Ejecutivos de un d¨®lar
?Por qu¨¦ Steve Jobs, Larry Ellison, Larry Page o Zuckerberg se apuntan al aut¨¦ntico salario m¨ªnimo?
Si su sueldo es bajo, no desespere: p¨ªdale a su jefe que no se corte, que se lo rebaje a un euro al a?o. Es lo que ha hecho gente como Steve Jobs (Apple), Larry Ellison (Oracle), Larry Page y Sergey Brin (Google). Y les fue bien: todos han figurado o figuran entre los m¨¢s ricos del mundo. Steve Jobs, por ejemplo, tras ganar durante a?os y a?os un d¨®lar al a?o de sueldo, se fue a la tumba con una fortuna de 4.700 millones de euros. Debe de ser el milagro americano. O no.
Larry Ellison, la tercera fortuna del planeta, es el ¨²ltimo en apuntarse a rebajarse su sueldo de un mill¨®n de d¨®lares (sueldo tipo de cualquier consejero delgado de una gran compa?¨ªa) al escu¨¢lido d¨®lar. Detr¨¢s de tan dr¨¢stica medida, como habr¨¢n sospechado ustedes, no hay un corazoncito ejemplar, sino una decisi¨®n cerebral: pagar menos impuestos. A la empresa y sus accionistas les parece bien, pues se ahorran ellos dinero, y a la presunta v¨ªctima se le compensa con bonus y opciones para la compra de acciones, que gravan menos. De este modo, Larry Ellison consigui¨® embolsarse el pasado a?o un d¨®lar de salario y 96 millones de d¨®lares por otros conceptos. Algo as¨ª como 75 millones de euros.
La moda del salario m¨ªnimo, este s¨ª que lo es, no es nueva. La estableci¨® en 1978 Lee Iacocca, un mago de la industria automovil¨ªstica, que fue fichado por Chrysler para revitalizarla, y lo logr¨®. Sus posteriores libros sobre consejos empresariales se convirtieron en best sellers mundiales.
El caso de Jobs es m¨¢s peliagudo. Lo fueron a buscar en Apple, desesperado, tras haberlo despedido. Regres¨® en 1997, pero con la condici¨®n de cobrar solo un d¨®lar. En agradecimiento, la empresa le regal¨® un jet privado (de verdad), valorado en 70 millones de euros. Hasta ah¨ª todo bien. Pero si Jobs se iba con el avi¨®n de viaje de negocios, le endosaba a la empresa unos 650.000 euros por el taxi. El genio de Jobs daba para esto y mucho m¨¢s: aparcaba cada d¨ªa en la plaza para minusv¨¢lidos y su coche no ten¨ªa matr¨ªcula. Le parec¨ªa un feo accesorio. Para evitar la multa, cambiaba de coche (siempre exactamente el mismo) cada mes.
Meg Whitman, la nueva jefa de HP, tambi¨¦n tiene salario de un d¨®lar. Es una de las escasas mujeres. Y tambi¨¦n gente de la industria del cine como Jeff Katzenberg, fundador de los estudios Dreamworks junto a Steven Spielberg. En el caso de los pol¨ªticos, el alcalde de Nueva York, el inmensamente rico Michael Bloomberg o el actor Arnold Schwarzenegger mientras fue gobernador de California son undolaristas.
Sus c¨¢lculos impositivos o su racaner¨ªa no implica que, por otro lado, sean generosos. Es el caso de Mark Zuckerberg que ha prometido donar la mitad de su fortuna, a la vez que gana un d¨®lar de salario con Facebook y a la vez que se va al banco a renegociar la hipoteca de su casa hasta rebajarla al 1%.
Pero, para su empresa, sin duda el m¨¢s consecuente fue el consejero delegado de Citigroup, Vikram Pandit, quien se autoimpuso un d¨®lar de ingresos en total, sin la trampa de los bonus, mientras su banco estuviera en p¨¦rdidas. En un a?o volvi¨® a los beneficios, lo que redunda en el argumento fundamental de los accionistas: un ejecutivo sin salario y con recompensas trabaja por subir el valor de la acci¨®n, por la cuenta que le tiene. El problema entonces lo tienen los trabajadores de su empresa.
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