Ruman¨ªa preocupa

Cinco a?os despu¨¦s del ingreso de Ruman¨ªa en la Uni¨®n Europea, el retroceso del Estado de derecho y de la democracia en ese pa¨ªs resulta muy preocupante. Su entrada, con la de Bulgaria, fue precipitada, dado que no cumpl¨ªa los criterios democr¨¢ticos vigentes en la Uni¨®n. De hecho, forz¨® la elaboraci¨®n de informes semestrales de la Comisi¨®n Europea al respecto. Se confiaba en que su pertenencia facilitar¨ªa avances. Solo se han logrado en parte. Los movimientos del tercer primer ministro de la legislatura, el socialista Victor Ponta, suponen pasos atr¨¢s que denuncia el ¨²ltimo informe y que sus socios y las instituciones comunitarias no pueden permitir.

La presi¨®n ha hecho rectificar a Ponta en su intento de cambiar las reglas del refer¨¦ndum, el pr¨®ximo 29 de julio, para validar la deposici¨®n por la nueva mayor¨ªa parlamentaria del presidente de centro-derecha Traian Basescu. Ponta pretend¨ªa que bastara una mayor¨ªa simple, pero la ley, reafirmada por el Tribunal Constitucional, exige el voto positivo de al menos la mitad del censo. De ah¨ª que, para asegurar ese 50%, el Gobierno duplique los centros de votaci¨®n en el extranjero, aunque la amplia di¨¢spora (entre uno y tres millones) sea m¨¢s proclive a Basescu.

Hay una clara lucha pol¨ªtica en la que Ponta y sus aliados pretenden cambiar las reglas de juego y saltarse la divisi¨®n de poderes de una democracia. Y hay un pulso sobre si respetar o no los ajustes que exige el FMI a cambio de ayuda para una econom¨ªa al borde del colapso.

La Comisi¨®n tambi¨¦n le ha tirado de las orejas a Bulgaria por no avanzar en la lucha contra la corrupci¨®n y el crimen organizado, incluidos los asesinos a sueldo. Con sanciones si es preciso, la UE ha de vigilar, y no solo en estos pa¨ªses, el respeto de la democracia. Y no bajar nunca el list¨®n. Muy especialmente en una crisis econ¨®mica que puede alimentar los populismos m¨¢s peligrosos.