Duro horizonte
El descarnado pron¨®stico del Fondo Monetario resulta coherente con la realidad econ¨®mica
El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de formalizar algo que ya se hab¨ªa anticipado: la econom¨ªa espa?ola seguir¨¢ en recesi¨®n durante 2013. Para 2012, en cambio, calcula una contracci¨®n del PIB del 1,5%, algo menor de la prevista por el Gobierno. Dicha previsi¨®n no incluye los nuevos ajustes aprobados el viernes pasado (y explicados de forma lamentable a los ciudadanos). Por tanto, la intensidad de la recesi¨®n apenas mengua en las previsiones del Fondo para el bienio 2012- 2013, en el marco de una econom¨ªa global que crecer¨¢ este a?o y el pr¨®ximo, aunque de forma m¨¢s d¨¦bil. El veredicto del Fondo incluye una recomendaci¨®n expl¨ªcita: que el Banco Central Europeo compre deuda de los pa¨ªses afectados por las tensiones financieras y acabar con la enorme brecha, en financiaci¨®n y crecimiento, que se aprecia entre el n¨²cleo econ¨®mico franco-alem¨¢n y los pa¨ªses perif¨¦ricos; pero esta recomendaci¨®n, plena de sentido, sobre todo cuando los pa¨ªses afectados por la inestabilidad financiera se atienen a las exigencias de austeridad, no concuerda hoy con la l¨ªnea ortodoxa dominante en el BCE.
El pron¨®stico del FMI es coherente con la realidad. El cr¨¦dito no empezar¨¢ a recuperarse hasta finales de 2013 y solo en el caso de que el rescate bancario se ejecute con ¨¦xito durante el primer trimestre del a?o pr¨®ximo; la inversi¨®n extranjera est¨¢ saliendo de Espa?a, empujada por las bajas expectativas de recuperaci¨®n y las vacilaciones sobre la reforma financiera, que han acabado en rescate; y los ajustes aplicados por el Ejecutivo merman todav¨ªa m¨¢s las posibilidades de crecimiento. Tampoco se advierten hoy los fundamentos sectoriales de una fase hipot¨¦tica de crecimiento. Entre 1999 y 2007 fue la construcci¨®n; hoy no hay opciones claras.
Hay, adem¨¢s, m¨¢s factores que deterioran la confianza. Uno de ellos es la p¨¦sima gesti¨®n de la informaci¨®n, que se traduce en una p¨¦rdida de credibilidad en la capacidad del Gobierno. El fin de semana pasado volvi¨® a ofrecer un ejemplo manifiesto de su tendencia al camuflaje. Durante la comparecencia posterior al Consejo de Ministros del viernes para explicar las medidas tomadas, la vicepresidenta y los ministros econ¨®micos no aclararon detalles tan importantes como la posibilidad de retirar la prestaci¨®n a los parados en caso de ¡°indicios¡± de fraude, ni la falta de compromiso para devolver la paga a los funcionarios, ni la cuant¨ªa del ajuste hasta 2014. Estos detalles fueron revelados despu¨¦s en la p¨¢gina web del ministerio, redactada en ingl¨¦s, para informaci¨®n de inversores extranjeros. Estas pr¨¢cticas no son propias de estos tiempos pol¨ªticos, ofenden a los ciudadanos y da?an la credibilidad de las opciones de pol¨ªtica econ¨®mica. Por ejemplo, la acertada decisi¨®n de subir el IVA y bajar las cotizaciones sociales.
Econom¨ªa y Hacienda tienen que dar m¨¢s explicaciones sobre asuntos decisivos para la confianza de los inversores. El ajuste necesario para cumplir con el objetivo de d¨¦ficit en 2014 es muy superior a los 54.400 millones que dice el Gobierno que conseguir¨¢ con las disposiciones anunciadas el viernes. De hecho, no est¨¢ claro de d¨®nde salen los m¨¢s de 21.000 millones de ingresos que recibir¨¢ Hacienda por la subida del IVA, puesto que en t¨¦rminos macroecon¨®micos el aumento de recaudaci¨®n imputable a la subida es de unos 12.600 millones. El resto de los recortes anunciados sufren de parecida imprecisi¨®n, en cuant¨ªa y en calendario. Con vaguedades no se recupera la confianza de los mercados. Y hace m¨¢s dif¨ªcil reclamar lo que es natural, para los espa?oles y el FMI: que el BCE debe apagar las tensiones de deuda mientras se sustancia el rescate bancario y se concreta la uni¨®n bancaria.
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