del Agua en Roma, constat¨¦ con orgullo que varias compa?¨ªas espa?olas figuraban entre las m¨¢s competitivas y tecnol¨®gicamente avanzadas. Espa?a cuenta tambi¨¦n con una sociedad din¨¢mica, madura y con voluntad participativa, como lo demuestra el movimiento del 15-M o lo que se ha denominado la Spanish revolution. Qu¨¦ decir de nuestra lengua y cultura, y no solamente por la atracci¨®n tur¨ªstica que sigue aumentando cada a?o, sino por su capacidad de proyecci¨®n, donde la creatividad y la innovaci¨®n espa?olas y de lo espa?ol siguen movilizando a cientos de millones de personas. Qu¨¦ pa¨ªs puede vanagloriarse de ¨¦xitos culturales o deportivos como el nuestro. C¨®mo no sentir orgullo cuando escuchas en los viajes hablar de la capacidad y el prestigio de nuestro monarca, que no s¨®lo ha sido decisivo para lograr el contrato m¨¢s sustancioso de la ¨²ltima d¨¦cada, el AVE Meca-Medina, sino que est¨¢ siempre atento y dispuesto a trabajar para que se desarrollen nuestros valores pol¨ªticos e intereses econ¨®micos en el exterior.
Hoy nadie puede formular una pol¨ªtica interior sin conceptualizar su pol¨ªtica exterior
La marca Espa?a, que con acierto el ministro Garc¨ªa Margallo quiere reforzar y proyectar, ya existe. Ahora la tarea que queda por hacer es mucho m¨¢s profunda, porque tenemos que cambiar el sentimiento de pesadumbre que parece haberse instalado en nuestra sociedad con pol¨ªticas y declaraciones negativas y catastrofistas. Tenemos que recuperar y proyectar al exterior el tradicional ¨¢nimo vitalista, optimista y positivo que nos caracteriza. Desde un marco pol¨ªtico de m¨¢xima participaci¨®n y di¨¢logo, y con un liderazgo democr¨¢tico y colectivo, de integraci¨®n inter-generacional, como propuso ¡°Mucho PSOE por hacer¡±.
Creo necesario tambi¨¦n dotar de mesura toda nuestra acci¨®n exterior. Coincidimos en que la salida de la crisis es una salida por el exterior, algo obvio, pues como dije al comienzo de estas l¨ªneas, hoy nadie puede formular una pol¨ªtica interior sin conceptualizar su pol¨ªtica exterior. Por ello, es un craso error reducir, como se ha hecho, el presupuesto del ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n. Nuestra representaci¨®n exterior necesita hoy m¨¢s que nunca redoblar sus esfuerzos por acompa?ar y promocionar a las empresas espa?olas. El voluntarismo y la excelente calidad de nuestros diplom¨¢ticos son condiciones necesarias, pero no suficientes, para competir con menos recursos que otros pa¨ªses de dimensiones y peso similar al nuestro. Tampoco se pueden justificar los recortes que eliminan pr¨¢cticamente todo el patrimonio de nuestra cooperaci¨®n al desarrollo, pues no s¨®lo responde a un compromiso ¨¦tico-moral, sino que la lucha contra el hambre y la pobreza debe seguir siendo una de las se?as de identidad del caudal solidario de la sociedad espa?ola. Sus instrumentos ayudar¨ªan a la apertura de nuevas oportunidades en regiones que, como el continente africano, inician su progreso y desarrollo.
Desde el exterior, desde Qatar, pa¨ªs que sintetiza en estos momentos el s¨ªmbolo de la globalizaci¨®n, se puede observar con perspectiva que Espa?a posee todas las condiciones para pasar del mundo de ayer al mundo de hoy siempre que se tomen decisiones pol¨ªticas y econ¨®micas acertadas, y no se depaupere e ignore el papel y la relevancia de Espa?a en el mundo.
?Miguel ?ngel Moratinos fue ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n.
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