Letizia redise?a la Corona
Con su 40? cumplea?os, la Casa del Rey pretende entrar en una nueva etapa de transparencia Un reportaje fotogr¨¢fico de Cristina Garc¨ªa Rodero descubre la vertiente ¨ªntima de la Princesa
Hace 10 a?os viv¨ªa en un peque?o piso hipotecado del barrio popular de Valdebernardo, en Madrid; trabajaba en Televisi¨®n Espa?ola y sal¨ªa con un compa?ero de profesi¨®n tras un matrimonio fallido. Estaba catalogada entre sus colegas como una progre con mucha ambici¨®n. Entonces no hablaba de reyes ni de pr¨ªncipes, salvo cuando lo requer¨ªa su trabajo en el Telediario. Diez a?os despu¨¦s, vive en un palacio, est¨¢ obligada a medir sus palabras y ha cambiado su profesi¨®n de periodista por la de princesa. Sus suegros son los Reyes de Espa?a; su marido, el heredero, y su hija mayor est¨¢ llamada a reinar.
Jam¨¢s pens¨® Letizia Ortiz Rocasolano que su 40? aniversario iba a convertirse en una gran noticia; que sus fotos llenar¨ªan las portadas de las revistas porque los estrategas de la Casa del Rey, en tiempos de turbulencias, han decidido mirar al futuro y dar m¨¢s visibilidad a la continuidad de la Corona. Si el pasado lunes se inauguraba la web casareal.es con una imagen de don Juan Carlos, don Felipe y do?a Leonor marcando la l¨ªnea de sucesi¨®n, este fin de semana llega el momento de mostrar el futuro.
A Letizia no le gustan las fotos oficiales, ni la sobreexposici¨®n, pero, conocedora de sus obligaciones con la instituci¨®n y de acuerdo con el Pr¨ªncipe, accedi¨® a finales de julio a dejarse fotografiar durante varios d¨ªas en su casa, situada en el complejo del palacio de La Zarzuela. Cristina Garc¨ªa Rodero, premio Nacional de Fotograf¨ªa, fue la profesional elegida para plasmar las im¨¢genes m¨¢s cercanas y modernas que hasta ahora se han ofrecido de los Pr¨ªncipes de Asturias y de sus dos hijas, las infantas Leonor y Sof¨ªa, de 7 y 5 a?os.
¡°Una portada con Letizia asegura un ¨¦xito medio en el mejor de los casos¡± (Gilles Martin-Chauffier, redactor jefe de la revista francesa Paris Match)
Son 16 fotos muy cuidadas que plasman la cara m¨¢s oficial de don Felipe y do?a Letizia y entreabren la puerta de su hogar para que el objetivo pueda captar algo de lo que es su vida ¨ªntima con sus ni?as.
Es un reportaje que pretende algo m¨¢s que festejar los 40 a?os que hoy cumple Letizia: intenta poner poco a poco el foco de atenci¨®n en los herederos, una vez que el Rey se dispone a cumplir en enero 75 a?os. Eso s¨ª, recordando que el Pr¨ªncipe est¨¢ preparado para la sucesi¨®n, pero no impaciente por llegar a un trono que el Rey no piensa abandonar.
Felipe y Letizia forman un buen equipo. Lo reconocen sus asesores, su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo y las encuestas. El Pr¨ªncipe tambi¨¦n sostiene que hace su trabajo mejor con una compa?era a su lado. Se nota hasta en los peque?os detalles. Don Felipe vocaliza ahora con un tono m¨¢s profesional cuando pronuncia un discurso, est¨¢ m¨¢s suelto al improvisar declaraciones y sus palabras tienen m¨¢s contenido. Sus colaboradores ya saben que una vez que han terminado un texto para que lo lea en p¨²blico, llegar¨¢ Letizia y repasar¨¢ las notas. En muchas ocasiones cambiar¨¢ alguna cosa, y ensayar¨¢ con ¨¦l.
Letizia opina, y mucho. Tiene fama de mandona, pero quienes les conocen aseguran que las grandes decisiones siempre las toma ¨¦l.
Don Felipe es quien est¨¢ m¨¢s obsesionado de los dos porque sus hijas tengan una vida lo m¨¢s an¨®nima posible. Intent¨® que este a?o no hubiera fotos de los cuatro en Palma de Mallorca en el tren de S¨®ller. ?l vivi¨® una infancia muy sobreexpuesta y no quiere que Leonor y Sof¨ªa pasen por lo mismo. ¡°Ya tendr¨¢n tiempo¡±, dice. Letizia tambi¨¦n pretende poner l¨ªmites a su vida privada. Sostiene que cuando cierra la puerta de su casa comienza su vida familiar, y all¨ª no tiene entrada nadie. Por eso est¨¢ empe?ada en desligar su trabajo de princesa del resto de su vida.
Los colaboradores de don Felipe saben que la Princesa revisar¨¢ e incluso corregir¨¢ los textos que le escriben
Cuando hace ocho a?os se convirti¨® en la esposa del heredero, tuvo que reinventarse. Anunci¨® que iba a seguir el ejemplo de la Reina, pero al final ha escrito su propio guion, con m¨¢s o menos fortuna. No ha cometido ning¨²n error notable, pero su exceso de control, de b¨²squeda de perfecci¨®n la presentan como una persona altiva y algo distante. Con el tiempo tiene m¨¢s peso dentro de la Casa del Rey, pero le falta ganarse a la calle. Para este trabajo cuenta como aliadas a las llamadas revistas del coraz¨®n. Los paparazis consultados aseguran que los reportajes mejor pagados son ahora los de Letizia y Sara Carbonero. Directores de estas publicaciones corroboran la tendencia. Por eso, ante la duda, una portada de la Princesa es garant¨ªa en el quiosco. Con todo, en el extranjero no es tan popular como sus colegas Mary de Dinamarca, Mette Marit de Noruega, M¨¢xima de Holanda, Matilde de B¨¦lgica o Catalina de Inglaterra. Gilles Martin-Chauffier, redactor jefe del semanal franc¨¦s Paris Match, as¨ª lo cree: ¡°Una portada con Letizia asegura un ¨¦xito medio en el mejor de los casos. Los franceses no est¨¢n particularmente interesados en la Monarqu¨ªa espa?ola, exceptuando la figura del rey don Juan Carlos¡±. Letizia no se prodiga mucho en las reuniones de la realeza europea. Cuando asiste a una boda real, limita al m¨¢ximo su presencia. Cuando hay convocatorias semioficiales de esas parejas llamadas a convertirse en reyes del siglo XXI, suele eludirlas.
Con la misma profesionalidad con que desempe?a su trabajo, cr¨ªa a las infantas. Leonor ya sabe cu¨¢l ser¨¢ su responsabilidad en el futuro. Con siete a?os, se muestra extremadamente educada y contesta con una contundencia impropia de una ni?a de su edad. Sof¨ªa es un torbellino y la m¨¢s cari?osa. A veces tiene celos de su hermana mayor, como el d¨ªa en que se tom¨® la foto que abre la p¨¢gina web. Sof¨ªa, al ver que su padre posaba con su abuelo y Leonor, quiso hacerlo tambi¨¦n. Por eso se tomaron dos. La segunda se la qued¨® la familia.
Poco ha trascendido de la relaci¨®n de Leonor y Sof¨ªa con sus abuelos paternos, pero es cercana y frecuente. Los Pr¨ªncipes llevan todas las semanas a las ni?as a ver a su abuelo, al que adoran; ¨¦l cambia de humor en cuanto las ve. Do?a Sof¨ªa prefiere acercarse a su casa y jugar con ellas. Que las relaciones de don Juan Carlos con su nuera no son buenas es un secreto a voces, aunque con los a?os se han suavizado, e incluso en reuniones en La Zarzuela hace bromas con ella. Con la Reina no ha habido fisuras en estos ocho a?os, ni tan siquiera por la imputaci¨®n de I?aki Urdangarin, una situaci¨®n especialmente inc¨®moda para los Pr¨ªncipes y en la que do?a Sof¨ªa intenta, como siempre, mediar.
Letizia ha sellado tambi¨¦n la vida escolar de las infantas. Las ni?as van al Colegio de los Rosales, y all¨ª no hay lugar para las c¨¢maras. Solo ayer hubo una excepci¨®n. Como todos los a?os al comienzo de curso, los cuatro posaron juntos en el centro, el mismo en el que estudi¨® su padre, un colegio privado y laico. El resto de los d¨ªas, Leonor y Sof¨ªa son dos alumnas m¨¢s que asisten a cumplea?os de sus compa?eras e invitan a sus amigas a casa. Las infantas tambi¨¦n pasan tiempo con sus primas las hijas de Telma y Erika. La Princesa se ocupa especialmente de la educaci¨®n de la hija de su hermana fallecida.
Que las relaciones del Rey con su nuera no son buenas es un secreto a voces, aunque con los a?os se han suavizado
Leonor y Sof¨ªa hablan bastante bien ingl¨¦s. Tienen dos ni?eras, una que solo se comunica con ellas en este idioma y otra espa?ola. Poco a poco ir¨¢n estudiando otras lenguas, como hacen sus padres, que intentan familiarizarse con las que se hablan en el Estado espa?ol.
Nadie duda de que Felipe y Letizia se casaron por amor y que su relaci¨®n es s¨®lida. Por eso se r¨ªen cuando especulan con im¨¢genes de uno de ellos yendo a cenar con amigos sin la compa?¨ªa del otro.
El c¨ªrculo de Letizia se ha acercado m¨¢s a la pareja que el de don Felipe. Es f¨¢cil verles ir a cines en versi¨®n original de Madrid con una discreta seguridad y un paquete de palomitas. Entran con las luces apagadas y salen cuando arrancan los cr¨¦ditos.
Tampoco Letizia ha renunciado a sus amigas, muchas de ellas compa?eras de televisi¨®n. Con ellas sale y se va de viaje alg¨²n fin de semana. Son sus confidentes, la mantienen con los pies en la tierra y le soplan lo que en la calle se habla de ella. Porque Letizia, en su af¨¢n de perfecci¨®n, no solo lee prensa; quiere opiniones de primera mano. Algunas periodistas recordamos una llamada que recibimos en Dinamarca cuando asistimos a la boda de Federico y Mary en la que alguien de parte de Letizia nos pregunt¨®: ¡°Dice que c¨®mo la hab¨¦is visto¡±. Fue el d¨ªa en que se pase¨® por primera vez por una alfombra roja de la realeza vestida de Lorenzo Caprile.
El pasado lunes llegaron al palacio de La Zarzuela 40 botellas de cava a nombre del secretario del Pr¨ªncipe mientras un grupo de periodistas aguard¨¢bamos para entrar a la presentaci¨®n de la p¨¢gina web. Seguro que esta noche los invitados de Letizia brindar¨¢n por ella en una fiesta privada y discreta. Antes habr¨¢ pasado alg¨²n tiempo leyendo lo que se escribe sobre ella con motivo de su cumplea?os.
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