¡°A veces no me aguanto ni yo¡±
Una conversaci¨®n con la bailarina, core¨®grafa y profesora de danza, que confiesa que pondr¨ªa a Moragas a bailar 'break dance' y a Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, bailes de sal¨®n
Pregunta. Nacho Duato, Mar¨ªa Jim¨¦nez, Goyo Montero... Mucho alumno aventajado, pero no suelen quedarse aqu¨ª. ?Les espanta?
Respuesta. Es que no hay trabajo para los bailarines. Y yo soy la que les empujo a irse.
P. ?De qui¨¦n es la culpa??De Zapatero, como casi todo?
R. Yo creo que los Gobiernos espa?oles no se han dado cuenta de que, si tuvieran inter¨¦s en la danza, nosotros estar¨ªamos a la cabeza de la danza en el mundo.
P. ?Pero cree que tenemos el patio para mucha pirueta y mucha punta?
R. Pues, hombre, si tuvi¨¦ramos m¨¢s punta y menos robo a lo mejor nos ir¨ªa mejor.
P. ?M¨¢s bailarines y menos banqueros?
R. La verdad es que es un buen lema, s¨ª.
P. Hija de Antonio (El Bailar¨ªn), compa?era de B¨¦jart, madre de Tamara Rojo y de Mar¨ªa Jim¨¦nez¡
R. Bueno, yo fui alumna de Antonio y bailarina de su compa?¨ªa. Y madre de Tamara Rojo, no, ?eh? Pero s¨ª madre de Goyo Montero, por ejemplo.
P. ?La aureola a usted le ven¨ªa de f¨¢brica?
R. Siempre he tenido gente con talento, la verdad. Yo soy una mujer muy afortunada. Y tengo un ¨¢ngel.
P. ?D¨®nde se lo ve?
R. Porque siempre he salido de las adversidades. No me provoca miedo la vida. Siempre digo: ya se arreglar¨¢.
P. Entonces le resbala lo que digan Bruselas, el Ecofin, el FMI, el BCE...
R. Se va a arreglar todo. Estoy segur¨ªsima.
P. Compr¨® la academia de Antonio y ha puesto su despacho en lo que era su camerino. ?No se le aparece?
R. No. Yo s¨¦ que Antonio est¨¢ encantado. Pero eso lo supe el primer d¨ªa que abrimos el estudio, despu¨¦s de que me cost¨® la vida ponerlo de pie, porque estuve dos a?os de obras. Y cuando di la primera clase y escuch¨¦ el piano me entr¨® mucha emoci¨®n. Sab¨ªa que ¨¦l estaba feliz de que en su casa se escuchara otra vez la m¨²sica.
P. Pero lo que se dice verle por las paredes, al margen de sus fotos¡
R. Ojal¨¢. Ojal¨¢ se me apareciera y me transmitiera su maravillosa energ¨ªa todos los d¨ªas.
P. Y tampoco ver¨¢ a quienes se asomaban al balconcillo de este teatro a ver los ensayos: Ava Gardner, Errol Flynn.
R. No. La verdad es que no. Pero hay una energ¨ªa b¨¢rbara aqu¨ª.
P. ?Hoy hay un Antonio?
R. S¨ª, tiene que haber. Lo que pasa es que la vida no es lo mismo. Ahora es una ¨¦poca de directores, m¨¢s que de actores. Y ahora el marketing es tan importante como ser brillante.
P. ?A qu¨¦ pol¨ªticos ve haciendo break dance?
A corta distancia
Su academia, Scaena, est¨¢ en lo que fue el sancta sanct¨®rum de Antonio, en Madrid. Roche, c¨¢lida y cordial, lo mismo ense?a el centro que presenta a su hijo V¨ªctor Ullate Roche, que lleva los musicales, o coge en brazos a su nieto, del que cuenta que se canta a s¨ª mismo para dormirse. Familia de artistas desde la cuna, le digo, imaginando las autonanas del beb¨¦. En septiembre dirigir¨¢ El sue?o de una noche de verano. Le gusta decir que no para un momento.
R. Pues conozco a muchos pol¨ªticos a los que les gusta mucho la danza, como al actual ministro de Educaci¨®n y Cultura, Jos¨¦ Ignacio Wert. Haciendo break dance me imagino, por ejemplo, al mano derecha de Rajoy, ese chico moreno muy guapo, Moragas.
P. ?Y cramping?
R. A Obama. Y de Espa?a... Es que son un poco serios nuestros pol¨ªticos. A la exministra Paj¨ªn. Y bailes de sal¨®n y marchosa, Fern¨¢ndez de la Vega. Esa seguro que tiene la gracia por arrobas.
P. Vayamos al neocl¨¢sico.
R. M¨¢s moderno, no tan cl¨¢sico¡ Zapatero. Que a m¨ª me cae muy bien y me parece una persona maravillosa.
P. ?Y cl¨¢sico, cisne de estricta observancia?
R. Pues cl¨¢sico, pero no bailando, el catal¨¢n, ese que es tan atractivo y elegante: Artur Mas.
P. Usted revisit¨® La Cenicienta. No me dir¨¢ que limpiaban las hermanastras mientras ella se abanicaba.
R. Claro que s¨ª. Cuando la increpaban. Y adem¨¢s, ella se guaseaba un poco.
P. ?Le han probado alguna vez un zapatito?
R. S¨ª. Lo hab¨ªa perdido precisamente en La Cenicienta. Yo he sido Cenicienta y he sido de todo. He comido pienso de todos los pesebres.
P. ?Hace mucho que no pierde ninguno?
R. Los tengo bien apretaditos.
P. Siendo de Zaragoza, tendr¨¢ todo el d¨ªa cuerpo de jota.
R. Cuerpo de jota, s¨ª. Tengo mucha, much¨ªsima energ¨ªa. Sobre todo, las ma?anas son terribles. Hay veces que no me aguanto ni yo. Para m¨ª, parar es como morir.
P. ?Ante qu¨¦ modelo de ma?a me encuentro: Agustina de Arag¨®n, Virgen del Pilar o Luisa Fernanda Rudi?
R. No, Luisa Fernanda Rudi, no. Yo creo que de Agustina de Arag¨®n. Ante la adversidad, aqu¨ª estoy yo.
P. ?Cuando dice que Nacho Duato es una gloria nacional y el mejor core¨®grafo espa?ol, lo dice porque ha estudiado con usted?
R. No, porque lo es. Es el core¨®grafo m¨¢s reconocido en el mundo entero. Una gloria nacional, ?c¨®mo que no? Un chico con un talentazo extraordinario.
P. ?Cl¨¢sico, flamenco, contempor¨¢neo? ?De qu¨¦ pie prefiere cojear?
R. A m¨ª me apasiona todo. Ver un Lago de los cisnes¡ Pero bien bailado, porque si no, me pongo nerviosa. No esos que nos traen aqu¨ª, que cogen a cuatro rusos por la calle. Me encanta el cl¨¢sico, el neocl¨¢sico me apasiona y la vanguardia me puede enloquecer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.