Otro cigarrillo de Andrea
"Fabra debi¨® de sentirse aliviada haciendo finalmente algo que la reivindica como individuo. No m¨¢s esa hija de pap¨¢: Al fin, Andrea 'Que se jodan' Fabra"
Antes de decir su frase, ¡°que se jodan¡±, An??drea Fabra era una hija de pap¨¢ que hab¨ªa sido elegida diputada, bien casada con otro dirigente popular de san¨ªsima cabellera como ella. No siempre es f¨¢cil superar a los progenitores, y Andrea Fabra estaba ya casi hecha a la idea de que su paso por el Congreso no tendr¨ªa mayores razones para ser recordado. Pero, de pronto, lleg¨® esta crisis que nos ha cambiado a todos. Rajoy enumeraba los grandes recortes con los diputados populares ovacion¨¢ndolos ol¨ªmpicamente hasta 14 veces, y Andrea pudo darse cuenta de que era all¨ª o nunca, en el lugar menos adecuado, pero en el momento m¨¢s apropiado, cuando pod¨ªa hacer algo por cambiar su destino. Aunque ahora intente convencernos de que se sinti¨® impropia, en ese instante en que sab¨ªa que cruzaba la frontera de la inmortalidad, debi¨® de sentirse aliviada y ¨²nica haciendo finalmente algo que la reivindica como individuo, no m¨¢s esa hija de pap¨¢, esa esposa de o diputada por. Al fin, Andrea ¡°Que se jodan¡± Fabra.
La disculpa de Andrea lleg¨® tras el cari?oso rega?o de su partido. Algunos de los dirigentes del PP decidieron acompa?arla para que ella encendiera un cigarrillo. Parec¨ªan cobijarla porque, por encima de todo, Andrea ¡°Que se jodan¡± Fabra es hija de un amigo y hombre influyente en el partido. Lo fascinante de la foto es lo imp¨²dica que se muestra tambi¨¦n Andrea con la adicci¨®n, a la nicotina y al poder de su padre. Y no hace m¨¢s que indicar que Andrea hace siempre lo que quiere, sin importarle qui¨¦n la ve ni qui¨¦n la juzga. Ese gesto t¨ªpico de saberse protegida por pap¨¢, y sus amigos, tenga o no la raz¨®n. S¨ª, fumo, ?y qu¨¦? Con sus humos puede incluso que nos haya dicho una gran verdad: ¡°Estamos jodidos¡±.
Al mismo tiempo, vemos nuestra delegaci¨®n ol¨ªmpica estrenando sus ex¨®ticos equipamientos. En este debate es complicado ser ¨¢rbitro, ni de moda, ni de deporte. Es un estridente problema de vestuario que se ha convertido en uno de imagen del pa¨ªs. Tan llamativa es la equipaci¨®n como nuestro sentido del rid¨ªculo. Importa casi m¨¢s que las medallas y el buen deporte. Nuestro equipo no es el ¨²nico con problemas de look. Los brit¨¢nicos afean a Stella McCartney, otra hija de pap¨¢ que ha luchado por su propio reconocimiento, el haberse olvidado del rojo de la bandera brit¨¢nica. Y ella se ha defendido diciendo que quiso hacer una reinterpretaci¨®n de su insignia. Ella puede, es hija de otro icono nacional. Los americanos ven como una ofensa que Ralph Lauren haya fabricado los uniformes en China, y los italianos creen que a Armani se le ha ido la cabeza con los tejidos.?Ahora, tras la ausencia de Nadal, con el relevo de Gasol, tendremos m¨¢s cuerpo y cobertura para apreciar al detalle estas fantas¨ªas z¨ªngaras como de discoteca ibicenca. Solo el medallero dejar¨¢ planchado el asunto.
Asistimos a un verano de manifestaciones. Y la creaci¨®n de un cierto club de hijos de pap¨¢, a los que hay que sumar a Kim Jong-un, el nuevo l¨ªder de Corea del Norte, esa extravagante dictadura comunista y hereditaria.
Asistimos a un verano de manifestaciones. Y la creaci¨®n de un cierto club de hijos de pap¨¢, a los que hay que sumar a Kim Jong-un, el nuevo l¨ªder de Corea del Norte, esa extravagante dictadura comunista y hereditaria. Jong-un, quiz¨¢ siguiendo la ola del gran ajuste en Espa?a, ha decidido iniciar una t¨ªmida abertura: ha destronado a uno de los m¨¢s poderosos ministros de su padre y acude a los desfiles militares con una posible amante. Y, lo m¨¢s radical, ha facilitado la presencia de Mickey Mouse en un espect¨¢culo p¨²blico en su Pyongyang, esquivando el pago de los derechos de imagen a la Walt Disney Corporation. Y es que los hijos de pap¨¢ nacen con ese ¡°Que se jodan¡± en la boca, como un chicle, y no hacen m¨¢s que masticarlo. Incluso a veces consiguen hacer un globo que les divierte estallar en la cara de otros.
El verano de la infanta de Urdangarin se adentra en un mar donde las mejores palabras a las que asirse son presunto y probable. Lo relacionado con su marido es presunto, menos la pr¨®rroga del contrato con Telef¨®nica. Y en cuanto a s¨ª misma, es probable que su madre, la Reina, la reciba en Marivent con un susurro capaz de convertirse en demanda: ¡®?Replantea tu matrimonio!¡¯. En Telecinco insisten en que abogados pr¨®ximos a la pareja rechazan tal posibilidad, pero se deja flotar la idea de que para estos espacios la noticia ser¨ªa un subid¨®n con vistas a septiembre.
La presencia de la duquesa de Palma en Palma llega en un verano en el que el Rey no va estar muy presente en la isla. Y tambi¨¦n hay malestar entre los empresarios porque, al parecer, las infantas Leonor y Sof¨ªa no acudir¨¢n a los cursos infantiles de vela. Todo naufragando de una manera nada sutil. Y para hacerlo m¨¢s cruel, en otra familia, la televisiva de S¨¢lvame, amenaza tormenta: uno de sus miembros clave es invitado a abandonar el barco. Rosa de Benito, esa cu?ada, madre coraje y esposa superviviente se li¨® de manos con el exch¨®fer de Roc¨ªo Jurado en el programa. El momento televisivo parec¨ªa en cierta manera imitar el jaleo del Congreso, solo que un pel¨ªn mas can¨ªbal, porque el plat¨® es m¨¢s peque?o y la audiencia m¨¢s grande. Su estramb¨®tica visi¨®n termina por demostrar que el ¡°Que se jodan¡± de Andrea es lamentablemente otro s¨ªmbolo nacional.
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