Viva Las Vegas
"La prensa del coraz¨®n se mof¨® de Telma Ortiz cuando intent¨® demandarla por acoso a su privacidad. Ahora se conocen mejor las razones para exigir aquella protecci¨®n"
La vida es espect¨¢culo. Una ruleta, una t¨®mbola, y el mundo, tambi¨¦n. Si no, ?c¨®mo puede explicarse que en una misma semana coincidan la reaparici¨®n de Isabel Pantoja en los juzgados, la visita de los ejecutivos de Las Vegas Sands, recibidos como si fueran maraj¨¢s, el Orgullo Gay con una sofocante ola de calor y la final de la Eurocopa? M¨¢s que una semana, esta ¨²ltima de junio parece un p¨®quer de ases.
Lo que nadie se explica es c¨®mo ni Esperanza ni madame Botella interpretaron a los se?ores casineros ese momento Elvis Presley en Viva Las Vegas. Est¨¢ claro que en Cine de barrio no proyectan todas las pel¨ªculas que de verdad han marcado a una generaci¨®n. Porque ese n¨²mero de Elvis cantando un poquito de castellano y Ann-Margret contone¨¢ndose como la madre de todas las Jessicas Buenos deber¨ªan haberlo planteado al menos como cortina musical. A nuestras lideresas les falta pillarle el punto a lo mucho que les pirra el espect¨¢culo a los gringos. Aguirre quiso seducir a los visitantes con el argumento de que Madrid tiene mejor renta y se habla m¨¢s ingl¨¦s que en Barcelona. Eso es porque Aguirre no ha o¨ªdo a Artur Mas explicarle a Scarlett Johansson qu¨¦ es una comunidad aut¨®noma. Pobre apuesta. Esperanza y Ana podr¨ªan haber cautivado a los visitantes con un playback de Los caballeros las prefieren rubias: ¡°Somos dos chicas de Little Rock¡¡±.
Sentido del espect¨¢culo ha tenido siempre Isabel Pantoja. Como se recordar¨¢, Pantoja logr¨® un look virginal en su boda con Paquirri. Despu¨¦s, tel¨²rico y tr¨¢gico en su entierro. Y para su aparici¨®n en los juzgados se vino arriba. Cre¨® un nuevo protocolo: el atuendo de la procesada, a prueba de balas y pecados, derrochando dignidad. Debe reconocerse que una estrella no conoce escenario peque?o, ni acepta irse de la partida con las manos vac¨ªas. Desde ahora, cualquier imputado tendr¨¢ muy dif¨ªcil superar esa sobredosis de dignidad; eso es temple envuelto de rumor de caracolas, como ese barco velero que ansiamos ver en nuestra playa.
Viva Las Vegas y a esperar hasta septiembre para saber qu¨¦ ciudad se sorprender¨¢ con la tormenta de arena y cemento que acompa?a a Las Vegas Sands hasta convertirse en hormig¨®n. Y los lagartos y lagartas que llegan en busca de su Spider-Man. Como llega ahora el negocio de trapicheo de informaci¨®n confidencial, descubierto a ra¨ªz del espionaje a Telma Ortiz. Esos rufianes ya no tendr¨¢n que gastarse dinero en sobornos y poner micr¨®fonos en restaurantes caros, sino irse a jugar a la ruleta. ?D¨®nde se vio un casino sin c¨¢maras ocultas!
Sabemos hoy que los datos por los que m¨¢s se paga son los de la Agencia Tributaria. Ahora, con la amnist¨ªa fiscal, vamos a saber m¨¢s sobre esos ricos que jam¨¢s salen en el ?Hola! ni en Hacienda. La prensa del coraz¨®n se mof¨® de Telma cuando intent¨® demandarla por acoso a su privacidad. Ahora se conocen mejor las razones para exigir aquella protecci¨®n. En un pa¨ªs donde el cotilleo es m¨¢s que una industria, no es raro que jugadores arriesgados se decidieran a apostar fuerte para conseguir la informaci¨®n que saciara las ganas tanto de espectadores como de chantajistas. Ser¨ªa tambi¨¦n probable que alg¨²n medio de comunicaci¨®n supiera de la existencia de ese recurso y lo usara para cocinar otra noticia o chisme con el cual tambi¨¦n satisfacer la necesidad de esc¨¢ndalo y de opini¨®n. Recuerda al caso Murdoch, en versi¨®n espa?ola.
El espect¨¢culo debe continuar. Marta S¨¢nchez estrena nuevo videoclip, Mi cuerpo pide m¨¢s, y ense?a el suyo en maravillosa plenitud. La mejor voz de nuestro pop femenino mantiene tambi¨¦n el mejor cuerpo de su generaci¨®n. Y cuando se solidifique Las Vegas Sands en un secarral, Marta tendr¨ªa que ser la Elton John de sus escenarios. Es de agradecer que la estrella nos ofrezca una canci¨®n sobre el pecado, la culpa y el querer m¨¢s, porque de eso se trata: queremos m¨¢s.
Y el destino nos regala m¨¢s, una m¨¢s de esas carambolas extraordinarias. La familia Urdangarin Borb¨®n ha decidido pasar un fin de semana en la aut¨¦ntica Las Vegas. Felizmente, la marcha al desierto de Nevada coincidi¨® con los d¨ªas de visita de los Borb¨®n Ortiz a Nueva York. ?Gracias a la fortuna que Estados Unidos es as¨ª de extenso! ?Y Las Vegas, ese oasis que el azar ha puesto lejos de Manhattan! Si no, menuda papeleta para los Pr¨ªncipes tener que verse, o no verse, con los duques. Agendas sincronizadas evitaron la presencia de la familia Urdangarin Borb¨®n, quienes, qu¨¦ duda cabe, habr¨ªan robado, perd¨®n, desviado la atenci¨®n y el fondo de la visita oficial. Los Pr¨ªncipes fueron muy halagados por millonarios y Hillary Clinton. Una vez m¨¢s se nos inform¨® de que hab¨ªan visto al Pr¨ªncipe muy maduro, con un ingl¨¦s correct¨ªsimo y muy preparado. Quiz¨¢ con su ayuda, Aguirre consiga un banco que d¨¦ fondos para traer a Sheldon e invitar a los Pr¨ªncipes para que hablen en ingl¨¦s del tabaquismo en el macrocentro de ocio.
No est¨¢ claro si el duque imputado ensay¨® Viva Las Vegas, pero s¨ª empiezan a o¨ªrse voces en este traj¨ªn de juicios y casinos sugiriendo que juguemos m¨¢s, al p¨®quer, al blackjack, a la ruleta. O al gordo de la Loter¨ªa de Navidad. ?Hagan juego, se?ores! Una lluvia de millones nos espera.
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