Secuestro
D¨ªganme si no es un aciago destino el del periodista que se ve obligado a vincular para siempre su talento literario o su pensamiento elaborado a la trayectoria de pol¨ªticos mediocres
En el periodismo espa?ol las mejores palabras, las m¨¢s limpias, est¨¢n secuestradas por la pol¨ªtica. Es una maldici¨®n. Antes, el periodista que sintiera cierto amor por el oficio pod¨ªa escribir el pormenor de un crimen o de un viaje, el an¨¢lisis de un acometimiento internacional, una cr¨®nica parlamentaria al estilo del fino Azor¨ªn o del c¨¢ustico Josep Pla o relatar la minuciosa sangre que sigue a un bombardeo y las palabras discurr¨ªan libres, limpias, incontaminadas. Otras veces las palabras se deten¨ªan en torno a un peque?o suceso de la vida cotidiana, reflejo de una pasi¨®n que serv¨ªa de ejemplo moral. Hoy la mayor parte del periodismo espa?ol est¨¢ cautiva de la baja pol¨ªtica, que fluye como un r¨ªo contaminado y cuya corriente genera unos remolinos que se tragan las palabras m¨¢s puras hasta el fondo del l¨¦gamo. D¨ªganme si no es una desgracia tener que escribir inevitablemente, un d¨ªa tras otro, de un gobierno in¨²til, de una oposici¨®n inoperante, de un reiterado caso de corrupci¨®n, de una crisis econ¨®mica que no cesa, de la prima de riesgo, del jodido rescate, de ese tornado de miles de millones de euros que todo el mundo espera y que, tal vez, ni siquiera existe. D¨ªganme si no es una tortura verse condenado a ensalivar las tertulias comentando la idiotez que ha soltado un pol¨ªtico inane reci¨¦n salido de una reuni¨®n en Bruselas, reiterar el lugar com¨²n de la Europa invertebrada, de una Alemania que se comporta con los pa¨ªses del sur como un gorila en la cama. Es exactamente lo que estoy haciendo ahora mismo, escribir palabras in¨²tiles, consabidas, previsibles, mil veces repetidas, con la certeza que no van a servir de nada. D¨ªganme si no es un aciago destino el del periodista que, despu¨¦s de haber estudiado una carrera, se ve obligado a vincular para siempre su talento literario o su pensamiento elaborado, con verbos y predicados muy escogidos, a la trayectoria de pol¨ªticos mediocres, que se ir¨¢n por el sumidero y en breve pasar¨¢n al absoluto anonimato. He aqu¨ª el dilema. Si escribes de la pol¨ªtica diaria las palabras m¨¢s bellas que uses se llenar¨¢n de basura; si tratas de huir de esa miseria y te subes al puente sobre ese r¨ªo contaminado algunos te insultar¨¢n con desprecio llam¨¢ndote poeta.
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