La cruz de ser torero de moda
Seguido por sus fieles Ana Obreg¨®n y Elena de Borb¨®n, y pasto por ello de infinidad de rumores Hecho a s¨ª mismo, sin padrinos y un h¨¦roe en Las Ventas, donde vuelve a faenar el 6 de octubre El diestro David Mora se ha colado en lo m¨¢s alto del escalaf¨®n con ganader¨ªas muy duras
Podr¨ªa pasar por cantante de tangos. Pelo engominado, fibroso, buena planta y facciones marcadas. David Mora Jim¨¦nez (Madrid, 1981) es el torero de moda. Mientras los dem¨¢s matadores luchan por llevar p¨²blico a la plaza, ¨¦l es uno de los pocos que arrastra una legi¨®n de partidarios, con caras conocidas entre ellos.
La infanta Elena es una de sus m¨¢s fieles seguidoras. Es posible que presencie el retorno del diestro a Las Ventas el 6 de octubre, porque ya la hemos visto en el palco real del coso madrile?o en corridas veraniegas y de comienzo de temporada, en carteles que a priori parec¨ªan de saldo, pero en los que comenzaba a forjarse un matador diferente al resto. Tambi¨¦n sorprendi¨® la asistencia de la infanta al festival de Chinch¨®n en octubre del a?o pasado. En todas las ocasiones estaba anunciado Mora.
¡°Es una pena que en este pa¨ªs, si te ven en alg¨²n sitio con alguien, ya parezca que tienes una relaci¨®n¡±, lamenta.?
Pero la m¨¢s reciente de sus fans es la medi¨¢tica Ana Obreg¨®n: ¡°No hablo en concreto de ninguno de mis seguidores porque para m¨ª todos son igual de importantes. Todos son bienvenidos y a todos intento dedicar mi tiempo¡±, cuenta el torero sobre su relaci¨®n con la artista. Al tiempo que, molesto, aclara: ¡°Es una pena que en este pa¨ªs, si te ven en alg¨²n sitio con alguien, ya parezca que tienes una relaci¨®n¡±. Esfumada esta cuesti¨®n, Mora emplea sus fuerzas en convencer tanto al conocedor, cautivado por su clasicismo, como al gran p¨²blico, ¨¢vido de novedades. Su conquista est¨¢ en la plaza.
Pero no es un torero al uso. Con una mano maneja el capote y con la otra su Twitter. El 20 de junio, horas antes de hacer el pase¨ªllo en Alicante, charlaba con sus seguidores a trav¨¦s de la red social, con una Twitcam, en el portal burladero.com. Sus followers jalean sus triunfos, comparten fotos y destacan sus lances con un hashtag, #torer¨ªamorada, como si fuera una estrella del cine o la m¨²sica. Ese es el signo de su callada revoluci¨®n.
David Mora, sin antecedentes taurinos en la familia, criado en Alcorc¨®n, es el hijo del due?o de un taller de chapa y pintura y de una operaria de limpieza de oficinas. Segundo de tres hermanos ¨Cotro chico y una chica¨C sinti¨® la necesidad de probarse frente a un animal con 15 a?os. ¡°Ya me gustaba el ambiente de los encierros, el olor a arena y talanquera cuando me prob¨¦. Y tuve unas sensaciones tan fuertes que me enganch¨¦¡±, rememora.
Sin miedo a nada
Mora no hace ascos a nada. Ni a los encastes m¨¢s complicados, ni a los compa?eros, tampoco a las plazas. Mientras que los m¨¢s conocidos apenas acceden a torear en Madrid por su dureza, ¨¦l es el consentido. ¡°Se exige al m¨¢ximo, pero tienen un conocimiento y una entrega fuera de lo habitual¡±, aclara. Esta conexi¨®n con la plaza m¨¢s complicada del mundo la ha conseguido matando los hierros m¨¢s duros: Victorinos, en los que ya es especialista, Cebada Gago y Cuadri. Si tiene que escoger, Santa Coloma es su debilidad. Especialmente la vaca.
Su lucha no cae bien en todos los frentes, al menos no entre los toreros punteros. Su sue?o, l¨®gico, es compartir cartel con El Juli y Jos¨¦ Tom¨¢s. ¡°Respeto a todos los compa?eros, por supuesto, pero me motiva mucho medirme con los que m¨¢s respeto¡±. Como espejos, como modelos a seguir, destaca a Antonio Ord¨®?ez y Luis Miguel Domingu¨ªn, ¡°por lo que representaron en su momento de pureza, toreo y relevancia¡±. Entre los m¨¢s recientes destaca a C¨¦sar Rinc¨®n, Ortega Cano, Manzanares padre y Julio Robles. Ponce merece un cap¨ªtulo aparte. El valenciano, su padrino de alternativa, le ha marcado. En esa tarde le dedic¨® unas palabras especiales: ¡°Me dijo que luchara mucho, que diera todo lo que tuviera en mi mano y que fuese en todo momento feliz por ser quien era¡±. Su poso, su forma de andar y el temple con el que maneja las telas no pasaron inadvertidos aquella tarde. Antonio Tejero, banderillero durante 25 a?os, 22 en las filas de Ponce, dej¨® al maestro para hacerse cargo de la carrera de Mora. ¡°Es una persona diferente, con una verdad muy grande, muy pura¡±, dice con un sentimiento que va m¨¢s all¨¢ de lo que suelen mostrar los apoderados modernos, m¨¢s preocupados por los n¨²meros que por el estado an¨ªmico de sus poderdantes.
?Qu¨¦ le hizo dejar el vestido con remates de plata para pasar a pulir al diestro, acompa?arlo en el campo y defender sus intereses en los despachos? ¡°Creo que le puedo ense?ar algo, y aprende muy r¨¢pido, no deja de evolucionar, en toques, matices, colocaci¨®n¡±, explica Tejero. ¡°Eso en lo profesional. En lo humano es muy campechano, sin darse importancia, con su familia siempre cerca y una cuadrilla de buenos profesionales¡±. Mora suele viajar con su equipo cuando torea, como una gran familia, como uno m¨¢s.
Hubo tres a?os, desde que tom¨® la alternativa hasta que tuvo sus primeros contratos, en los que apenas se vest¨ªa de luces. A veces iba invitado a alg¨²n tentadero. No olvida su traves¨ªa del desierto, la ¨¦poca en que el tel¨¦fono no sonaba, poco despu¨¦s de pasar de novillero a matador de toros. Entonces se refugi¨® en Borox, un pueblo de Toledo del que proced¨ªa uno de los grandes diestros de la historia, Domingo Ortega. Con motivo del centenario del nacimiento de este hist¨®rico, le anunciaron en la corrida de la celebraci¨®n. Triunf¨®, en una plaza modesta, s¨ª, pero en una fecha marcada. Su nombre comenz¨® a sonar. Por ahora no piensa cambiar su casa por una finca, tampoco por la ciudad.
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