Alfred Hitchcock arruin¨® su carrera, pero no su vida
La actriz Tippi Hedren ha recordado su traum¨¢tica experiencia con el emblem¨¢tico cineasta Seg¨²n ella, su empe?o en transformarla en "su nueva Grace Kelly" deriv¨® en obsesi¨®n sexual Sus declaraciones coinciden con el lanzamiento de una pel¨ªcula que recrea su relaci¨®n

¡°Arruin¨® mi carrera, pero no mi vida¡±. Cincuenta a?os despu¨¦s del rodaje de Los p¨¢jaros, Tippi Hedren expon¨ªa ante la prensa su trauma con quien la descubri¨®, acos¨® y repudi¨®. La excusa, la presentaci¨®n, a principios de agosto, del telefilme de la HBO The girl, donde la actriz se ha visto encarnada por Sienna Miller y que se estrenar¨¢ en EE UU el 20 de octubre. La cinta refleja la obsesi¨®n que sinti¨® Alfred Hitch?cock hacia su musa de entonces y el sufrimiento que ella vivi¨® en silencio para evitar perjudicar su propio futuro en el cine. Preguntada por el supuesto amor que el cineasta le profesaba, Hedren reflexion¨®: ¡°No s¨¦ c¨®mo llamar a aquello, pero desde luego no era amor. Cuando quieres a alguien, lo tratas bien. Estamos ante una mente [la de Hitchcock] incomprensible. Era malvado, pervertido, casi hasta peligroso¡±.
Tras sentirse abandonado por su musa Ingrid Bergman primero (que, tras tres pel¨ªculas, se fue con otro director, Roberto Rossellini, con quien se casar¨ªa) y por Grace Kelly despu¨¦s (convertida en princesa de M¨®naco del brazo de Rainiero), Hitchcock busc¨® una nueva rubia a su medida en Tippi Hedren, una modelo reci¨¦n entrada en la treintena y madre soltera de una ni?a de cuatro a?os (Melanie Griffith). La vio en un spot de bebidas adelgazantes y, a pesar de que ella no ten¨ªa experiencia actuando, tuvo un flechazo. En su primer encuentro, la someti¨® al mismo ritual que a Kim Novak (con la que film¨® V¨¦rtigo, una cinta que ¨¦l no consider¨® redonda pero que, iron¨ªas de la vida, acaba de desbancar a Ciudadano Kane como la mejor de la historia en la lista que cada 10 a?os realiza la revista Sight & Sound): la cit¨® para hablarle de todo menos de cine. Solo que en la modelo, que estaba m¨¢s viajada que Novak, encontr¨® cierta r¨¦plica que le cautiv¨®.
Encarg¨® a Edith Head, la dise?adora de vestuario de sus pel¨ªcu?las, que le confeccionara todo un guardarropa para su d¨ªa a d¨ªa. Igual que hab¨ªa hecho antes con Vera Miles, Grace Kelly y Eva Marie Saint. Comenzaba as¨ª a moldear a su estrella. ¡°Encontr¨¦ eso sorprendente¡±, revelar¨ªa Hedren al bi¨®grafo de Hitchcock Donald Spoto. ¡°Se gast¨® mucho m¨¢s dinero en regalarme un vestuario personal que en mi sueldo de un a?o¡±. ¡°Estaba haciendo V¨¦rtigo con Tippi Hedren¡±, reflexionar¨ªa a?os despu¨¦s el guionista Samuel Taylor, aludiendo a la transformaci¨®n a la que somete James Stewart a Kim Novak en la pel¨ªcula, tratando de convertirla f¨ªsicamente en la mujer muerta a la que am¨®.
No era ning¨²n secreto: Hitchcock buscaba ansiosamente a su ¡°nueva Grace Kelly¡±. De hecho, concibi¨® Marnie, la ladrona como su gran regreso al cine. A diferencia de lo que muchos piensan, Kelly ten¨ªa el consentimiento de Rainiero, fan declarado del cineasta, pero la oferta coincidi¨® con las iras del general De Gaulle, que, irritado por las ventajas fiscales que el principado ofrec¨ªa a ciertos hombres de negocios, cuestion¨® el estatuto privilegiado de M¨®naco. Para no romper los lazos con Francia, el pr¨ªncipe se vio obligado a moderar la imagen fr¨ªvola de sus dominios, y eso incluy¨® la renuncia de Kelly a volver a la pantalla.
Tippi Hedren acabar¨ªa siendo Marnie. El director la ten¨ªa por entonces sometida a escrutinio. Ya en el rodaje de Los p¨¢jaros hab¨ªa solicitado a dos miembros del equipo que la espiaran fuera de plat¨®. A sus meticulosas especificaciones gestuales (recordemos, la pel¨ªcula est¨¢ plagada de idealizados primeros planos de ella) sum¨® largas reuniones con la actriz en privado para discutir detalles del filme. Tal y como recordar¨ªa ella a Spoto: ¡°Empez¨® a decirme qu¨¦ llevar en mi tiempo libre, qu¨¦ comer y los amigos a los que deb¨ªa ver. Se pon¨ªa furioso si yo no le ped¨ªa permiso para visitar a alg¨²n amigo por la noche o un fin de semana¡±.
Le susurraba comentarios obscenos justo antes de rodar o la incitaba a beber martinis durante los ensayos. Hasta llegar al cl¨ªmax: el momento del ataque al que se ve sometido su personaje, atrapado en una habitaci¨®n y sin poder abrir la puerta. El director descart¨® las aves mec¨¢nicas, por resultar irreales, y enjaul¨® a Hedren durante toda una semana, lanz¨¢ndole p¨¢jaros vivos, para una escena de apenas un minuto y medio. El ¨²ltimo d¨ªa, casi pierde un ojo de un picotazo y fue devuelta a casa sedada tras un colapso nervioso. Hedren la recordar¨ªa siempre como ¡°la peor semana de mi vida¡±. Como quien recita un mantra, Hitch?cock recuper¨® para sus entrevistas la cita de Oscar Wilde: ¡°Destruyes aquello que amas¡±.
¡°Hitchcock ten¨ªa una mente incomprensible. Era malvado, pervertido, casi peligroso¡±, ha declarado la actriz
Tras el rodaje, la colm¨® de regalos y le enviaba ardientes notas entremezcladas con otras m¨¢s profesionales con detalles sobre Marnie. Una vez en el set hizo instalar para Hedren un lujoso camerino rodante unido por una pasarela a su bungal¨®-oficina en la Universal. Al final de cada d¨ªa, le enviaba champ¨¢n, pero ella, para evitar sus constantes visitas, invitaba all¨ª a compa?eros del equipo. A pesar de saber de la inminente boda de la rubia con su agente, Noel Marshall, le confes¨® haber so?ado con que ella le dec¨ªa que le quer¨ªa. ¡°Hitch, tan solo se trataba de un sue?o¡±, le respondi¨®. Hasta que una noche se abalanz¨® sobre la actriz. Ante su rechazo, la repudi¨® para siempre. A partir de entonces se referir¨ªa a ella simplemente como ¡°esa chica¡± y restringir¨ªa su comunicaci¨®n a instrucciones a trav¨¦s de sus ayudantes.
Su esposa, Alma, parec¨ªa aceptar estos enamoramientos rom¨¢nticos con sus actrices como puras fantas¨ªas, como la persecuci¨®n de ese sue?o, pero su fijaci¨®n con Hedren saltaba a la vista. Las instrucciones al director de fotograf¨ªa, Robert Burks, eran que la c¨¢mara se acercase a su rostro tanto como pudiera, ¡°casi como si le hiciese el amor¡±. La guionista, Jay Presson Allen, dijo: ¡°Estaba loco por Hedren, de igual modo que hab¨ªa estado obsesionado antes con una serie de fr¨ªas actrices rubias¡±.
En su af¨¢n acaparador, el director se neg¨® a que Hedren aceptara el Premio Photoplay, uno de los m¨¢s prestigiosos del momento, a la actriz m¨¢s prometedora del a?o. Telefone¨® en su nombre y lo rechaz¨® por ella. Cualquier teor¨ªa sobre que Hedren cayera en la lista negra es indemostrable, pero que uno de sus mayores hitos posteriores fuera el telefilme Los p¨¢jaros 2: el fin del mundo dice mucho de la alargada sombra que ha proyectado siempre la oronda figura de Hitchcock en la industria del cine.
Desmontar al genio
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Si Hitchcock levantara la cabeza, probablemente reaccionar¨ªa con incomodidad a la reinterpretaci¨®n de su obra que se nos avecina. Adem¨¢s del telefilme ¡®The girl¡¯, centrado en su relaci¨®n con Tippi Hedren, el a?o que viene veremos en cine ¡®Hitchcock¡¯, sobre el rodaje de ¡®Psicosis¡¯, con una veraz caracterizaci¨®n de Anthony Hopkins, Helen Mirren en el papel de su esposa, Alma Reville, y Scarlett Johansson como Janet Leigh. Y no sabemos qu¨¦ resultar¨ªa m¨¢s escalofriante para Hitchcock: que el cocreador de ¡®Lost¡¯, Carlton Cuse, haya anunciado una precuela en forma de miniserie de ¡®Psicosis¡¯, titulada ¡®Bates motel¡¯, con Vera Farmiga como Norma Bates, o que Michael Bay, responsable de ¡®Transformers¡¯, acaricie desde hace un lustro producir un ¡®remake¡¯ en 3D de ¡®Los p¨¢jaros¡¯.
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