Cabal y culpable
La condena del autor de la masacre de Utoya reconoce la dimensi¨®n pol¨ªtica del crimen
Noruega ha dado un ejemplo al mundo, no de eficacia, sino de serenidad y responsabilidad con su gesti¨®n de las consecuencias de la matanza de Utoya, en la que Anders Breivik, en nombre del odio al islam y el rechazo del multiculturalismo, asesin¨® a 69 personas, adolescentes en su mayor¨ªa, que se sumaron a otras ocho en un atentado previo en Oslo. Ayer, a los 13 meses de la tragedia, vivi¨® su cap¨ªtulo final con la condena del acusado a la m¨¢xima pena de prisi¨®n, 21 a?os, prorrogables si el reo sigue siendo un peligro para la sociedad.
Desde el momento en que Breivik reconoci¨® los hechos, si bien no su culpabilidad, su destino estaba entre rejas, fueran las de una prisi¨®n o las de un psiqui¨¢trico. Pero el fallo del Tribunal de Oslo coincide no ya con lo que buscaba Breivik, sino con el sentir general de una opini¨®n p¨²blica que se sobresalt¨® ante un primer informe psiqui¨¢trico que consideraba que el autor sufr¨ªa de esquizofrenia paranoide y estaba en estado psic¨®tico cuando perpetr¨® sus cr¨ªmenes, con lo que no hubiera sido penalmente responsable. De haberse seguido sus recomendaciones, y no las de un segundo peritaje que consider¨® que Breivik sufr¨ªa trastornos de la personalidad que no reduc¨ªan su responsabilidad, se hubiera despose¨ªdo al caso de la dimensi¨®n pol¨ªtica que, sin duda, tiene. Pues aunque la presidenta del tribunal consider¨® que se hab¨ªa tratado de la acci¨®n de un individuo, y no de un grupo, tambi¨¦n afirm¨® que las ideas de Breivik contra el islam no eran aisladas, sino compartidas por otras personas en una sociedad que se considera una de las m¨¢s cohesionadas del mundo.
El Gobierno noruego evit¨® el error de precipitarse a apuntar el dedo hacia el terrorismo yihadista en las horas inmediatas a los sucesos de aquel 22 de julio de 2011. Tambi¨¦n ha sido un ejemplo la diligencia con la que se cre¨® desde el Parlamento una comisi¨®n de investigaci¨®n, formada por 10 expertos independientes, que lleg¨® a principios de este mes a la conclusi¨®n de que, de haber tomado la polic¨ªa y los servicios de inteligencia las decisiones correctas, se podr¨ªa haber evitado el coche bomba en Oslo, y llegar tarde a Utoya. Este informe llev¨® a la dimisi¨®n del jefe de la polic¨ªa, que hab¨ªa llegado al cargo solo unos d¨ªas antes de la tragedia. Noruega ha mantenido la cabeza fr¨ªa y la justicia inc¨®lume. Ahora estar¨¢ m¨¢s alerta, pero no en detrimento de las libertades ni de su forma de ser.
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