Marta y la lucha contra el SIDA
Encontr¨¦ a Marta Barral, una madrile?a de la zona de Oporto, en el barrio de Carabanchel, en Pala, la capital de la regi¨®n de Mayo-Kebi oeste, en Chad. Lleg¨® all¨ª el pasado mes de febrero y desde entonces coordina el Centro Diocesano de informaci¨®n y atenci¨®n a los enfermos de VIH/SIDA (CEDIAM). Este es uno de los pocos programas que existen en el pa¨ªs para la prevenci¨®n, la sensibilizaci¨®n y tratamiento de esta enfermedad y el ¨²nico en esa zona. Aunque es aut¨®nomo, depende de la di¨®cesis cat¨®lica de Pala. Marta me acompa?a a recorrer sus instalaciones y me explica c¨®mo funciona.
No existen datos exactos de la incidencia del VIH/SIDA en Chad, las estad¨ªsticas oficiales var¨ªan entre un 2,8 y 5,1% de la poblaci¨®n mayor de 15 a?os. Pero otros estudios, como los que se manejan en el CEDIAM, la sit¨²an entre un 10 y un 15% del total de la poblaci¨®n. Estos mismos datos se?alan que en el pa¨ªs existen, al menos, unos 35.000 menores de 14 a?os que son portadores de la enfermedad y que esta ha causado unos 170.000 hu¨¦rfanos. Estas fuentes tambi¨¦n ponen de relieve que el porcentaje de mujeres infectadas por VIH/SIDA es mucho mayor que el de hombres.
Jeremie Yaguye (responsable de atenci¨®n a los enfermos) y Justine Kroysala (enfermero) atienden a una paciente.
El CEDIAM dedica mucha energ¨ªa a la sensibilizaci¨®n, para ello utiliza todas las plataformas que se le ofrecen, empezando por las parroquias, las visitas a las aldeas¡ Una de las cosas que se hace en esas charlas es invitar a las personas a hacerse el test de despistaje en alguno de los 8 centros de salud que tiene la di¨®cesis o en los del gobierno. En los primeros la prueba es gratis, en los otros deber¨ªa serlo, pero no siempre lo es. La mayor¨ªa de las veces, el personal sanitario tiene que ser ¡°motivado¡±, como se dice en Chad, para hacer su trabajo.
Los que acuden a hacerse el test, charlan primero con un asesor que les explica la prueba, les habla de las pr¨¢cticas de riesgo y les prepara para el posible resultado. Si el test de despistaje resulta positivo, la persona es vista por un m¨¦dico. Se trata de la doctora Jossy van den Boogaard, holandesa. A continuaci¨®n un equipo de enfermeros se encargar¨¢ de seguir al paciente. Tambi¨¦n, existe un grupo de voluntarios, organizados por parroquias, que visitan a los enfermos y siguen los casos en los lugares m¨¢s alejados, donde resulta m¨¢s dif¨ªcil realizar visitas peri¨®dicas a los centros.
Jossy van den Boogaard y Marta Barral delante del edificio del CEDIAM en Pala.
Los pacientes reciben antirretrovirales gratuitos, medicamentos para las enfermedades oportunistas y, seg¨²n los casos, algo de comida para que puedan mantener una dieta sana. En los centros de salud del gobierno, los medicamentos tambi¨¦n deber¨ªan ser distribuidos gratuitamente, pero, la corrupci¨®n hace que no sea as¨ª, por eso, la mayor¨ªa de los enfermos prefieren acudir al CEDIAM.
Los antirretrovirales son suministrados, de forma gratuita, por el gobierno. Marta est¨¢ contenta porque acaba de recibir un cargamento que garantiza el suministro del pr¨®ximo trimestre. Pero no siempre es as¨ª, el gobierno pone muchas trabas al programa (posiblemente por estar dirigido por la Iglesia cat¨®lica y el n¨²mero de pacientes) y en muchas ocasiones retrasa la entrega de las drogas. Por eso, Marta vive con la angustia de que su peque?a farmacia se agote antes de la pr¨®xima entrega y los enfermos tengan que interrumpir sus tratamientos. Si estos crean resistencia tendr¨ªan que pasar a utilizar antirretrovirales de segunda l¨ªnea, que son mucho m¨¢s dif¨ªciles de conseguir y pondr¨ªan en riesgo sus vidas.
Awada Danna Elio, t¨¦cnico de laboratorio del CEDIAM.
El programa tiene otra parte muy interesante que consiste en el apoyo a las mujeres enfermas y viudas de v¨ªctimas del SIDA sin recursos. Estas se re¨²nen en grupos de cr¨¦dito y ahorro, lo que son las tradicionales tontinas que tanto ¨¦xito tienen en muchas partes de ?frica como sistema de ahorro. El CEDIAM les ofrece la formaci¨®n que necesitan y les ayuda en la gesti¨®n. Con ello se consigue que estas mujeres cuenten con algunos recursos para mantenerse junto con sus hijos y mejoren su autoestima; lo cual facilita su integraci¨®n en la sociedad y est¨¢ contribuyendo a romper el tab¨² que suele rodear a los enfermos de VIH/SIDA en pa¨ªses como el Chad. Al aportar dinero a la econom¨ªa familiar son acogidas e integradas con m¨¢s facilidad.
Toda esta parte de apoyo a las mujeres est¨¢ coordinada por Jo?l Law¨¦, un trabajador social que tambi¨¦n sigue a los 1.267 hu¨¦rfanos de v¨ªctimas del SIDA, en edad escolar, que apoya el programa. Jo?l me cuenta que han conseguido escolarizar al 40% de ellos y que la mayor¨ªa hace muy bien en la escuela, mientras orgulloso me muestra los boletines de nota y las fichas de seguimiento que tiene de cada uno de los chicos y chicas. La falta de fondos ha impedido que se pueda asistir a todos. Dice que se ha elegido a los m¨¢s vulnerables, a los cuales se les asiste con la escolarizaci¨®n, vestidos y algo de comida, al resto se les ayuda puntualmente y se les hace un seguimiento para asegurarse de que las familias que les acogen no abuse de ellos.
Jo?l Law¨¦ en su mesa de trabajo.
Esta es otra de las actividades del CEDIAM, luchar contra la discriminaci¨®n de las personas v¨ªctimas del VIH/SIDA. Utilizando la plataforma que le brindan las distintas parroquias y grupos de la di¨®cesis, intentan informar a la poblaci¨®n y destruir los falsos mitos que existen sobre esta enfermedad para favorecer la integraci¨®n de los enfermos. Se trabaja, especialmente, con los j¨®venes, a los cuales se les est¨¢ formando para que ellos mismos se conviertan en activistas y se encarguen de la sensibilizaci¨®n entre sus compa?eros.
El CEDIAM tambi¨¦n promociona, especialmente entre los j¨®venes, un programa de Educaci¨®n a la Vida y al Amor (EVA), que habla principalmente de prevenci¨®n, enfermedades de transmisi¨®n sexual, SIDA¡ Me explica Marta que todos estos programas parten de los valores cat¨®licos y que, por eso, integran la sexualidad en un contexto m¨¢s amplio.
Como siempre, la financiaci¨®n es el gran problema del proyecto, m¨¢s en estos tiempos de crisis y recortes. Marta me comenta que necesitan m¨¢s dinero para atender a los hu¨¦rfanos y para poder contratar a m¨¢s personal. Las ayudas casi no llegan y la Di¨®cesis de Pala tiene que cubrir la mayor¨ªa de los gastos, pero su presupuesto tampoco permite mucho m¨¢s.
Calle de Pala.
El otro gran desafi¨® con el que se encuentra Marta, como coordinadora del CEDIAM, es el de conocer mejor las pr¨¢cticas culturales de la zona para poder prevenir, de forma efectiva, que la enfermedad siga ceb¨¢ndose m¨¢s en las mujeres que en los hombres. Las estad¨ªsticas que me presenta, solo del centro de Pala, muestran que casi el 80% de los casos positivos registrados en los ¨²ltimos 6 meses corresponden a mujeres. Poligamia, sometimiento, abusos sexuales y otras pr¨¢cticas mantenidas en nombre de la tradici¨®n tienen mucho que ver con este desequilibrio. Pero Marta quiere conocer m¨¢s para poder dise?ar un programa de prevenci¨®n m¨¢s eficaz.
Marta Barral es miembro de la Asociaci¨®n Amahoro y lleva a?os dedicada a la cooperaci¨®n, sobre todo trabajando en programas de apoyo y empoderamiento de mujeres en Burundi y ahora en Chad. Con otra organizaci¨®n tambi¨¦n ha estado en Timor Oriental.
Le hago la t¨ªpica pregunta que se hace cuando se visita un programa sobre SIDA que est¨¢ dirigido por la Iglesia cat¨®lica: ?qu¨¦ pasa con los preservativos? ?Os opon¨¦is a su uso? La respuesta es similar a la de tantos miembros de esa instituci¨®n que trabajan en el continente africano: ¡°claro que no, siempre hay que optar por la vida. El problema del no uso de condones aqu¨ª es m¨¢s una barrera cultural. Cuesta mucho cambiar las tradiciones, se necesita mucha paciencia para eso¡±.
TODAS LAS FOTOS, CHEMA CABALLERO
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