Luxemburgo celebra boda real en un ambiente irreal
El pr¨ªncipe Guillermo, heredero del Gran Ducado, se casa con la condesa St¨¦phanie de Lannoy, en un enlace al que asisten los Pr¨ªncipes de Asturias y representantes de todas las casas reales
Hay historias tan perfectas que cuesta creer que existan. La del pr¨ªncipe Guillermo de Luxemburgo (11 de noviembre de 1981), ¨²ltimo pr¨ªncipe heredero soltero de Europa, y la condesa St¨¦phanie de Lannoy de B¨¦lgica (18 de febrero de 1984) no desentona en ese mosaico de cuentos infantiles de pr¨ªncipes y princesas que desatan la imaginaci¨®n y los deseos de verlos convertidos en realidad en quien los lee. Como todas las historias perfectas, su guion tambi¨¦n cuenta con su propia banda sonora.
El original t¨ªtulo de la pieza musical es I¡¯m in love, compuesta por el m¨²sico luxemburgu¨¦s Joel Heyard. De la letra se puede decir que cumple con las expectativas del t¨ªtulo: ¡°Todo lo que necesito es que est¨¦s a mi lado, nunca supe que podr¨ªa sentir as¨ª. ?Puedes sentir que eres la ¨²nica para m¨ª? ?Puedes sentir que eres la ¨²nica en quien conf¨ªo?¡±. A los futuros esposos les ha encantado este regalo de boda, como grandes amantes de la m¨²sica que se declaran. Para aquellos que no fueran invitados a la ceremonia civil celebrada el viernes o a la religiosa del s¨¢bado, sepan que la canci¨®n est¨¢ disponible en iTunes y en la oficina de turismo de Luxemburgo.
An¨¦cdotas musicales aparte, los preparativos de la boda han estado envueltos en una atm¨®sfera tan discreta que no han dejado mucho margen a los esc¨¢ndalos que suelen envolver a otras casas reales. Todas las apariciones de los futuros esposos se han caracterizado por la superficialidad de las declaraciones, evitando entrar en pol¨¦micas en torno a algunas cuestiones. Pero no han podido eludir algunas preguntas.
El coste de la boda, a cargo del erario p¨²blico del pa¨ªs m¨¢s rico de la UE, es de 350.000 euros, algo criticado por los luxemburgueses y defendido por el heredero del Gran Ducado: ¡°Est¨¢n convocadas un gran n¨²mero de personalidades internacionales, algo importante para la imagen del pa¨ªs. Todo esto tiene, inevitablemente, un coste¡±, se disculp¨® Guillermo hace una semana ante algunos periodistas.
Tambi¨¦n se ha hablado mucho sobre la sospechosa celeridad con la que se han gestionado los tr¨¢mites de nacionalizaci¨®n de su prometida, St¨¦phanie de Lannoy. Los luxemburgueses tienen la impresi¨®n de que la condesa ha recibido trato de favor, a lo que la arist¨®crata belga responde con un dudoso ejercicio de coherencia: ¡°Me entristece que haya personas que piensen que he recibido un trato privilegiado. Creo que mi caso es especial, as¨ª que requer¨ªa medidas extraordinarias¡±. Este viernes, la novia del pr¨ªncipe Guillermo renunciar¨¢ a su nacionalidad belga para abrazar la de su futuro marido.
M¨¢s all¨¢ de estos debates, lo cierto es que la sociedad luxemburguesa apoya a la instituci¨®n, refrendada en 1919, algo que en algunos pa¨ªses, como el nuestro, nunca se ha experimentado. Guillermo, de la dinast¨ªa Nassau, est¨¢ llamado a ser el sucesor de su padre, el gran duque Enrique I de Luxemburgo, que reina desde el a?o 2000, cuando su padre abdic¨® para que tomase el relevo al frente del Gran Ducado. A diferencia de su progenitor, casado con Mar¨ªa Teresa Mestre Batista, cubana nacida en el seno de la alta sociedad anterior a la revoluci¨®n castrista, con la que tuvo otros cuatro hijos, Guillermo contraer¨¢ matrimonio con una noble, rompiendo tambi¨¦n con la tendencia de los ¨²ltimos a?os entre la realeza europea de casarse con gente ajena a la aristocracia. El repertorio es amplio: el pr¨ªncipe Guillermo de Inglaterra, con la joven burguesa Catalina Middleton; la princesa Victoria de Suecia, con Daniel Westling, su entrenador personal; Federico de Dinamarca, con Mary Donaldson, consultora de marketing; Alberto de M¨®naco, con Charlene Witt?stock, nadadora, y el pr¨ªncipe Felipe, con la periodista Letizia Ortiz.
En contraste con algunos de estos casos, la condesa St¨¦phanie de Lannoy siempre se ha movido por los mismos ambientes que su prometido, con quien comparte tambi¨¦n amistades. As¨ª fue como se conocieron, seg¨²n declararon al peri¨®dico luxemburgu¨¦s Wort. A Guillermo solo se le conoce una novia antes de iniciar la relaci¨®n con la condesa. Sus amistades en Alemania, donde recalaron ambos para su formaci¨®n, fueron los hilos que entretejieron la relaci¨®n, que a la vista de sus declaraciones parece sacada de una f¨¢bula. St¨¦phanie no se ruboriz¨® al reconocer que cree en los pr¨ªncipes azules: ¡°No solo creo que existan, sino que adem¨¢s lo he encontrado¡±. La joven arist¨®crata ha vivido hasta ahora con sus padres en el castillo de Anvaing, en la provincia valona de Henao, pero tras el enlace se trasladar¨¢ al de Colmar-Berg, residencia oficial de los grandes duques, donde esperan poder formar una familia numerosa para ¡°continuar la tradici¨®n¡±.
La historia de la pareja, la relaci¨®n id¨ªlica que han cimentado, est¨¢ tan bien narrada que cuesta creer en la espontaneidad de sus protagonistas. Todo est¨¢ medido al mil¨ªmetro, ninguna frase es ingenua o gratuita. Comparecen juntos como si tratasen de evitar discordancias involuntarias. Algunos medios, recuperando la memoria sobre las malas relaciones entre la madre de Guillermo y su abuela, Josefina Carlota de B¨¦lgica, hermana de los reyes Balduino y Alberto II, han intentado indagar en el trato entre la joven condesa y su futura suegra. Lo ¨²nico que ha trascendido es que a ra¨ªz de la reciente muerte de la madre de St¨¦phanie, el 26 de agosto, la gran duquesa ha apoyado con cari?o a la novia en los preparativos de la boda.
Esta tarde se ofici¨® la uni¨®n civil en el Ayuntamiento de la capital a la que seguir¨¢ una cena de gala en el palacio ducal. Ma?ana se celebrar¨¢ la ceremonia religiosa en la catedral de Notre Dame (Luxemburgo) y un almuerzo en palacio. A ella asistir¨¢n los Pr¨ªncipes de Asturias junto con una larga lista de representantes de la realeza europea que dibujar¨¢n, con la esperable pompa, el paisaje de una boda para la posteridad.
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