Da?o a la instituci¨®n
El ¡®caso D¨ªvar¡¯ coloca al Consejo del Poder Judicial ante una crisis sin precedentes
La situaci¨®n del presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos D¨ªvar, es muy complicada. No ha podido despejar las sospechas sobre los motivos oficiales de sus largos y frecuentes viajes de fin de semana, ni desmentir que los gastos cargados al erario obedezcan a razones esencialmente privadas. Adem¨¢s, ha causado una divisi¨®n sin precedentes en el seno del Consejo y colocado a la maquinaria p¨²blica ante la tesitura de tener que protegerle, desde la Fiscal¨ªa General del Estado, que abri¨® y cerr¨® r¨¢pidamente unas diligencias, hasta el pleno de la Sala Penal del Supremo, que ayer deneg¨® la admisi¨®n de una querella contra ¨¦l. Sin olvidar al grupo parlamentario del PP, que al final ha aceptado su comparecencia en el Congreso, todav¨ªa sin fecha. Demasiados esfuerzos, demasiadas tensiones para hacer frente a la evidencia de que el presidente del Poder Judicial ha podido gastar injustificadamente dinero p¨²blico y, de paso, se lo ha hecho gastar al Ministerio del Interior para costear los dispositivos de escolta.
D¨ªvar debe comprender que con su actitud da?a, por encima de todo, la instituci¨®n que representa. Legalmente, el Consejo podr¨ªa exigir su renuncia, alegando incapacidad o incumplimiento grave de los deberes del cargo. Pero la fractura existente en su seno se suma a las sospechas m¨¢s que razonables de que el presidente no es el ¨²nico miembro del Consejo que se tomaba la liberalidad de usar dinero p¨²blico y que practicaba la llamada semana caribe?a sin necesidad de dar cuenta del porqu¨¦.
Una vez conocido el rechazo del Supremo a aceptar la querella contra su presidente, cinco miembros del Poder Judicial tratan de forzar el adelanto de un nuevo pleno para tratar sobre la situaci¨®n. Dado el corporativismo y los peque?os c¨¢lculos de poder en su interior, es dif¨ªcil que el Consejo acabe con esta situaci¨®n. Y, sin embargo, a todos estos vocales que han contribuido al descr¨¦dito institucional les deber¨ªa interesar lo que piensa la ciudadan¨ªa. La catarata de revelaciones period¨ªsticas mancha un organismo con rango constitucional y, de paso, contribuye a ahondar un poco m¨¢s el desprestigio de los jueces, considerados como el colectivo de funcionarios en el que menos conf¨ªan los ciudadanos, seg¨²n datos del ¨²ltimo Bar¨®metro del CIS.
D¨ªvar y sus vocales deben reflexionar y hacer lo necesario para regenerar la instituci¨®n. Su nombramiento surgi¨® del pacto de 2008 en el que Gobierno y oposici¨®n acordaron la elecci¨®n parlamentaria de los actuales miembros del Consejo, que formalmente designaron a D¨ªvar como presidente, aunque la decisi¨®n correspondi¨® en realidad a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de acuerdo con Mariano Rajoy. Es por ello por lo que Gobierno y PSOE, sin menoscabo de la necesaria separaci¨®n de poderes, deben sentirse interpelados por una crisis sin precedentes en una instituci¨®n que debe jugar un papel b¨¢sico en el funcionamiento del Estado.
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