?Cu¨¢l es el origen del cacao? El contrabando, la corrupci¨®n y una compleja red de intermediarios hacen casi imposible seguir su rastro
Agricultores de Costa de Marfil, el principal productor mundial de este grano, trafican con el producto en los pa¨ªses vecinos para intentar mejorar su maltrecha econom¨ªa. Mientras, la UE se dispone a aplicar una normativa de importaci¨®n m¨¢s estricta para frenar la deforestaci¨®n mundial que provoca su cultivo
Al amparo de la oscuridad, Koffi Brindou, de 45 a?os, irreconocible bajo una gorra roja tapada por una capucha, sortea un control fronterizo oficial cerca de la ciudad de Niable y toma un camino de tierra. Se dirige a un peque?o campamento improvisado hecho con hojas de palmeras en lo m¨¢s profundo de las tierras fronterizas entre Costa de Marfil y Ghana, un conocido punto caliente del contrabando famoso por sus tortuosos caminos de tierra y su terreno accidentado. En el campamento le esperan cuatro plantadores de cacao. A medianoche, se tapar¨¢n la cabeza con la capucha y cada uno cargar¨¢ dos sacos de cacao en su motocicleta. Los contrabandistas transportan su carga il¨ªcita a trav¨¦s de caminos embarrados y escabrosos de arena roja desde Costa de Marfil, el principal productor de granos de cacao del mundo (exporta 1.337 toneladas en 2023, seg¨²n el Banco Mundial) hasta Ghana, iluminados ¨²nicamente por las luces de sus motocicletas.
En el transcurso de una noche, el grupo cruza cuatro veces y transporta 30 sacos de cacao en total. Por las molestias se embolsan unos 300 euros m¨¢s del dinero que podr¨ªan haber ganado si lo hubieran vendido en Costa de Marfil ¡ªunos 5.500 euros¡ª. Aunque existen riesgos, esta peque?a cantidad adicional de dinero permite a los contrabandistas seguir adelante.
El mercado del cacao representa hasta el 20% del PIB de Costa de Marfil, seg¨²n datos de la ONU, y proporciona un medio de vida a casi una cuarta parte de la poblaci¨®n, por lo que el pa¨ªs est¨¢ profundamente vinculado a este producto b¨¢sico mundial. Sin embargo, su realidad econ¨®mica es sombr¨ªa para muchos agricultores. El ¨²ltimo precio m¨ªnimo que estableci¨® el Ministerio de Agricultura marfile?o fue de 2,74 euros por kilo, un umbral establecido para proteger a los agricultores de la volatilidad de los mercados mundiales, pero aun as¨ª est¨¢ muy por debajo de lo que pagan los comerciantes a escala internacional. Los agricultores denuncian, adem¨¢s, que la mala gesti¨®n y la corrupci¨®n dentro de las cooperativas hacen que muchos de ellos ni siquiera reciban el precio garantizado en su totalidad, lo que les hunde a¨²n m¨¢s en la pobreza.
¡°Necesito el dinero extra para mantener a mi mujer enferma, que est¨¢ en el hospital, y a mis dos hijos¡±, se justifica Brindou de camino a casa en su motocicleta por el paisaje verde y monta?oso de la regi¨®n de Indeni¨¦, con plantaciones de cacao y caucho hasta donde alcanza la vista. ¡°Solo tratamos de sobrevivir¡±, a?ade Kouassi, uno de los miembros del grupo de Brindou. Hermann Combo, otro de los hombres del grupo, a?ade: ¡°No somos delincuentes. Si el Estado marfile?o y las cooperativas pagaran lo suficiente por un saco de cacao, nunca recurrir¨ªamos a esto¡±.
No somos delincuentes. Si el Estado marfile?o y las cooperativas pagaran lo suficiente por un saco de cacao, nunca recurrir¨ªamos a estoHermann Combo, agricultor marfile?o
El contrabando de cacao los enfrenta a enormes peligros. ¡°Te expones a mucho¡±, se?ala Brindou elevando la voz por encima del ruido del motor. ¡°Puedes acabar en la c¨¢rcel o ser atracado por el camino, pero no tengo m¨¢s remedio que hacerlo¡±.
En los bosques que rodean la frontera, los contrabandistas y la polic¨ªa fronteriza juegan al juego del gato y el rat¨®n. Ambos tienen algo que ganar: ingresos adicionales. A los contrabandistas que dejan que los mal pagados agentes de polic¨ªa ganen tambi¨¦n algo de dinero extra, se les permite pasar. A menudo, los contrabandistas, igual que los polic¨ªas a los que consiguen sobornar, solo pretenden conseguir unos ingresos adicionales, y algunos agentes est¨¢n dispuestos a hacer la vista gorda si el precio es justo. Pero los riesgos son reales: los robos, las detenciones y la violencia son amenazas constantes. Adem¨¢s, el comercio ilegal torna complicada la tarea de saber el origen exacto del cacao.
Yaya Coulibaly, supervisor local del cacao, un hombre en¨¦rgico y jovial con una amplia red en el sector, sabe exactamente lo que ocurre en esta regi¨®n, donde un tercio de los agricultores de la zona fronteriza se dedican al comercio ilegal. Mantiene contacto con todos los agricultores, contrabandistas o no. ¡°Para m¨ª lo m¨¢s importante es que los agricultores puedan mantenerse¡±, declara. ¡°El cacao ya no ofrece un futuro viable para muchos, y los agricultores est¨¢n empezando a cambiar a otros cultivos¡±, dice desde la casa de Brindou. ¡°El precio del cacao es demasiado bajo para vivir de ¨¦l¡±, a?ade Brindou, se?alando las habas que se secan sobre la mesa.
Pero el contrabando de cacao no se limita a Ghana. En los ¨²ltimos a?os, las exportaciones ilegales a Liberia y Guinea han aumentado a medida que los agricultores buscan mejores precios. En estos pa¨ªses, las habas de cacao pueden alcanzar entre 6,10 y 9,15 euros por kilogramo¡±, explica Amourlaye Tour¨¦, defensor del medio ambiente de Mighty Earth.
Deforestaci¨®n y cambio clim¨¢tico
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, el cultivo del cacao ha contribuido a la deforestaci¨®n generalizada de Costa de Marfil. Cuando el pa¨ªs se independiz¨® de Francia en 1960, abri¨® vastas extensiones de tierra en las zonas boscosas para las plantaciones de cacao. ¡°Cuando era peque?o, la selva estaba llena de elefantes y monos¡±, comenta Hermann Combo, recordando los bosques de su juventud. ¡°Pero ahora, gran parte de la selva ha desaparecido. Nos queda un suelo agotado y ¨¢rboles envejecidos que producen menos frutos y son propensos a las enfermedades¡±. Seg¨²n una reciente investigaci¨®n de Nature, el cultivo del cacao es la causa subyacente de m¨¢s del 37% de la p¨¦rdida de bosques en las zonas protegidas de Costa de Marfil.
La situaci¨®n se ve agravada por el fen¨®meno meteorol¨®gico de El Ni?o, que ha tra¨ªdo lluvias irregulares y sequ¨ªas, reduciendo el rendimiento de los cultivos. En consecuencia, los precios del cacao en el mercado internacional han alcanzado m¨¢ximos hist¨®ricos. Sin embargo, los agricultores ven pocos beneficios. A pesar de que la industria mundial del chocolate factura unos 130.000 millones de d¨®lares (126.000 millones de euros), seg¨²n estimaciones de Oxfam Intermon, la inmensa mayor¨ªa de los peque?os agricultores viven con menos de dos d¨®lares al d¨ªa (1,92 euros).
En respuesta a la creciente presi¨®n para hacer frente al cambio clim¨¢tico, la Uni¨®n Europea prev¨¦ introducir una nueva ley para finales de 2025 que exige a las empresas que demuestren que el cacao que exportan no contribuye a la deforestaci¨®n ni a la vulneraci¨®n de los derechos humanos.
El problema es que los granos de cacao suelen comprarse a granel a intermediarios, que mezclan granos de distintas procedencias, lo que hace que resulte imposible determinar su verdadero origenAmourlaye Tour¨¦, de Mighty Earh
Sin embargo, el comercio ilegal del cacao hace que determinar el origen exacto sea complejo. Para mejorar la trazabilidad, las grandes empresas cacaoteras han invertido en cartografiar las plantaciones. Seg¨²n Ingrid van Beuzekom, representante de la empresa holandesa Satelligence, que utiliza tecnolog¨ªa por sat¨¦lite para controlar la deforestaci¨®n, el 80% de las plantaciones de Costa de Marfil y Ghana est¨¢n ya cartografiadas. Sin embargo, Amourlaye Tour¨¦, de la organizaci¨®n medioambiental Mighty Earth, advierte de que este sistema de trazabilidad sigue siendo en gran medida inviable en la pr¨¢ctica. ¡°El problema es que los granos de cacao suelen comprarse a granel a intermediarios, que mezclan granos de distintas procedencias, lo que hace que resulte imposible determinar su verdadero origen¡±, explica. Para Tour¨¦, ¡°la exigencia de trazabilidad es escasa, sobre todo cuando los granos se mezclan con los de pa¨ªses vecinos como Ghana, Liberia o Guinea¡±. EL PA?S ha intentado contactar sin ¨¦xito con Olam y Cargill, dos de las principales empresas que exportan cacao en Costa de Marfil, para que expliquen c¨®mo garantizan el origen de este producto.
Aunque las multinacionales han presionado para retrasar un a?o la ley de deforestaci¨®n de la UE, hasta diciembre de 2025, muchos cacaoteros apoyan su aplicaci¨®n, por considerarla una oportunidad para reestructurar la cadena de suministro y conseguir precios m¨¢s justos. Esperan que la nueva normativa pueda reducir el poder de los intermediarios y dar a los agricultores acceso directo a mercados m¨¢s transparentes y equitativos.
Mientras Hermann Combo examina su plantaci¨®n de cacao, reflexiona sobre el futuro. ¡°Sabemos que la industria est¨¢ m¨¢s interesada en proteger sus beneficios y su poder que en mejorar la vida de los peque?os agricultores¡±, afirma. ¡°Es hora de que la UE nos escuche y nos siente a la mesa de negociaciones. De lo contrario, seguiremos atrapados en este sistema¡±.
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