George Bush vuelve a la Casa Blanca, pintado en un cuadro

¡°Ahora todo comienza y acaba con un George W.¡±. S¨®lo con una broma as¨ª pod¨ªa celebrar el anterior presidente la inclusi¨®n de su retrato en la galer¨ªa presidencial de la Casa Blanca. Efectivamente, ahora la colecci¨®n, con 43 lienzos, comienza con George Washington y acaba con George Walker, Bush. ¡°Primera dama, muchas gracias por invitar a estos amigos pendencieros a que vean c¨®mo me cuelgan¡±, le dijo Bush a Michelle Obama, haciendo notar las diferencias entre sus modos y los de sus compa?¨ªas y los del cerebral presidente en activo.

Despu¨¦s de una larga ausencia, volv¨ªa el vaquero de Tejas a la Casa Blanca, a hacer gala de su car¨¢cter campechano y a darle un respiro a Barack Obama de la fren¨¦tica campa?a electoral. El hombre que hizo de su oposici¨®n a Bush, y todo lo que representaba, el grueso de su campa?a en 2008, tuvo ayer palabras conciliadoras para su predecesor. ¡°Puede que tengamos nuestras diferencias pol¨ªticas, pero la presidencia trasciende esas divisiones¡±, dijo Obama. ¡°Con el cambio de Gobierno, George, t¨² hiciste un gran esfuerzo por hacer la entrega de poderes lo m¨¢s f¨¢cil posible¡±.

El responsable de los retratos es John Howard Sanden, de Tejas, que es conocido por sus pinturas de empresarios y de l¨ªderes religiosos. El pago por los cuadros lo ha efectuado la fundaci¨®n George B. Hartzog Jr. White House Acquisition, que los ha donado a la Casa Blanca. Bush eligi¨® al artista en 2010, y ¨¦ste tard¨® un a?o en acabar su lienzo. Pint¨® a la primera dama posteriormente.

El cuadro muestra al expresidente de pie, con traje gris y corbata con motivos azules, en el Despacho Oval. Tras ¨¦l, Bush pidi¨® que se incluyera otro cuadro, uno de sus favoritos, obra del ilustrador W. H. D. Koerner y titulado ¡®A charge to keep¡¯, que muestra a un misionero metodista predicando en misi¨®n de evangelismo en el Oeste norteamericano, en el siglo XIX.

Y, ?aparte de para la posteridad, para qu¨¦ servir¨¢ este lienzo? El propio Bush tiene la respuesta: ¡°Me parece estupendo, se?or presidente, que cuando pasee por estas salas, mientras tenga dudas sobre las decisiones m¨¢s duras, a partir de ahora pueda mirar este retrato y preguntarse, ?qu¨¦ har¨ªa George?¡±. Curiosa elecci¨®n de palabras, viniendo del hombre que invadi¨® Afganist¨¢n e Irak, las dos guerras a las que Obama ha puesto final.