Regular el comercio de armas
A finales de julio podremos tener un Tratado de la ONU que supondr¨¢ un gran avance para la seguridad de muchas poblaciones
A lo largo de todo este mes de julio, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York se est¨¢ discutiendo el Tratado sobre el Comercio de Armas, una iniciativa surgida hace a?os de la sociedad civil internacional, y que por primera vez intentar¨¢ regular una actividad siempre pol¨¦mica en la que muchos Estados se comportan de forma irresponsable. En la Uni¨®n Europea disponemos ya de un instrumento, el C¨®digo de Conducta, que aunque no es de obligado cumplimiento, establece el marco regulador de las transacciones de armamento de los pa¨ªses miembros, y que ha sido de utilidad desde su implementaci¨®n. Hay que recordar, adem¨¢s, que fruto de las campa?as que en las dos d¨¦cadas pasadas llevaron a cabo diversas ONG, existe una mayor transparencia en este tema, y Espa?a es un ejemplo de ello.
En los documentos preparatorios del Tratado se se?ala que el prop¨®sito es contribuir a la paz, la seguridad y la estabilidad en los planos internacional y regional mediante la prevenci¨®n de las transferencias internacionales de armas convencionales que agraven o propicien sufrimientos humanos, violaciones graves de las normas internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, violaciones de las sanciones y embargos de armas impuestos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de otras obligaciones internacionales, conflictos armados, desplazamiento de personas, delincuencia organizada transnacional y actos de terrorismo, y con ello socaven la paz, la reconciliaci¨®n, la seguridad, la estabilidad y el desarrollo econ¨®mico y social sostenible.
Una virtud del borrador de este Tratado es que incluye no s¨®lo a las armas pesadas, sino tambi¨¦n a las armas ligeras y a la munici¨®n. Hay que tener presente que son precisamente las armas livianas las que se utilizan en mayor t¨¦rmino en los conflictos armados actuales, y de las que no existe control alguno. El Tratado es ambicioso en este sentido, porque adem¨¢s abarca las piezas y componentes, la tecnolog¨ªa utilizada para desarrollar armamento convencional, las gestiones de los intermediarios, la fabricaci¨®n bajo licencia y la transferencia de tecnolog¨ªa.
Faltar¨¢ por ver, sin embargo, si Rusia lo firmar¨¢. Si no lo hace, deber¨¢ ser denunciado
Con este Tratado, ning¨²n Estado podr¨¢ autorizar una transferencia de armas convencionales cuando exista el riesgo de que se utilicen para menoscabar gravemente la paz y la seguridad y provoquen, prolonguen o agraven una situaci¨®n de inestabilidad interna, regional, subregional o internacional; se utilicen para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional humanitario, o para facilitar violaciones graves de las normas internacionales de los derechos humanos. Tampoco se podr¨¢n autorizar exportaciones cuando representen un obst¨¢culo grave para la reducci¨®n de la pobreza y el desarrollo socioecon¨®mico o dificulten seriamente el desarrollo sostenible del Estado receptor.
Cada Estado deber¨¢ presentar anualmente a Naciones Unidas un informe sobre las transferencias del a?o anterior, lo que permitir¨¢ mejorar un instrumento voluntario que ya exist¨ªa, el Registro de Armas Convencionales, pero que no inclu¨ªa a las armas ligeras. En suma, el Tratado es ambicioso porque persigue poner orden en un terreno donde cada Estado sigue su propia pol¨ªtica, con el denominador com¨²n de que la exportaci¨®n de armamento es visto como un negocio m¨¢s, obviando el efecto perverso que pueden tener algunas transacciones. Baste se?alar las recientes ventas de armas rusas al r¨¦gimen sirio. Con el Tratado, quedar¨ªan prohibidas. Faltar¨¢ por ver, sin embargo, si Rusia lo firmar¨¢. Si no lo hace, deber¨¢ ser denunciado por la opini¨®n p¨²blica interna e internacional, porque el Tratado tendr¨¢ sentido si lo firman los principales pa¨ªses exportadores (Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido), pero tambi¨¦n algunos de segunda fila especializados en exportar a pa¨ªses en conflicto o con graves violaciones de los derechos humanos.
En suma, estamos ante una excelente oportunidad para poner freno a una actividad frecuentemente desestabilizadora y cargada de letalidad. Habr¨¢ la esperada resistencia de algunos pa¨ªses interesados en mantener el desorden y descontrol actual, pero si la opini¨®n p¨²blica internacional se moviliza y los medios de comunicaci¨®n informan del desarrollo de las discusiones, a finales de julio podremos tener un Tratado que supondr¨¢ un gran avance para la seguridad de muchas poblaciones.
Vicen? Fisas es director de la Escuela de Cultura de Paz, (Universidad Aut¨®noma de Barcelona)
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