Los dos fatigados
En este ruido de relojes estropeados, se habla mucho de ¡°separatistas¡± y muy poco de los ¡°separadores¡±
Cuanto m¨¢s a la derecha, en el espectro ideol¨®gico del dial de la radio, m¨¢s jaleaban los resultados de las elecciones catalanas. Montilla y su coalici¨®n, el calamitoso tripartito, el demon¨ªaco Carod, el ansiol¨ªtico del nuevo Estatut, todo se hab¨ªa ido al carajo. ?Qu¨¦ alegr¨ªa, qu¨¦ jolgorio, qu¨¦ frenes¨ª! Los que hab¨ªan azuzado al boicot a los productos catalanes, brindaban con cava por el gran acuerdo que ya se oteaba en el horizonte. La derecha catalana nacionalista y la nacionalista derecha espa?ola, otra vez del ganchete, con un destino com¨²n en lo universal: hacer de los servicios p¨²blicos un negocio privado. Lo recuerdo bien. Escuchaba perplejo. ?Cu¨¢ntos siglos de ignorancia acumulada hablaban por aquellas bocas que se mofaban del federalismo, la naci¨®n de naciones y el Estado plural? Y lleg¨® la felicidad calculada. El matrimonio de conveniencia. El partido de Rajoy apoyaba a Arturo Mas en Catalu?a, y el partido de Mas apoyaba a Mariano Rajoy en el Congreso. Hasta que se desat¨® este Tardor, el oto?o catal¨¢n, y en un calendario pol¨ªtico de v¨¦rtigo con pr¨®ximas elecciones en Galicia y Euskadi. En este ruido de relojes estropeados, se habla mucho de ¡°separatistas¡± y muy poco de los ¡°separadores¡±. Una parte de la desafecci¨®n catalana tiene su causa en las campa?as t¨®xicas de los separadores, que parecen fundamentar su identidad en el anticatalanismo. Otra causa, y creo que no la menor, es la castraci¨®n de la idea federal de Espa?a. El federalismo, como el genuino liberalismo, tiene hondas ra¨ªces hispanas, pero fue talado por las sucesivas turbas autoritarias. Cuando te declaras federalista, de todas partes saltan jubilosos can¨ªbales: ¡°?Ya tenemos churrasco!¡±. ?C¨®mo es posible que Rajoy y Mas se fatiguen en dos horas? ?Qu¨¦ clase de erotismo es ese? ?Se les ha elegido para solucionar conflictos o empeorarlos? ?Se han preocupado de debatir los modelos federales que funcionan? ?O solo leen sus propios discursos, escritos en 1898?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.