Los pol¨ªticos

Aumenta d¨ªa tras d¨ªa la desconfianza hacia los pol¨ªticos; y crecen tambi¨¦n las voces de alarma que sostienen que hablar siempre tan mal de ellos conduce a la ruptura del sistema democr¨¢tico. Tienen su punto de raz¨®n y es cierto que la credibilidad del sistema est¨¢ en juego. Como yo pienso que la democracia es sin lugar a dudas el mejor marco social, quiero decir aqu¨ª que a m¨ª los profesionales de la pol¨ªtica me parecen extremadamente respetables y necesarios. Lo que no me gusta son estos pol¨ªticos, o la forma de hacer pol¨ªtica que se ha implantado en este pa¨ªs. Hace poco, C¨¦sar Molinas sac¨® un art¨ªculo demoledor (http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html) que ha sido criticado ferozmente, prueba de que puso el dedo en una llaga, y que, entre otras cosas, viene a decir (traducci¨®n m¨ªa de un texto largo) que nuestros partidos se han convertido en empresas dirigidas al lucro de sus socios, en contra del inter¨¦s general y con negocios vidriosos (y no veo esp¨ªritu de enmienda: mira Eurovegas y el megaparque catal¨¢n). Gabriela Ca?as, en otro gran art¨ªculo (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/09/15/actualidad/1347746259_451325.html), habla del peso de la sociedad medi¨¢tica. Cierto: en las democracias avanzadas los partidos se asemejan cada vez m¨¢s, y el mensaje ha sido suplantado por la pura apariencia. No importa lo que se hace y ni siquiera lo que de verdad se dice, sino el eslogan, la imagen comercial, salir en los medios; por eso los partidos son cada d¨ªa m¨¢s sectarios, porque, sin contenidos que discutir, s¨®lo cabe la adhesi¨®n irracional del forofo. A este mal, que es com¨²n, nosotros le hemos a?adido el toque ca?¨ª del pelotazo. En fin, nuestros pol¨ªticos no son los ¨²nicos culpables, pero forman parte del problema. ?Hay que cambiarlos! Probemos con un sistema electoral mayoritario y listas abiertas.