Precios de los alimentos: la ruleta del hambre

La volatilidad de los precios es el mejor aliado para la creciente especulaci¨®n sobre la comida de las personas. En un contexto de crisis cada vez m¨¢s global, los cimientos de la seguridad alimentaria mundial son cada vez m¨¢s fr¨¢giles. Lo prueba la vulnerabilidad de los precios de los alimentos ante cualquier fen¨®meno ¡°externo¡± (por ejemplo, un fen¨®meno clim¨¢tico, el precio del combustible o la evoluci¨®n en la dieta de pa¨ªses asi¨¢ticos). La sequ¨ªa de este a?o en EE.UU. ha sido el ¨²ltimo golpe a estos cimientos. Un escenario de reducci¨®n de la cosecha en uno de los principales productores de cereales pone r¨¢pidamente a los precios de los alimentos en el l¨ªmite.

La reciente revisi¨®n a la baja de la producci¨®n cerealera mundial (en EE.UU. y Rusia principalmente) aument¨® en siete puntos el ¨ªndice internacional de precios de los alimentos solo en julio. Aunque el ¨ªndice se ha mantenido estable en agosto, el riesgo sigue siendo alto. Carne y l¨¢cteos resisten, pero los cereales, base de la alimentaci¨®n humana en los pa¨ªses en desarrollo, han subido un 20%. Seg¨²n la FAO, solo la crisis de los precios de 2008 se tradujo en un aumento del 8% en el n¨²mero de desnutridos en ?frica. Y estamos a las puertas de la tercera escalada de precios de los alimentos en solo cuatro a?os.

Todo esto no es producto de la mala suerte. La mayor recurrencia de las sequ¨ªas es una consecuencia contrastada del cambio clim¨¢tico y su influencia sobre la producci¨®n agr¨ªcola es, por el momento, dif¨ªcilmente evitable. Pero no podemos reducir el problema a las sequ¨ªas. Los alimentos han pasado de ser un bien b¨¢sico a convertirse en el nuevo recurso estrat¨¦gico. Las inversiones en la bolsa de materias primas de Chicago aumentaron notablemente apenas se supo que la producci¨®n mundial descender¨ªa.Se compran futuros de alimentos como un juego lucrativo.

La industria incipiente de agrocombustibles, por otra parte, compite con la producci¨®n de alimentos. En los ¨²ltimos cinco a?os la producci¨®n mundial de cereales para producir agrocombustibles ha aumentado un 44%, mientras que la producci¨®n para consumo humano ha crecido solo un 7%. Lo cierto es que existe un nicho de negocio en crecimiento. Un nicho que un reducido grupo de inversores se est¨¢ apresurando a ocupar a trav¨¦s del acaparamiento de tierras en ?frica. Los ciudadanos de pa¨ªses emergentes quieren comer m¨¢s carne (que a su vez requiere m¨¢s cereales para piensos y forrajes) y esto tambi¨¦n presiona la demanda.

Tienen las de perder, otra vez, los pa¨ªses importadores netos de alimentos, muchos de ellos en las regiones m¨¢s pobres del planeta, y, sobre todo, los peque?os agricultores de los pa¨ªses en desarrollo, que, parad¨®jicamente, destinan hasta el 80% de sus ingresos a comprar lo que han producido pero no han tenido posibilidades de almacenar ni procesar.

?Soluciones? Por el momento, se confirma que el mercado de los alimentos no funciona bien. Se necesitan medidas de protecci¨®n y de garant¨ªa de los alimentos que pueden impedir que volvamos a romper la peor de las barreras psicol¨®gicas: la de 1.000 millones de hambrientos en el planeta.

Olivier Longu¨¦ es director general de Acci¨®n contra el Hambre.