Hagan juego
Que dos gobiernos democr¨¢ticos, los que presiden Aguirre y Rajoy, concentren todas sus ilusiones en el desarrollo de un inmenso casino, representa una humillaci¨®n colectiva dif¨ªcil de soportar
No soy aficionada a los juegos de azar porque cultivo mi propia manera de ser supersticiosa. Si, por un simple c¨¢lculo de probabilidades, tengo una cuota de suerte asignada en la vida, prefiero cobrarla en cosas m¨¢s importantes que el dinero y trabajar para pagar mis facturas. La sensaci¨®n de que apostar en una ruleta es algo semejante a malbaratar la fortuna en una tonter¨ªa, me hace a los jugadores poco simp¨¢ticos, pero mucho m¨¢s antip¨¢ticos me resultan los puritanos. Tengo otras razones para detestar el proyecto de Eurovegas.
Que dos gobiernos democr¨¢ticos, los que presiden Aguirre y Rajoy, concentren todas sus ilusiones en el desarrollo de un inmenso casino, representa una humillaci¨®n colectiva dif¨ªcil de soportar. Que unas autoridades cuyas pol¨ªticas nos han empobrecido dr¨¢sticamente, destruyendo el patrimonio p¨²blico que heredamos de nuestros antepasados, se muestren capaces de crear una isla de ilegalidad para atraer a presuntos grandes inversionistas extranjeros, es un insulto a los asfixiados contribuyentes espa?oles. Pero ni siquiera eso me inquieta tanto como las concesiones de las que no se ha hablado todav¨ªa.
Dicen que Eurovegas crear¨¢ 250.000 empleos. No s¨¦ si esta cifra incluye, o no, a las prostitutas de lujo, o no, que se afincar¨¢n en Alcorc¨®n, o no, si Eurovegas llega a ser realidad. Tampoco importa mucho, porque las condiciones laborales que se impondr¨¢n a todos los trabajadores del complejo ser¨¢n similares, con independencia de la tarea que desempe?en. Si Adelson de verdad tiene dinero, y de verdad lo trae aqu¨ª, la excepcionalidad que ha exigido al Estado privar¨¢ a un cuarto de mill¨®n de espa?oles de derechos tan elementales como pertenecer a un sindicato o negociar un convenio colectivo. ?Y al pr¨®ximo que venga, qu¨¦? Hagan juego, se?ores, y elijan el n¨²mero al que vamos a jugarnos la Constituci¨®n.
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