Tr¨¢fico de menores

Guinea ecuatorial es uno de los principales destinos, dentro del continente africano, para los menores sometidos a trabajos forzosos. Los ni?os y ni?as son reclutados y transportados desde los pa¨ªses vecinos, principalmente Nigeria, Ben¨ªn, Camer¨²n y Gab¨®n, y obligados a trabajar como siervos dom¨¦sticos, en los mercados, como vendedores ambulantes o lavanderos. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas son explotadas en Malabo y Bata donde la creciente industria petrolera est¨¢ creando una alta demanda de mano de obra barata y explotaci¨®n sexual. Mujeres y ni?as de Camer¨²n, Ben¨ªn y otros pa¨ªses cercanos son captadas para trabajar en Guinea ecuatorial pero terminan obligadas a prostituirse.

Esto es solo un ejemplo, porque el n¨²mero de menores v¨ªctimas del tr¨¢fico que son forzados a trabajar o explotados sexualmente en ?frica sigue creciendo seg¨²n el Informe del Departamento de Estado de los EEUU sobre el tr¨¢fico humano, de 2011.

Fotografia de una de las campa?as de IOM en Sud¨¢frica.

El tr¨¢fico y trata de menores es un negocio que mueve miles de millones de d¨®lares y que afecta a pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses del mundo ¨Ctanto como fuente como destino del tr¨¢fico. La crisis econ¨®mica en la que supuestamente estamos inmersos ha agravado este fen¨®meno. Seg¨²n la Oficina de la Naciones Unidas contra las drogas y el crimen organizado (UNODC), se estima que unos 130.000 individuos, muchos de ellos menores de edad, son v¨ªctimas de este negocio cada a?o ya sea por motivos sexuales o de explotaci¨®n laboral, en ?frica subsahariana.

El Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y ni?os, de Naciones Unidas, la define como ¡°la captaci¨®n, el transporte, el traslado, la acogida o la recepci¨®n de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacci¨®n, al rapto, al fraude, al enga?o, al abuso de poder o de una situaci¨®n de vulnerabilidad o a la concesi¨®n o recepci¨®n de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotaci¨®n. Esa explotaci¨®n incluir¨¢, como m¨ªnimo, la explotaci¨®n de la prostituci¨®n ajena u otras formas de explotaci¨®n sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las pr¨¢cticas an¨¢logas a la esclavitud, la servidumbre o la extracci¨®n de ¨®rganos¡±.

Esta definici¨®n es importante porque en muchas partes de ?frica el uso de menores se produce con el consentimiento de los padres o, incluso, de los ni?os y ni?as. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses del continente, la pobreza extrema, el alto n¨²mero de hijos, la falta de oportunidades educativas, el desempleo, el bajo estatus del que gozan mujeres y menores, la ignorancia¡­ crean las condiciones que facilitan este tipo de pr¨¢cticas.

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La falta de datos fiables en este campo dificulta el conocimiento del verdadero alcance del fen¨®meno y la b¨²squeda de medidas efectivas que ayuden a terminar con ¨¦l. Este es un problema que ya puso de manifiesto UNICEF en su Informe de 2002 titulado Child Trafficking in West Africa. 10 a?os m¨¢s tarde, el problema persiste.

Los menores y sus familias son enga?ados, como siempre suele suceder en estos casos, con la promesa de una vida mejor. Es as¨ª como se explica la explotaci¨®n de cientos de miles de menores cada a?o. Ni?os y ni?as a los que se les priva de su derecho a la educaci¨®n, a la salud, a crecer en el seno de una familia y a la protecci¨®n contra los abusos y que se convierten en una fuente de ingresos y negocio para los traficantes.

El informe del Departamento de Estado de los EEUU dice que en Camer¨²n, por ejemplo, los intermediarios suelen transportar dos o tres menores a la vez. Estos ni?os o ni?as provienen de peque?as aldeas de zonas rurales y se consiguen con enga?os. Los padres entregan a sus hijos o hijas a cambio de la promesa de educaci¨®n o de una vida mejor en la ciudad. Sin embargo, el estudio indica que cada vez m¨¢s los tratantes o traficantes recurren al secuestro de los menores y a otras formas violentas de intimidaci¨®n ya que gracias a las campa?as de sensibilizaci¨®n llevadas a cabo en distintas zonas del pa¨ªs, los padres son cada d¨ªa m¨¢s conscientes de la situaci¨®n y, consecuentemente, m¨¢s reacios a entregar a sus hijos o hijas a los intermediarios.

El 16 de junio de 2009, la Uni¨®n Africana lanz¨® AU.COMIT, una iniciativa dirigida a luchar contra el tr¨¢fico humano en ?frica. Uno de los objetivos de la campa?a es convertir esta lucha en una de las prioridades de las agendas de desarrollo de los distintos pa¨ªses del continente.

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Poco a poco se ha ido consiguiendo que los distintos Estados introduzcan legislaciones que criminalicen este tipo de pr¨¢cticas y que se firmen acuerdos interestatales que favorezcan la lucha conjunta y la cooperaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las propias fronteras. Sin embargo, todav¨ªa queda un largo camino por recorrer en este campo para hacer m¨¢s efectiva esas leyes, sobre todo a la hora de implementarlas.

Tambi¨¦n se han incrementado las campa?as de sensibilizaci¨®n, sobre todo en las zonas rurales donde se intenta siempre implicar a los jefes tradicionales, a los grupos de mujeres y a los j¨®venes.

Y a pesar de todo ello, el n¨²mero de ni?os y ni?as v¨ªctimas del tr¨¢fico y trata de menores sigue creciendo y las t¨¦cnicas utilizadas para conseguirlos son cada vez m¨¢s violentas, seg¨²n el informe del Departamento de Estado de EEUU, como hemos visto. Quiz¨¢s, la soluci¨®n a este problema, como a tantos otros de los que afectan a los ni?os y ni?as de ?frica, radique en la educaci¨®n.