Violencia en Sud¨¢frica
Los sucesos en la mina de Marikana muestran la necesidad de que el pa¨ªs culmine su transici¨®n
Sud¨¢frica no ha acabado su transici¨®n pol¨ªtica y necesita un nuevo impulso econ¨®mico. 18 a?os despu¨¦s de la llegada al poder del Congreso Nacional Africano, los sucesos en la mina de Marikana, los m¨¢s cruentos desde entonces, muestran la necesidad de un segundo esfuerzo para profundizar en el cambio que, desde el perd¨®n y la convivencia que propugnara Nelson Mandela, puso fin al r¨¦gimen del apartheid.
Sud¨¢frica tiene en su subsuelo, entre otras riquezas, un 80% de las reservas de platino del mundo. Los 3.000 perforadores del yacimiento de Marikana, al norte de Johannesburgo, declararon hace d¨ªas una huelga salvaje para intentar forzar que les tripliquen sus sueldos. La exigencia lleg¨® en mal momento para la empresa Lonmin, propietaria de la mina, que se est¨¢ viendo forzada a recortar gastos ante una ca¨ªda del precio del platino ¡ªcuriosamente, la huelga lo ha hecho repuntar¡ª derivada del par¨®n en la fabricaci¨®n de aut¨®moviles en Europa por la crisis.
Ya el 10 de agosto hubo unos violentos encontronazos entre representantes de los dos principales sindicatos en Marikana que se saldaron con la muerte de 10 personas, entre ellos dos polic¨ªas. El pasado jueves los tres millares de perforadores, algunos armados con machetes y palos, se enfrentaron a una polic¨ªa mal preparada para la ocasi¨®n, que dispar¨® matando al menos a 34 trabajadores. La direcci¨®n de Lonmin calent¨® a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos al se?alar que los que no regresasen al trabajo ser¨ªan despedidos, pero ayer, ante la presi¨®n del Gobierno, dio marcha atr¨¢s.
La violencia ¡ªjunto a un desempleo del 25%, la desigualdad y la corrupci¨®n¡ª es la peor lacra del pa¨ªs. Las medidas para conseguir que los negros participen m¨¢s de una riqueza que sigue esencialmente en manos de blancos no han funcionado. Esta situaci¨®n ha llevado a incrementar las demandas de nacionalizaciones y a radicalizar el discurso pol¨ªtico. Las empresas tambi¨¦n tienen que adaptarse mucho m¨¢s a la nueva situaci¨®n.
El presidente Jakob Zuma debe impulsar un nuevo cap¨ªtulo que reduzca la violencia, serene la tensi¨®n pol¨ªtica y social, y establezca nuevas bases econ¨®micas, pues el desarrollo basado en la exportaci¨®n de materias primas no es suficiente. La semana de duelo que ha decretado por estas muertes debe ser utilizada para una reflexi¨®n general.
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