Atenuantes

Que Rajoy mintiera cuando estaba en el Gobierno, con los hilillos de plastilina, que siguiera haci¨¦ndolo en la oposici¨®n, y que se doctorara en la campa?a electoral, est¨¢ feo pero podemos entenderlo. Decidido a vengarse del mundo, que le hab¨ªa dejado caer, indiferente, en la condici¨®n de registrador de la propiedad, se aup¨® sobre el rencor al objeto de reparar la imagen que ten¨ªa de s¨ª y recal¨® en la pol¨ªtica. Hasta aqu¨ª resulta tan humano que cuenta con nuestra indulgencia. Despu¨¦s de todo hay gente que vender¨ªa su alma al diablo por una subsecretar¨ªa de mierda, incluso por haber escrito Los intereses creados,ya ves t¨². Tras ganar las elecciones continu¨® mintiendo, s¨ª, aunque no tanto para enga?ar a los votantes como para despistar a la prima de riesgo. Se comprende tambi¨¦n. Si la realidad jugaba sin reglas, hab¨ªa que enfrentarse a ella con el todo vale que viene utilizando desde la oscuridad del b¨²nker psicol¨®gico en el que permanece escondido. Cuenta en fin con multitud de atenuantes, como el que roba o mata bajo los efectos de un miedo insuperable.

De un tiempo a esta parte, sin embargo, sus mentiras o bien carecen de objetivo, o bien no se nos alcanza. ?Por qu¨¦ hace unos d¨ªas, verbi gratia, el rescate de los 100.000 millones de euros era una operaci¨®n fabulosa, por la que deb¨ªamos felicitarnos, y hoy es una basura? ?Por qu¨¦ cogi¨® un avi¨®n y se fue al f¨²tbol para celebrar lo que en realidad nos perjudicaba tanto? Vale que diga y se desdiga todo el rato, vale que hayamos aceptado con una naturalidad incre¨ªble que se cague cada martes en lo que proclama solemnemente cada lunes. Pero como no nos hemos vuelto locos del todo, aunque estamos en ello, le pedir¨ªamos que sus embustes volvieran a gozar, si no de las t¨ªpicas excusas morales o psicol¨®gicas de todo a cien, de alguna coartada de orden pr¨¢ctico.