Claustros perdidos
Qu¨¦ fascinante, novelesca historia, la de los claustros perdidos, como hoy el de Palam¨®s, que fuera de Burgos o Segovia, a saber... Y qu¨¦ pa¨ªs ¨¦ste, que permiti¨® este y otros extrav¨ªos, estas mutilaciones de nuestro patrimonio.
Recuerdo por lo menos otros dos casos emocionantes: el claustro del castillo de V¨¦lez-Blanco en Almer¨ªa, arrancado en origen y hoy a¨²n visible en el Metropolitan de Nueva York, una joya renacentista que nunca ten¨ªa que haber salido de nuestro pa¨ªs; y el patio de alabastro de Casa Zaporta en Zaragoza, hoy llamado patio de la Infanta, felizmente recuperado para Espa?a de manos francesas en la d¨¦cada de 1950 por la iniciativa privada de Ibercaja (el expoliador franc¨¦s lo hab¨ªa instalado en su h?tel particular del Quai Voltaire parisino).
Cuando vayan a la capital aragonesa no dejen de visitarlo, es de una belleza deslumbrante.
Pregunta inc¨®moda: ?ser¨¢ que gracias a estos expolios se conservan hoy estas joyas?
A¨²n as¨ª, ?qu¨¦ posibilidades tenemos hoy de recuperar el primero v¨ªa Estado, como hicimos (milagrosamente) con el segundo por iniciativa privada?¡ª Juan Rib¨® Chalmeta.
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