La cat¨¢strofe de Bankia
La gesti¨®n de la crisis de la entidad no aplaca las dudas europeas y empeora la solvencia espa?ola
La crisis de Bankia se ha convertido en la quiebra bancaria peor gestionada pol¨ªticamente de la historia espa?ola. La nacionalizaci¨®n del grupo, la sustituci¨®n r¨¢pida de sus gestores y la aparici¨®n de un agujero que no deja de crecer (calculado hoy en m¨¢s de 23.000 millones), junto con la elevada probabilidad de que esa aportaci¨®n de capital se haga mediante deuda p¨²blica, ha llevado a la prima de riesgo por encima de los 510 puntos b¨¢sicos, a las acciones de Bankia a perder el 26% en su regreso a la cotizaci¨®n y a una ca¨ªda generalizada de los valores bancarios que preludian un agravamiento notable de la crisis econ¨®mica y financiera. Los ciudadanos no entienden la cat¨¢strofe de Bankia, quiz¨¢ porque nadie ha intentado explic¨¢rsela; y lo que menos entienden es que, sin exigencia alguna de responsabilidades a los gestores, se inyecten 23.000 millones de dinero p¨²blico en una entidad bancaria.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, alarmado por la cr¨ªtica situaci¨®n del sistema financiero y el evidente riesgo de intervenci¨®n que implica un diferencial de deuda de 510 puntos, compareci¨® ayer para tranquilizar a los ciudadanos y a los mercados. No parece que lo consiguiera. M¨¢s bien al contrario, tras su intervenci¨®n, la prima de riesgo, que hab¨ªa moderado su escalada, volvi¨® a subir con fuerza y la Bolsa intensific¨® su ca¨ªda. No es de extra?ar, porque sus mensajes fueron gen¨¦ricos y poco convincentes, prueba de que el Gobierno tiende peligrosamente hacia la resignaci¨®n. Su interpretaci¨®n de que el diferencial de deuda espa?ol no tiene ¡°nada que ver¡± con las decisiones sobre Bankia contradice la evidencia y confirma que el equipo econ¨®mico est¨¢ subestimando las consecuencias de este episodio. Su afirmaci¨®n tajante de que no habr¨¢ ¡°rescate europeo de la banca espa?ola¡± no deja de ser una proclama enf¨¢tica sin base.
El presidente deber¨ªa explicar de d¨®nde proceder¨¢ el dinero p¨²blico necesario para capitalizar Bankia y el resto de las entidades intervenidas. Dado que no hay dinero en el Frob, si se paga con deuda la solvencia del Reino de Espa?a da otro paso hacia la intervenci¨®n. La soluci¨®n ¨®ptima ser¨ªa que el Fondo de Rescate Europeo inyectase directamente en los bancos el capital p¨²blico requerido, pero hoy no es legal. Si Rajoy quer¨ªa tranquilizar a los mercados, a los espa?oles y a Bruselas, que ve con estupefacci¨®n c¨®mo cada d¨ªa que pasa son m¨¢s grandes el d¨¦ficit y el agujero bancario, deber¨ªa haber explicado c¨®mo piensa negociar la entrada de capital europeo en los bancos espa?oles o, si no admite la intervenci¨®n, c¨®mo evitar¨¢ que la deuda para pagar la crisis se convierta en otro clavo en el ata¨²d de la econom¨ªa espa?ola.
Por supuesto que el BCE debe actuar con contundencia para evitar que se dispare el diferencial en Espa?a e Italia mientras se resuelven las crisis bancarias internas. Pero la gesti¨®n de los Gobiernos nacionales cuenta, y mucho. Y el de Espa?a pierde credibilidad a chorros, superado abrumadoramente por los acontecimientos. Sus recetas gen¨¦ricas causan inquietud en los inversores, mientras los ciudadanos rechazan el silencio pol¨ªtico sobre Bankia. Entienden, con raz¨®n, que deben explicarse en el Parlamento los gestores de Bankia, su Consejo de Administraci¨®n, la Comunidad de Madrid, por su intervenci¨®n en el Consejo, los reguladores (Econom¨ªa y Banco de Espa?a), que se equivocaron con la estrategia de fusiones y de salida a Bolsa, y los auditores del grupo, que no se enteraron de que los beneficios eran p¨¦rdidas.
Hay que depurar esta cadena de responsabilidades. Solo as¨ª se demostrar¨¢ que Espa?a, como asegura Rajoy, es un pa¨ªs serio y se podr¨¢ restaurar la confianza. Por eso es imprescindible la comisi¨®n de investigaci¨®n en el Congreso. Sin descartar, claro, las acciones judiciales que estimen oportuno iniciar los accionistas.
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