Acercarse a la gente y entregarse a la ciudad
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Fotos: Pedro Pegenaute
Tradicionalmente, la belleza de un puente o de una pasarela se med¨ªa por su esbeltez y por la finura del ajuste entre estructura y construcci¨®n. A estos factores formales se ha unido siempre la oportunidad de dicho puente (es decir la necesidad de cubrir un vac¨ªo o la urgencia de comunicar dos puntos). Ahora, cada vez m¨¢s, adquiere importancia en el dise?o de las pasarelas la reorganizaci¨®n de los recorridos urbanos que ofrecen los puentes.
Continuar el Paseo de Ronda de Pamplona fue durante a?os un anhelo de los pamplonicas y de los urbanistas de esa ciudad. Se trataba de comunicar el Baluarte y el Fuerte de San Bartolom¨¦. Hoy el puente peatonal que Carlos Pereda y ?scar Perez (Pereda/P¨¦rez Arquitectos) realizaron con Nacho Olite cumple ese papel y acerca la ciudad hist¨®rica al ensanche urbano en una zona que limitan las murallas.
M¨¢s all¨¢ de permitir acceso y conexi¨®n entre una ciudad estrecha y medieval y otra moderna y vertical, la nueva pasarela en forma de Y salta por encima de las murallas deshaciendo puntualmente los obst¨¢culos de la historia sin afectar para nada a la memoria de esa historia. Lo que s¨ª hace desaparecer el puente, borr¨¢ndolo, es el tr¨¢fico rodado, reconquistando as¨ª los paseos para el peat¨®n. De este modo, m¨¢s all¨¢ de contribuir a la historia y de borrar los problemas actuales, la pasarela Labrit tiende, ella misma, a desaparecer. Limpia, unitaria y estrat¨¦gica, se funde con un contexto en el que el acero cort¨¦n parece parte del lugar. Su propia forma quebrada, como un sendero que se bifurca, obedece a su entrega a las geometr¨ªas existentes: el paseo junto al Fuerte o el Front¨®n Labrit. La voluntad del puente es entregarse a ese cruce de caminos, ponerse a los pies del ciudadano, pero tambi¨¦n recorrer ¨Cde los cimientos al aire- toda la escala de la ciudad. Salvando un desnivel de casi cuatro metros, el puente soluciona con limpieza y contenci¨®n la conexi¨®n de los peatones. De lejos funciona como un trazo, como una escultura seca; de cerca recibe al peat¨®n con lamas de madera de ipe y con unos pelda?os de hormig¨®n que se convierten en banco al llegar al suelo.
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