Fan¨¢ticos contra la cultura
El propio mundo isl¨¢mico debe detener la destrucci¨®n por los militantes de Ansar Dine del patrimonio de Tombuct¨²
En 2001, los talibanes afganos dinamitaron dos gigantescas estatuas de Buda en Bamiyan. Aquellas im¨¢genes reflejaron c¨®mo act¨²an los fan¨¢ticos islamistas contra el patrimonio cultural y el sentido hist¨®rico. Las presiones internacionales no lograron evitarlo, sino que llevaron a los talibanes a convertir su criminal acci¨®n en un acto de propaganda global.
Ahora este af¨¢n destructor ha llegado a la ciudad de los 333 santos, Tombuct¨², de la mano de Ansar Dine (Defensores de la Fe), un movimiento tuareg. Ansar Dine, que ocup¨® el norte de Mal¨ª con un grupo independentista que posteriormente expuls¨®, pretende imponer una interpretaci¨®n estricta de la shar¨ªa, la ley isl¨¢mica seg¨²n la cual no se debe construir nada sobre las tumbas. De ah¨ª que hayan destruido al menos ya 7 de los 16 mausoleos existentes en la ciudad, y piensen en derrumbar tambi¨¦n las tumbas de la dinast¨ªa de los Askia en la regi¨®n de Gao.
De poco habr¨¢ servido que el pasado jueves los ministros de la Unesco reunidos en San Petersburgo incluyeran a Tombuct¨² entre los patrimonios culturales en peligro, un instrumento con poca efectividad ante la guerra y el fanatismo. La destrucci¨®n ha proseguido, incluida la famosa puerta de la mezquita de Sidi Yahia, que, seg¨²n la leyenda, el d¨ªa que se abriera habr¨ªa una desgracia. Es una profec¨ªa autocumplida, pues la desgracia no es otra que este vandalismo cultural, dictado, seg¨²n estos extremistas, por una ¡°orden divina¡±.
Como pide la Unesco ante estos ¡°actos repugnantes¡±, tambi¨¦n deben los musulmanes contribuir a la salvaci¨®n de este patrimonio, a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Isl¨¢mica para la Educaci¨®n, la Cultura y la Ciencia y la Organizaci¨®n de la Cooperaci¨®n Isl¨¢mica.
Tombuct¨², centro universitario isl¨¢mico de enorme proyecci¨®n hace siglos, tiene millares de manuscritos antiguos, algunos de ellos preisl¨¢micos. Afortunadamente en este caso, parece que est¨¢n en manos de familias de la ciudad que los guardan celosamente.
Es necesario ayudar al Gobierno de Mal¨ª a recuperar estos territorios, con urgencia, por razones geopol¨ªticas, pero tambi¨¦n culturales. Aunque el da?o est¨¢ hecho.
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