Bob Dylan, a su aire en la Casa Blanca

Bob Dylan hizo gala de su particular car¨¢cter esquivo durante la entrega de las Medallas de la Libertad que ayer por la tarde tuvo lugar en la Casa Blanca. Ni las elogiosas palabras que le dedic¨® el presidente Barack Obama ni la solemnidad del acto lograron cambiar un ¨¢pice el gesto avinagrado del cantante, parapetado durante toda la ceremonia tras unas gafas de sol.

La Medalla de la Libertad es el m¨¢ximo honor civil en Estados Unidos que la Casa Blanca otorga cada a?o a personalidades que se han destacado a lo largo de sus vidas por defender los derechos civiles y las libertades p¨²blicas en la sociedad. Adem¨¢s de Dylan, entre los 13 galardonados se encontraban la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, la premio Nobel de Literatura Toni Morrison o el expresidente de Israel y premio Nobel de la Paz, Simon Peres, que no pudo estar presente en el acto.

Obama brome¨® sobre el hecho de que su tierra natal, Minesota, era demasiado fr¨ªa para iniciar la revoluci¨®n. Todos rieron la ocurrencia, salvo el cantante

Obama estuvo muy cari?oso con todos los premiados de quienes destac¨® que ¡°con sus acciones han cambiado nuestra vida para mejor. A m¨ª me han servido de inspiraci¨®n en numerosas ocasiones, espero que sigan siendo un ejemplo para generaciones futuras¡±. El presidente trat¨® de incluir referencias a an¨¦cdotas divertidas o curiosas de los homenajeados en los discursos de presentaci¨®n de cada uno de ellos, probablemente para ayudarles a calmar su nerviosismo y a distender el ambiente que rodea a un acto tan emotivo para los premiados. De nuevo, triunf¨® en su prop¨®sito con todos menos con Dylan. Obama brome¨® sobre el hecho de que su tierra natal, Minnesota, era demasiado fr¨ªa para iniciar la revoluci¨®n. Todos rieron la ocurrencia, salvo el cantante que se mantuvo imp¨¢vido.

Dylan tambi¨¦n fue el ¨²ltimo en recibir su condecoraci¨®n, pero si se fij¨® en c¨®mo los dem¨¢s aguardaban a recibir el premio junto al presidente, no lo demostr¨® en absoluto. Cuando se anunci¨® su nombre, se plant¨®, enfundado en un traje negro con hebillas en los bolsillos y coronado por una pajarita, delante mismo de Obama, d¨¢ndole la espalda. El presidente, sorprendido, no pudo ocultar una sonrisa de circunstancias. Con la medalla al cuello, el cantante palme¨® t¨ªmidamente la espalda del Jefe del Estado. Fue el ¨²nico gesto de afecto que dej¨® entrever.

Dylan se plant¨® delante mismo de Obama, d¨¢ndole la espalda

El presidente estuvo especialmente atento con Pat Summit, la entrenadora con m¨¢s t¨ªtulos de la historia del baloncesto femenino, que ha tenido que precipitar su retirada este a?o al serle diagnosticado un principio de Alzheimer, y con Albright. Este record¨® la entereza con la que la ex secretaria de Estado de Bill Clinton hizo frente a los ep¨ªtetos que recibi¨® por parte de dictadores como Sadam Husein o Slobodan Milosevic, a los que, seg¨²n Obama, siempre supo responder con inteligencia. ¡°Husein te llam¨® serpiente y al d¨ªa siguiente luc¨ªas un broche de ese animal¡±, coment¨® el presidente. Todos se rieron con la an¨¦cdota. Queda la duda de Dylan. Las c¨¢maras no lo enfocaron.