Chavela Vargas no descansa en paz
La familia costarricense reclama a su compa?era y bi¨®grafa Mar¨ªa Cortina el legado de la cantante La propia artista proclam¨® que quiso "beb¨¦rselo todo" en vida y morir sin dejar problemas Tras repartir sus cenizas, a¨²n queda por desvelar si realmente dispon¨ªa de alg¨²n bien material
A Chavela Vargas no le inquietaba la muerte. ¡°No me preocupa, puede ser bell¨ªsima¡±, dijo en abril en una entrevista con este diario, ¡°la cuesti¨®n es vivir como yo he vivido: 93 a?os, aqu¨ª, en la tierra¡±. Pero aunque La Chamana, una de las grandes voces de la canci¨®n mexicana, ya no est¨¦, su fallecimiento no ha tra¨ªdo la paz a sus seres m¨¢s pr¨®ximos. El enfrentamiento lo ha abierto desde Costa Rica, pa¨ªs natal de la cantante, su sobrina Gisela ?vila Vargas, que reclama su legado a la periodista Mar¨ªa Cortina, su apoderada, bi¨®grafa y compa?era de los ¨²ltimos a?os de vida. El primer choque por los restos ha terminado con el reparto de las cenizas. Y ahora se abre otra lucha por una herencia tal vez m¨¢s simb¨®lica que material, porque, seg¨²n su c¨ªrculo m¨¢s cercano, Chavela apenas ten¨ªa bienes y hab¨ªa hecho cierta aquella estrofa que tom¨® de su compa?ero de parrandas Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez: ¡°He ganado dinero para comprar un mundo m¨¢s bonito que el nuestro, pero todo lo aviento porque quiero morirme como muere mi pueblo¡±.
Para entender la disputa hay que retroceder en el tiempo. Tras pasar 70 a?os en M¨¦xico, adonde lleg¨® a los 17, la artista volvi¨® en 2006 a Costa Rica para vivir con su hermana. Pero en 2007 ya estaba de vuelta en su pa¨ªs de adopci¨®n. Su sobrina asegura que simplemente sali¨® de su tierra natal para dar una gira de la que nunca regres¨®. Y que el conflicto comienza entonces, con la aparici¨®n en la vida de Chavela de Mar¨ªa Cortina, que se convierte de facto en su apoderada y se hace cargo del manejo de sus negocios. La versi¨®n de los amigos que acompa?aron a la artista hasta la muerte es bien distinta. Para ellos, Cortina es el ¨¢ngel que sostiene y acompa?a a Chavela en los ¨²ltimos a?os de su vida. Y hablan de un incidente previo que marc¨® el distanciamiento definitivo con su familia. La Chamana dec¨ªa que quer¨ªan internarla en un hospital ¡°para matarla y quedarse con su dinero¡±, seg¨²n ha recordado a Efe su amiga Mariana Gyalui.
Chavela Vargas ya no puede hablar sobre este asunto. Pero lo hizo, alto y claro, en febrero de 2011, cuando su sobrina asegur¨® al diario Extra de San Jos¨¦ de Costa Rica que la artista estaba retenida contra su voluntad, enferma y explotada laboralmente en una peque?a posada de Cuernavaca, en el Estado mexicano de Morelos. Al d¨ªa siguiente, el diario mexicano La Jornada publicaba una entrevista telef¨®nica con la propia cantante que no dejaba bien parados a sus familiares. ¡°Es una porquer¨ªa declarar esas cosas y una irresponsabilidad del peri¨®dico publicarlas, [¡] si estuviera secuestrada no estar¨ªa tan feliz. [Mi sobrina] Est¨¢ loca. No s¨¦ lo que buscan, seguramente esperan que yo les deje algo¡±, conclu¨ªa la cantante.
Pero la familia no se rindi¨®. Y tras la muerte de la artista, el pasado 5 de agosto, subi¨® el tono de las acusaciones. ¡°Hay un testamento de 2004 que dice que la heredera universal es su sobrina Gisela ?vila. Nosotros lo que queremos es que se cumpla su ¨²ltima voluntad, que es que la familia disponga de los restos y de todo su patrimonio material e inmaterial¡±, asegura el abogado costarricense Pablo Barahona v¨ªa telef¨®nica. Las atribuciones de Cortina, seg¨²n el abogado, van m¨¢s all¨¢ de cuestiones econ¨®micas y traspasan el ¨¢mbito laboral. Mar¨ªa se encarga tambi¨¦n de gestionar las amistades de la artista o el cuidado de su salud. ¡°Chavela sali¨® de Costa Rica caminando; un a?o despu¨¦s se trasladaba en silla de ruedas. Sospechamos que le pudieran inyectar cortisona para que tuviese episodios de lucidez. Cortina tambi¨¦n orden¨® cambiar a sus cuidadoras y Chavela lo sinti¨® mucho¡±, asegura.
Mientras, la periodista guarda estricto silencio y pide respeto para sobrellevar su luto. Todos los intentos de este medio para contactar con ella han resultado infructuosos, pero fuentes muy pr¨®ximas, en contacto directo con Cortina, aseguran que no se defiende porque no quiere entrar al juego que propone la familia. ¡°Lo ha consultado con su conciencia y ha concluido que la mejor respuesta ante esto tan mezquino es el silencio¡±, dicen. No habla, pero hay mucha gente dispuesta a dar la cara por ella, como el poeta Eduardo V¨¢zquez, director del Museo de Historia Natural. ¡°Mar¨ªa fue su ¨²ltima gran amiga, su compa?era de vida en los a?os finales y un apoyo fundamental¡±, cuenta por tel¨¦fono a este peri¨®dico. ¡°Quien haya conocido a Chavela sabe que no es posible que alguien manipulara su voluntad. Ella hizo de su vida lo que quiso, nadie la acot¨®, fue uno de los seres m¨¢s libres del siglo XX. Tal y como dijo a unos j¨®venes tras un concierto en el Z¨®calo: ¡®Les dejo en herencia mi libertad¡±.
Entre quien apoya a la sobrina de Chavela se encuentra el periodista costarricense Alfredo Gonz¨¢lez, cuya relaci¨®n de amistad con la cantante se remonta hasta hace 20 a?os, cuando la artista regres¨® a su pa¨ªs natal. ¡°Yo la escuchaba porque me encantaba. Por medio de una vecina, averig¨¹¨¦ d¨®nde viv¨ªa y un d¨ªa me arm¨¦ de valor, le compr¨¦ un ramo de flores y fui a llamar a su puerta¡±, relata desde el otro lado del hilo telef¨®nico. ¡°Recuerdo que estaba muy nervioso, tanto que ahogu¨¦ las flores con la mano; ella ten¨ªa fama de ser malhumorada. Sin embargo, abri¨® la puerta y me dijo: ¡®Justo en este momento me quejaba de soledad y apareciste. Vamos a ser grandes amigos¡±.
Gonz¨¢lez cuenta que la ¨²ltima vez que vio a Chavela fue en 2009, en su casa de M¨¦xico. ¡°Ella se march¨® a dar unos conciertos en 2007 y dej¨® todo en Costa Rica, as¨ª que pensaba regresar. Tardamos dos a?os en dar con su residencia. Est¨¢bamos preocupados porque hab¨ªa tenido problemas psiqui¨¢tricos y estaba enferma. Cuando la encontramos, acudimos a visitarla. Yo iba con una guitarra y al verme llegar me sonri¨® diciendo: ¡®Podr¨ªa irme a la tierra del fuego que me ibas a encontrar¡¯. En ese momento apareci¨® una mujer y nos ech¨® de all¨ª como si fu¨¦semos delincuentes. M¨¢s tarde telefone¨¦ a la quinta donde resid¨ªa y me dijeron que para hablar con Chavela deb¨ªa tener la autorizaci¨®n de Mar¨ªa Cortina. Me dieron su contacto, pero nunca logr¨¦ hablarle a algo m¨¢s que a su buz¨®n de voz¡±. Para el periodista costarricense, el entorno mexicano de la cantante no es consciente del ¡°profundo dolor¡± que le causaron a ¨¦l y a la familia. ¡°Todo lo que yo pueda opinar sobre Cortina son suposiciones¡±, a?ade, ¡°pero, como dice el director argentino Eduardo Mignogna, ¡®si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera¡¯, y aqu¨ª quien ha perdido es la familia¡±.
Al c¨ªrculo m¨¢s cercano a Cortina no le inquieta el testamento que esgrime la sobrina. ¡°Puede ser verdad que en alg¨²n momento Chavela la nombrara heredera universal, pero lo cambi¨® en M¨¦xico y pronto se conocer¨¢ su contenido¡±, afirm¨® el jueves pasado a Efe Mariana Gyalui, amiga de la cantante. El abogado de la familia tambi¨¦n ha cuestionado la facultad de Cortina para seguir gestionando los asuntos de la artista porque ¡°los poderes que tuviera finalizaron con su muerte¡±. Sin embargo, el letrado independiente Jurgen Beltr¨¢n puntualiza esta afirmaci¨®n: ¡°La relaci¨®n acaba con el fallecimiento, pero en lo que pueda beneficiar al patrimonio del finado, el mandatario sigue teniendo potestad. Para quit¨¢rsela, quienes demuestren ser los herederos deben revocarla legalmente¡±. En medio de este embrollo, la primera decisi¨®n urgente, sobre los restos de la artista, ha sido m¨¢s o menos salom¨®nica. La mayor parte de sus cenizas ser¨¢n esparcidas frente a su casa de Tepoztl¨¢n y la familia aventar¨¢ el resto ¨C¡°una ¨ªnfima porci¨®n¡±, se quejan¨C en el mar de Veracruz y en el de Guanacaste.
El abogado de la familia asegura que sus allegados desean crear una fundaci¨®n con su nombre para la promoci¨®n de nuevos talentos, con sedes en Costa Rica, M¨¦xico y Espa?a. Pero, aparte de ese nombre y de sus restos, ?queda algo que repartir? Eduardo V¨¢zquez coincide con otras fuentes consultadas en que los parientes se equivocan si buscan una suculenta herencia. ¡°No hacen esto por las cenizas. Buscan algo m¨¢s, pero ese algo m¨¢s, un patrimonio m¨¢s all¨¢ de lo art¨ªstico, de lo simb¨®lico, no existe. Para el poeta y editor, en la familia puede influir adem¨¢s cierto ¨¢nimo que percibe tambi¨¦n en la prensa costarricense. ¡°Creo que Costa Rica siente que Chavela le debe algo y hay una sensaci¨®n de despecho. Pero creo que deber¨ªan asumirla as¨ª, como una gran hija pr¨®diga, una Ulises que no regres¨®¡±.
El renacer de Chavela
En 1993 aterriz¨® en Madrid, tras 20 a?os de ausencia y casi caer en el olvido, en un concierto organizado por su amigo el editor Manuel Arroyo. All¨ª estaba Pedro Almod¨®var, uno de sus aliados en su lucha contra la bebida. "Encontr¨® en Espa?a la complicidad que M¨¦xico le neg¨®", escribi¨® el director a su muerte. Joaqu¨ªn Sabina, Lucrecia o Mar¨ªa Dolores Pradera, entre otros, se sumaron a esa complicidad.
Que Chavela Vargas no viv¨ªa lujosamente era algo que pod¨ªa constatar cualquiera que fuera a visitarla a Tepoztl¨¢n, a su hogar al pie del cerro del Chalchi. Su casa, de una sola planta, ten¨ªa much¨ªsimo encanto, pero no era en absoluto una mansi¨®n, y aunque contaba con un jard¨ªn muy amplio, compart¨ªa la parcela con otras viviendas. Cuando esta primavera M¨¦xico promovi¨® su candidatura al Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, una fuente muy pr¨®xima cont¨® a este peri¨®dico que la dotaci¨®n del premio (50.000 euros) le vendr¨ªan de maravilla para ir tirando unos a?os m¨¢s. ¡°No hay nada que heredar¡±, asegura el productor Guillermo S¨¢nchez Guzm¨¢n, encargado de actualizar el Twitter y el Facebook de la cantante, ¡°Chavela pas¨® sus ¨²ltimos a?os decentemente, pero sin lujos. La casa era de alquiler y pagaba por ella 4.000 pesos al mes (algo menos de 250 euros), que abonaba Mar¨ªa Cortina¡±. Adem¨¢s, Chavela ten¨ªa que sufragar la atenci¨®n permanente de dos enfermeras, Loren y Lily, a quienes llamaba ¡°mis ¨¢ngeles¡±. Consultada por este peri¨®dico, Patricia Escobedo, gerente del Hospedaje Quinta La Monina, ¨²ltima residencia de la cantante, confirm¨® estos datos.
?Y c¨®mo es que no ten¨ªa nada una primer¨ªsima figura de la canci¨®n adorada en varios pa¨ªses? S¨¢nchez Guzm¨¢n asegura que ¡°con las grandes compa?¨ªas hab¨ªa firmado en su d¨ªa un contrato sin asesoramiento y casi no recib¨ªa nada¡±, y que sus dos ¨²ltimos ¨¢lbumes, producidos por Discos Coras¨®n, editados en plena crisis discogr¨¢fica, le proporcionaban una cantidad muy modesta. Esta falta de recursos pudo ser deliberada, seg¨²n cuenta el productor: ¡°Al final de su vida me dijo que se hab¨ªa bebido todo y que, como no ten¨ªa familia, se hab¨ªa divertido mucho y quer¨ªa morir sin dejar problemas¡±.
?Es cre¨ªble esta versi¨®n? Las discogr¨¢ficas para las que trabaj¨® Chavela consultadas no lo aclaran, pero Diego A. Manrique, cr¨ªtico musical de EL PA?S, asegura que ¡°es francamente posible¡±. ¡°Primero, porque en aquel tiempo se firmaban contratos leoninos. Esos discos se han seguido vendiendo en ediciones baratas. Y adem¨¢s, para cobrar de esos lanzamientos hab¨ªa que estar muy encima de las compa?¨ªas, ser muy pesado y mirar todo con lupa. Y Chavela no ten¨ªa una estructura empresarial a su alrededor que se encargara de pelear. Y segundo, porque el gran dinero est¨¢ en la composici¨®n, no en la interpretaci¨®n, y su obra se reduce a la mitad de Macorina y poco m¨¢s¡±. Adem¨¢s, la vida de La Chamana pas¨® por enormes altibajos. En los noventa, el editor Manuel Arroyo primero y Pedro Almod¨®var despu¨¦s relanzaron a la cantante, cuya carrera agonizaba y a quienes muchos en M¨¦xico daban por muerta.
En toda esta pol¨¦mica no ha faltado tampoco el debate sobre la pertinencia de su ¨²ltimo viaje a Espa?a, el pasado julio, expreso deseo de la cantante, pero cuestionado ahora por la familia debido a su delicado estado de salud. ¡°Antes de salir fue sometida a ex¨¢menes cardiol¨®gicos, neumol¨®gicos y renales, y comprobamos que se daban todos los requisitos para que viajase. De hecho, lleg¨® a Espa?a y visit¨® el Museo del Prado. Fue despu¨¦s cuando se sinti¨® mal¡±, asegura el que fue su m¨¦dico en esta ¨²ltima ¨¦poca, Jos¨¦ Manuel N¨²?ez. ¡°En Espa?a fue atendida magn¨ªficamente en un hospital de mucho renombre. All¨ª guard¨® el reposo exigido, pero su deseo era volver. Hay que conocer el car¨¢cter de Chavela para saber que cuando quer¨ªa hacer algo, simplemente lo hac¨ªa¡±. Diez d¨ªas despu¨¦s de regresar, falleci¨®. Sobre cuestiones personales y familiares, N¨²?ez reconoce que la artista siempre lo mantuvo al margen de cualquier conflicto. ¡°Yo solo conoc¨ªa a Mar¨ªa y a sus cuidadoras, a nadie m¨¢s. Nunca vi a ning¨²n familiar¡±.
No sabemos qu¨¦ dir¨ªa Chavela de esta triste disputa, pero s¨ª que se ocup¨® m¨¢s de vivir que de pensar en lo que suceder¨ªa cuando ya no estuviera. Hace cuatro meses, cuando fue entrevistada por EL PA?S, pronunci¨® unas palabras que entonces no se publicaron y que ahora, cuando se ha discutido hasta el lugar donde esparcir sus restos, parecen prof¨¦ticas: ¡°Una vez que te hayas muerto, que te tiren en un r¨ªo, que te tiren en un pozo, que te tiren en una monta?a, que te tiren en una hoguera, da lo mismo. Ya no existe nada salvo, qui¨¦n sabe, esa cosa que invent¨® alguien que se llama alma y que nadie ha visto¡±.
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