No sin consenso
Las reformas electorales auton¨®micas responden m¨¢s al ventajismo pol¨ªtico que al ahorro
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha anunciado una reforma electoral para reducir en 14 esca?os el Parlamento de su comunidad, pasando as¨ª de los 75 actuales a 61. El PP gallego defiende esta propuesta con argumentos como dedicar a guarder¨ªas el dinero que se ahorre (1,3 millones de euros al a?o) o reducir el n¨²mero de pol¨ªticos, ahora mal vistos por la ciudadan¨ªa. El mismo partido que esgrime razones de austeridad se niega a rebajar m¨¢s el sueldo de los diputados gallegos, de forma que se consiga el ahorro pretendido con la disminuci¨®n de esca?os, y decenas de sus alcaldes se han subido las retribuciones.
Feij¨®o intenta convertir su propuesta en una batalla nacional para todo el Partido Popular y, a partir de la ¨²ltima reuni¨®n de responsables auton¨®micos con Rajoy, proliferan las sugerencias para desmochar las C¨¢maras auton¨®micas. Pero la confusi¨®n es grande porque Castilla-La Mancha, la comunidad presidida por Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, acaba de imponer el movimiento contrario: el n¨²mero de diputados en esa comunidad aumenta de los 49 actuales a 53.
Lo que realmente pretende la maniobra de Feij¨®o es garantizarse la siguiente mayor¨ªa. La reforma pretendida dar¨¢ alg¨²n esca?o m¨¢s al PP, en el supuesto de que el voto ciudadano en la pr¨®xima elecci¨®n sea similar al de la anterior. El procedimiento t¨¦cnico para lograrlo es simple: se atribuye un elevado n¨²mero de esca?os a cada provincia, nada menos que 10, tanto a las m¨¢s pobladas como a las que menos, y los restantes se distribuyen seg¨²n fracciones de poblaci¨®n. El resultado es que sube el peso parlamentario de las provincias menos pobladas, pero tradicionalmente conservadoras, que son Lugo y Ourense ¡ªesta ¨²ltima ha vivido las pr¨¢cticas de los Baltar¡ª; y se disminuye el de las m¨¢s pobladas, A Coru?a y Pontevedra, donde los socialistas y el BNG cuentan con los principales graneros de votos. Todo ello a pocos meses de las elecciones gallegas, previstas para marzo ¡ªsi el presidente de la Xunta no decide adelantarlas¡ª.
Los prop¨®sitos de Feij¨®o recuerdan los que la direcci¨®n nacional del PP apunt¨® para el Congreso en v¨ªsperas de las ¨²ltimas elecciones generales. Algunos dirigentes populares defendieron entonces la reducci¨®n a 300 del n¨²mero de diputados, en vez de los 350 actuales, una idea que no ha reaparecido en los ¨²ltimos meses, si bien el criterio de fondo es el mismo que el empleado ahora por el PP gallego. A priori no hay que descartar un debate serio sobre el tama?o de las instituciones representativas ni sobre su coste, pero en Espa?a rige el sistema de representaci¨®n proporcional y no deben alterarse las reglas del juego para perjudicar a la oposici¨®n en beneficio de quien est¨¢ en el poder. Todo se puede reformar, las leyes electorales tambi¨¦n, siempre que exista un amplio acuerdo pol¨ªtico y social. Cuando se imponen unilateralmente surgen las sospechas de prefabricar las mayor¨ªas y actuar con ventajismo.
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