No m¨¢s ca?a para los biocombustibles de Shell en tierras guaran¨ªes
Por Raquel Garc¨ªa, Survival International
Lula, Dilma, Rio + 20, Rio 2016, Pel¨¦, la Bundchen, la samba, la Amazonia, su ascenso imparable de ¡°potencia emergente¡± (para los entendidos, la letra inicial del simp¨¢tico acr¨®nimo BRIC) a ¡°potencia mundial¡±. Todo eso, y mucho m¨¢s, es Brasil. Todo eso, y los 800.000 ind¨ªgenas del pa¨ªs. Un mero 0,4% de su poblaci¨®n total, que sin embargo compone la inmensa mayor¨ªa de su diversidad humana.
De los aproximadamente 230 pueblos en los que se integran, solo algunos suman m¨¢s de unos cientos de individuos. El pueblo guaran¨ª es la excepci¨®n: son 46.000 personas. Pero ni siquiera la fuerza de su n¨²mero ha impedido que se hayan convertido en el blanco de ganaderos y terratenientes que invaden sus tierras y no dudan en quit¨¢rselos de en medio cuando hace falta. Cincuenta y seis guaran¨ªes fueron asesinados en 2011, y los ataques violentos son una constante en sus vidas.
Y sin embargo, el Estado brasile?o y las empresas, nacionales y multinacionales, que all¨ª operan son cada vez m¨¢s conscientes de que las cosas ya no son como antes. Que ya no pueden entrar en un territorio ind¨ªgena ¨¤ la Atila, rey de los Hunos, sin que nadie mueva un dedo para impedirlo o, al menos, denunciarlo. Que los ojos del mundo, o al menos del mundo consciente, est¨¢n fijos en ellos. Que acciones que antes quedaban impunes ahora son examinadas con lupa, aunque la corrupci¨®n imperante en sectores importantes del sistema judicial brasile?o permita que muchas de ellas sigan quedando indemnes.
Y as¨ª, por primera vez en mucho tiempo, los guaran¨ªes tienen algo que celebrar. Despu¨¦s de meses de incesante presi¨®n por parte de Survival y de los propios ind¨ªgenas, de llamar a todas las puertas, de reuniones, cartas y m¨¢s cartas (?he mencionado cartas?), una gran multinacional energ¨¦tica, Shell, nada m¨¢s y nada menos, ha decidido no seguir produciendo ca?a de az¨²car destinada a su floreciente negocio de biocombustibles en tierra guaran¨ª. Adem¨¢s, la filial de Shell va a evitar cualquier inversi¨®n o expansi¨®n en zonas de conflicto que pudieran ser reconocidas como ind¨ªgenas en el futuro. Valdelice Veron, una mujer guaran¨ª de una de las comunidades afectadas por la actividad de la empresa, ha celebrado la noticia: ¡°Podremos beber agua de nuestra tierra de nuevo. Podremos empezar de cero¡±.
Empezar de cero. Precisamente lo que deber¨ªan hacer tantas otras empresas que, ante la pasividad de las autoridades c¨®mplices, vulneran los derechos ind¨ªgenas en Brasil. El Gobierno de Dilma tiene todas las armas, jur¨ªdicas y econ¨®micas (eso de ser potencia tiene sus cosillas, entre otras, no poder seguir escud¨¢ndose en la falta de recursos para no intervenir all¨ª donde es necesario), para hacer cumplir la ley. Los ind¨ªgenas aw¨¢s de Maranhao, de los que ya hemos hablado aqu¨ª, est¨¢n esperando a que el ministro de Justicia se decida a enviar a la polic¨ªa federal para que expulse a los madereros, ganaderos y colonos que est¨¢n acabando con su selva y amenazando su supervivencia. ?Qu¨¦ mejor ocasi¨®n que Rio + 20 para anunciar las medidas que pueden garantizar el futuro de un pueblo que lo sabe pr¨¢cticamente todo sobre desarrollo sostenible?
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