Amenazas globales
No es posible entender a estas alturas de la crisis la oposici¨®n alemana a cualquier acci¨®n correctora de la inestabilidad de los mercados de deuda p¨²blica
Sobre la econom¨ªa mundial pende la amenaza de una nueva recesi¨®n. El principal foco de contaminaci¨®n sigue localizado en la eurozona. Nunca antes fue tan corta la distancia a la combinaci¨®n de una cat¨¢strofe financiera en toda regla con la profundizaci¨®n de la contracci¨®n de la econom¨ªa europea. Es razonable que todos los asistentes no europeos a la reuni¨®n del G-20, en Los Cabos, M¨¦xico, incluido el Fondo Monetario Internacional (FMI), est¨¦n presionando a las autoridades europeas y, en particular, al Gobierno alem¨¢n, con el fin de neutralizar esas amenazas de desestabilizaci¨®n global. Estas incorporan, en las v¨ªsperas de la reuni¨®n del G-20, las asociadas al desenlace de las elecciones en Grecia, el pr¨®ximo domingo. Los agentes econ¨®micos de la eurozona y la amplia mayor¨ªa de los ciudadanos no salen de su asombro al observar la pasividad con que instituciones como el BCE observan las tensiones en los mercados de deuda y los riesgos sobre la viabilidad de la moneda.
El G-20 no podr¨¢ concretar el pretendido Plan de Acci¨®n para el Crecimiento y el Empleo o las m¨¢s inmediatas acciones de coordinaci¨®n de los principales bancos centrales del mundo sin que en la eurozona se adopten decisiones claramente interventoras en los mercados y neutralizadoras de las amenazas bancarias. Entre estas ¨²ltimas los mercados de acciones en las ¨²ltimas jornadas parecen descontar eventuales intervenciones concertadas con el fin de evitar desenlaces cercanos al p¨¢nico, como la retirada de liquidez de los bancos, no solo griegos. Con independencia de esa actitud al establecimiento de una red de seguridad que impida el colapso en algunos sistemas financieros, las decisiones m¨¢s importantes deber¨¢n adoptarlas las autoridades europeas y las de las principales econom¨ªas, con la alemana a la cabeza. Alejar los riesgos de males peores a los observados en los mercados de deuda p¨²blica es la m¨¢s prioritaria.
La propuesta del Instituto de Finanzas Internacionales, con sede en Washington, que representa a los mayores bancos del mundo, se ha incorporado al conjunto de instituciones que reclama acciones en la direcci¨®n de mutualizaci¨®n, ya sea parcial, de las deudas del conjunto de las econom¨ªas de la eurozona. Con independencia de ello, bien vendr¨ªan pol¨ªticas orientadas a estimular el crecimiento. Algunas econom¨ªas emergentes pertenecientes al G-20, China de forma destacada, disponen de margen de maniobra para la adopci¨®n de pol¨ªticas expansivas, m¨¢s all¨¢ de las se?ales monetarias ya enviadas. Con todo, debe ser Europa la que predique con el ejemplo.
No es posible entender a estas alturas de la crisis la oposici¨®n alemana a cualquier acci¨®n correctora de la inestabilidad de los mercados de deuda p¨²blica, de la m¨ªnima restauraci¨®n de la confianza en la eurozona. La actitud contraria a adoptar decisiones conducentes a uni¨®n bancaria ¡ªuna autoridad supervisora com¨²n, un sistema de aseguramiento de dep¨®sitos y fondos comunes para la recapitalizaci¨®n de los bancos¡ª, o su mera supeditaci¨®n a la formalizaci¨®n de la integraci¨®n fiscal, pone en serio riesgo no solo la virtualidad del rescate bancario de Espa?a, sino la estabilidad de otros sistemas financieros del ¨¢rea. Y con ello, el conjunto de la estabilidad global: las amenazas ahora no son menores que las sufridas tras la quiebra de Lehman Brothers.
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