La Ley de Dependencia

Ante la evidencia de que ha sido la contestaci¨®n social la que realmente ha conseguido que el Gobierno del PP d¨¦ marcha atr¨¢s en su decisi¨®n de suprimir los 400 euros que perciben los parados que han agotado las prestaciones, a uno se le ocurre pensar que por qu¨¦ raz¨®n esa presi¨®n no se ha dejado sentir en el caso de la Ley de Dependencia. Entre unos y otros la est¨¢n dejando morir.

Hay algo en la Ley de Dependencia que la acerca a los postulados cristianos y morales de todo humanismo que se precie: su puesta en marcha sirvi¨® para favorecer a los seres humanos que m¨¢s sufren. Como han dicho algunos, es una ley de ra¨ªces evang¨¦licas. Los recortes, hechos al margen de la piedad, sin tener en cuenta las leyes del coraz¨®n ¡ªque son ¨¦sas que no admiten argumentos ni silogismos en contra¡ª se est¨¢n cebando con ella.

Mujeres que en su d¨ªa, para atender a los suyos, dejaron de trabajar, pasaron a cobrar y a cotizar en una Seguridad Social que les posibilitar¨ªa el acceso a una jubilaci¨®n que las ayudase. Ya no cotizan. Y lo poco que cobran se ver¨¢ afectado por un recorte del 15%. No hay manifestaciones que las defiendan. Ni el PSOE, de cuya iniciativa naci¨® una ley que nos honra a todos como pueblo, ha defendido esa causa con el denuedo que ha desarrollado al denunciar el intento de dejar a los parados sin los 400 euros que perciben. ?Est¨¢n solos los dependientes? ?Puede un Gobierno de inspiraci¨®n cristiana ¡ªmuchos de cuyos miembros son cristianos de misa y comuni¨®n diaria¡ª dejar sin efecto una ley que tanto se acerca a los valores esenciales del cristianismo? ?Y puede la Iglesia, esa Iglesia que cada d¨ªa le montaba una manifestaci¨®n a Zapatero, permanecer callada? ?Est¨¢ muda o ha perdido el alma?¡ª Manuel An¨ªbal ?lvarez Gonz¨¢lez.