Catalu?a internacional
Catalu?a ya est¨¢ en el mapa. Era uno de los primeros objetivos. Artur Mas ya no es un desconocido
Catalu?a ya est¨¢ en el mapa. Era uno de los primeros objetivos. Artur Mas ya no es un desconocido. La eventualidad de que Espa?a se rompa en dos est¨¢ en estudio en las embajadas y canciller¨ªas. Todos aquellos que saben algo del asunto, en Pek¨ªn y en Londres, en Washington y en Brasilia, son requeridos con urgencia por sus superiores para que lo expliquen.
Contribuy¨® y mucho la Diada. No es frecuente la noticia de una manifestaci¨®n tan multitudinaria, pac¨ªfica y tranquila, pero tambi¨¦n clara e inequ¨ªvoca en su petici¨®n. Ha remachado el clavo esta semana la disoluci¨®n anticipada, los mismos d¨ªas en que aumenta la presi¨®n sobre Rajoy, en la calle contra los recortes sociales y en el escenario internacional para que pida de una vez el rescate. No nos hagamos los olvidadizos: Catalu?a ya estaba en el foco de atenci¨®n internacional desde finales de julio, cuando Andreu Mas-Colell se adelant¨® en la BBC a pedir el rescate.
El razonamiento que sit¨²a a Catalu?a en el eje decisivo es su peso y tama?o respecto a la econom¨ªa espa?ola. Si Catalu?a cae, cae Espa?a, y si Espa?a cae, cae el euro. Ahora tras la Diada, el ¨®rdago de Mas y la convocatoria de elecciones con intenciones plebiscitarias y constituyentes, la cadena adquiere una energ¨ªa pol¨ªtica demoledora. Catalu?a es la Alemania de Espa?a pero est¨¢ en la situaci¨®n de Grecia: tiene su l¨®gica que busque un lugar en el norte riguroso cuando se halla anclada en el sur malgastador.
La disoluci¨®n parlamentaria es un fracaso pol¨ªtico sin paliativos. Para Rajoy, claro. Estamos hablando de una amenaza a la integridad del pa¨ªs de la que Rajoy es responsable y de un socio parlamentario del PP que le hace la cama en el peor momento posible. No lo es para Artur Mas, al contrario, aunque dif¨ªcilmente se le puede atribuir otra virtud pol¨ªtica que no sea un sutil y educado maquiavelismo. Tiene las arcas vac¨ªas, bajo perfusi¨®n directa desde Madrid. Se halla propiamente con su administraci¨®n intervenida. Ha efectuado los recortes m¨¢s dr¨¢sticos y r¨¢pidos de toda Espa?a. No se le conoce balance de sus dos a?os de Gobierno. Y ha conseguido imponer, en cambio, la agenda nacionalista sobre la agenda social y econ¨®mica que las circunstancias exigen. Estos milagros pol¨ªticos son infrecuentes.
La apuesta es muy alta. Una aut¨¦ntica aventura. Para evitar equ¨ªvocos ya ha tomado la vacuna: una vez cumplida la misi¨®n abandonar¨¢. Creo que fue Jean-Pierre Vernant quien defini¨® al emperador como un aventurero que ha triunfado. Mas ya ha dicho que no quiere ser emperador. Tambi¨¦n lo ha dicho para convencer a quienes temen a los caudillos: se ir¨¢ en cuanto toque el cielo. Con la fuerza que tiene detr¨¢s es inevitable que piense en este momento sublime y que aleje, en cambio, la idea y la imagen de la derrota. Sabemos muy bien cu¨¢l es el destino de los aventureros derrotados.
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