Maldad sistem¨¢tica
La justicia argentina condena a responsables de la dictadura por el robo generalizado de beb¨¦s
?El robo y la ocultaci¨®n de menores separados de sus padres y de beb¨¦s nacidos en cautiverio para entregarlos a adictos al r¨¦gimen fue una ¡°pr¨¢ctica sistem¨¢tica y generalizada¡± de la dictadura militar en Argentina entre 1976 y 1983, seg¨²n ha asentado la justicia de aquel pa¨ªs. Casi 16 a?os despu¨¦s de su denuncia, las Abuelas de la Plaza de Mayo, que nunca cejaron en la b¨²squeda de aquellos ni?os y beb¨¦s, han logrado que un tribunal integrado por tres jueces condenara a varios de los responsables de aquellos cr¨ªmenes.
A¨²n no es tarde, pese a que algunos de los criminales hayan fallecido. Los 50 a?os de c¨¢rcel suplementaria para Jorge Rafael Videla garantizan que, a sus 86 a?os, el que fuera jefe de la Junta no pueda optar a la libertad condicional. Al escuchar la sentencia, el exgeneral no se inmut¨® ni tuvo un gesto de arrepentimiento. Se ajusta a lo que declar¨® en el juicio: ¡°Aquellas parturientas usaban a sus hijos embrionarios como escudos¡±. Tampoco su sucesor al frente de la dictadura, Reynaldo Bignone, transmiti¨® emoci¨®n alguna al escuchar su condena.
No hay pruebas escritas de que el secuestro de menores formara parte de un plan, pero los jueces no tienen dudas al respecto. Entre otras razones, porque muchas de las embarazadas detenidas fueron vigiladas por militares y m¨¦dicos para asegurar que el parto llegaba a buen fin y robarles a sus reci¨¦n nacidos, y quiz¨¢ asesinarlas. Tal proceder responde a la cultura de aquella Junta Militar, que us¨® a esos ni?os como bot¨ªn de guerra.
Videla y otros 24 responsables ya fueron condenados por secuestros de este tipo, pero como casos individuales. La novedad es que la decisi¨®n judicial ha asentado algo que ya se sospechaba: la sistematizaci¨®n del mal como parte de un ¡°plan general de aniquilaci¨®n¡± de los opositores. Se calcula que m¨¢s de 400 ni?os y ni?as menores de 10 a?os fueron robados. M¨¢s de 100 han recuperado su identidad biol¨®gica. De los 26 concernidos por este juicio, solo se prestaron a declarar una veintena. La actitud de estos hijos ante sus ¡°apropiadores¡± lleva en muchos casos a un conflicto entre la raz¨®n y los sentimientos hacia las personas que cre¨ªan que eran sus padres.
Frente a otras confesiones cristianas, la Iglesia cat¨®lica argentina se opuso a indagar en este horror que todav¨ªa oculta partes muy sombr¨ªas. Pero en algo se ha hecho luz y justicia.
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