Camellos por la paz
ETA no es un problema vasco, sino espa?ol, por eso todos deber¨ªamos tener voz y voto
En 1974 una partida de saharauis armados atac¨® en el entonces llamado S¨¢hara espa?ol un puesto de la Polic¨ªa Territorial. Dos hombres, tambi¨¦n naturales del Sahara, murieron en la acci¨®n. Las alarmas saltaron entre los mandos del ej¨¦rcito, porque la situaci¨®n en el territorio comenzaba a ser muy delicada. Se pod¨ªa reaccionar con una acci¨®n de castigo o buscar alguna soluci¨®n que tuviera efectos m¨¢s controlables. Se opt¨® por lo segundo y a alguien se le ocurri¨® una idea: si los atacantes eran de una tribu y los asesinados de otra, ?por qu¨¦ no arreglar el asunto entre las tribus? As¨ª se organiz¨®. Los parientes de los muertos recibieron, con la mediaci¨®n del ej¨¦rcito espa?ol, una compensaci¨®n en forma de camellos y otras mercanc¨ªas y el asunto se pudo enterrar. El estallido de la bronca se aplaz¨® por un tiempo.
Ahora, en 2012, y en Espa?a, a alguien se le ha ocurrido algo similar para resolver el ¡°conflicto¡± vasco, o sea buscar la salida pol¨ªtica para la cuadrilla de asesinos de ETA y su nutrido entorno. Pero no solo de Bildu y organizaciones similares nace la propuesta. Tambi¨¦n se han apuntado a ella sectores hondamente enclavados en el Partido Socialista de Euskadi, como su casi expresidente, Jes¨²s Eguiguren, y hasta se huelen tentaciones en el entorno del Partido Popular. Dos organizaciones que han sufrido en sus carnes la brutalidad homicida de la banda y sufren todav¨ªa la chuler¨ªa permanente de su entorno civil.
La propuesta no se concreta de manera tan cruda como en el S¨¢hara, pero tiene un contenido parecido en el razonamiento: seg¨²n estos sectores, para llegar a un final feliz (la paz), los dos sectores (entorno etarra y gobierno) tienen que hacer movimientos. Del entorno etarra se ve que hay pocos deseos de entrar en el juego, lo que se demuestra viendo a un pat¨¦tico parlamentario como Errekondo que no se atreve a condenar el asesinato de Miguel ?ngel Blanco o al secretario del alcalde de San Sebasti¨¢n amenazando de muerte a unos chavales que celebraban la victoria de Espa?a en el campeonato de Europa de f¨²tbol por la parte vieja de San Sebasti¨¢n, ?con una bandera espa?ola, hay que ser facha!
El entorno ¡®abertzale¡¯pretende silenciar a los espa?oles y, si es posible, expulsarlos de Arcadia
Entonces, hay que animar al gobierno a que de pasos. Y esos pasos se basan sobre todo en la pol¨ªtica penitenciaria, es decir, en el tratamiento de los presos y sus condenas. Hay que soltar a los bondadosos que ya no quieren pertenecer a ETA y derogar la doctrina Parot. A esta idea solo se oponen (seg¨²n los promotores de la cosa), algunas v¨ªctimas que prefieren la venganza antes que la reinserci¨®n y grupos de extrema derecha (aviso a navegantes: quien no est¨¢ de acuerdo conmigo, es un fascista).
?Por qu¨¦ hay que dar esos pasos? Porque la sociedad vasca no entiende que se act¨²e de otra manera. Las encuestas lo dicen. Es decir, que la demoscopia aconseja que se act¨²e con generosidad y altura de miras. Hay que ir aflojando suavemente las tuercas para as¨ª obtener unos buenos resultados electorales frente al triunfal avance de los nacionalistas radicales, que casi alcanzan en votos a los nacionalistas no violentos, el PNV. Juntos (lo que no es descabellado) nos pueden hacer una buena aver¨ªa.
La propuesta tiene, desde mi punto de vista, un par de puntos d¨¦biles que es dif¨ªcil fortalecer.
El primero y fundamental es el del ¨¢mbito. ETA, su historia de asesinatos, sus presos, no son un problema vasco, sino de forma muy clara un problema espa?ol. Aceptar otra cosa es entrar en la diab¨®lica diagnosis del ¡°conflicto¡±, esgrimida por los nacionalistas pac¨ªficos y violentos, seg¨²n la cual el problema reside en una fantas¨ªa pensada por Sabino Arana y desarrollada por algunas luminarias posteriores, que es la de la ocupaci¨®n de la Arcadia feliz que era Euskadi por el poder opresor espa?ol. Sobran autores vascos para demostrar lo est¨²pido y falaz de esa teor¨ªa. ETA, por el contrario, es un grupo terrorista y nacionalista formado en 1958 por quienes, de forma voluntaria decidieron que matar por la patria era l¨ªcito. Y mataron hasta hace muy poco, y casi sin excepciones, espa?oles, por el hecho de que lo fueran. Gaizka Fern¨¢ndez Soldevilla y Ra¨²l L¨®pez Romo, dos historiadores vascos, lo han demostrado de forma abrumadora, con documentaci¨®n y datos suficientes, en un reciente libro: Sangre, votos, manifestaciones, que tiene, como es natural, algunos problemas de distribuci¨®n en el Pa¨ªs Vasco.
ETA ha querido siempre matar espa?oles por el hecho de que lo fueran. En el Pa¨ªs Vasco, en Madrid, en Sevilla, en Catalu?a, o donde cayera, pero espa?oles. Y adem¨¢s, lo ha hecho en Espa?a, un pa¨ªs que desde hace mucho tiempo es un Estado de Derecho. Las razones legales obligan a pensar la persecuci¨®n de sus cr¨ªmenes desde la legalidad de ese Estado. Las razones morales obligan tambi¨¦n a hacer las encuestas de oportunidad en Espa?a.
Su sue?o: un Pa¨ªs Vasco independiente gobernado por la izquierda vasca. Y todos felizmente dem¨®cratas.
Aunque se diera la imposible circunstancia de poder calcular el n¨²mero de camellos que ETA y su entorno deber¨ªan pagar a las v¨ªctimas para obtener el perd¨®n y la ¡°reinserci¨®n¡± (o sea la vuelta a donde estaban antes de obtener el perd¨®n), a¨²n en ese caso, el cambalache se tendr¨ªa que hacer con espa?oles, no solo con encuestados vascos.
El otro punto flaco del invento est¨¢ en el futuro de la astuta maniobra. No est¨¢ fuera de la cabeza de los perge?adores (y eso lo sabe todo el mundo en el Pa¨ªs Vasco, aunque no se exprese abiertamente) la idea de un posible futuro bloque electoral de izquierdas que incluyera a espa?olistas reinsertados y a marcas electorales de los abertzales. Ese bloque electoral disputar¨ªa la hegemon¨ªa a los nacionalistas pac¨ªficos de derechas en un futuro no muy lejano. ?C¨®mo se har¨ªa? Cediendo todos un poquito, ¡°la puntita nada m¨¢s¡±. Un sue?o: un Pa¨ªs Vasco independiente gobernado por la izquierda vasca. Y todos felizmente dem¨®cratas.
?D¨®nde est¨¢ el fallo? Sobre todo, en que el entorno de ETA no es de izquierda, sino nacionalista, nacional-socialista para ser m¨¢s exactos. Sin jud¨ªos a los que exterminar pero con espa?oles a los que silenciar y, si es posible, expulsar de Arcadia.
?Ay de nuestros estrategas, entonces! Tendr¨ªan que demostrar su pureza con los condicionantes que les pusieran. De sangre ya no, porque eso est¨¢ anticuado. De patriotismo demostrable. Tendr¨ªan que poner de manifiesto que su odio a Espa?a es del calibre suficiente para poder adquirir la ciudadan¨ªa.
En todo caso, creo que ser¨ªa bueno saber cu¨¢ntos camellos se nos ofrece. No sea que valga la pena. A m¨ª no me basta con que Garitano lamente la muerte del empresario Korta, porque no ha condenado su asesinato.
A ver qu¨¦ ofrecen cambio de la paz. ?Libertad?
Jorge Mart¨ªnez Reverte es periodista y escritor.
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