Ruiz-Mateos vuelve a escena
Ya no es posible tomarse en serio al evaporador de capitales, para bien o para mal
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, rostro de cuero por la cirug¨ªa o el b¨®tox, no ha perdido su afici¨®n por el disparate c¨®mico. Tiene que ser su vocaci¨®n aut¨¦ntica, porque a estas alturas, despu¨¦s de quebrar dos Rumasas, la Antigua y la Nueva (un grup¨²sculo de empresas dise?ado para evaporar capitales), nadie en Espa?a cree en el cuento del empresario perseguido por el poder oscuro (Gobierno socialista, Banco Santander). El emprendedor jerezano ha montado su ¨²ltima charlotada en beneficio de la justicia. Primero no compareci¨® ante una juez de Palma; despu¨¦s, cuando la magistrada decret¨® la busca y captura para que comparezca ante el tribunal el 22 de agosto, convoc¨® a los periodistas para mofarse ante ellos de la juez (¡°conmigo est¨¢ haciendo el rid¨ªculo¡±, asegur¨® precisamente ¨¦l, aficionado a vestirse de Superman) y fanfarrone¨® de que no le importa ¡°estar entre rejas¡±. Habr¨¢ olvidado que huy¨® de la justicia cuando quebr¨® la Antigua Rumasa y se perdi¨® por medio mundo para evitar la c¨¢rcel.
No es posible tomarse en serio al evaporador de capitales, para bien o para mal; en broma tampoco, porque tiene tan poca gracia como el prospecto de una pomada contra la sarna. ?Qu¨¦ esperar de la justicia, pues? Bloquear los dineros de la notoria y numerosa familia, garantizar los derechos de los trabajadores expulsados por la gesti¨®n trapacera de la cadena rumasina y, si fuera posible, que vuelva el dinero de los pagar¨¦s a quienes con tan poco juicio pusieron su dinero en ellos.
Pero Ruiz-Mateos no agotar¨¢ sus man¨ªas esperp¨¦nticas con este caso judicial o los pr¨®ximos que sin duda le incumban, porque sin duda tiene en mente una tercera Rumasa, que quiz¨¢ se llame Rumasa Reconstituida. Parece conveniente, para la estabilidad emocional del empresario y la tranquilidad de los espa?oles, que se le encuentre una ocupaci¨®n acorde con su histrionismo. Podr¨ªa ser uno de los galanes viejunos en una nueva versi¨®n de Escenas de matrimonio, esa serie de Telemadrid que resucita peri¨®dicamente con chistes revenidos de los a?os sesenta; u ofrecerle alguna columna de an¨¢lisis econ¨®mico en uno de los boletines de extremocentro que pasan por peri¨®dicos y tanto divierten a chicos y grandes. Hay que tener entretenido a este hombre o le dar¨¢ la puntilla definitiva a la econom¨ªa, la justicia y al ingenio nacional.
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