El Nobel de la Uni¨®n Europea
La Uni¨®n deber¨ªa prestar m¨¢s atenci¨®n a contribuir al proceso de paz entre Israel y el mundo ¨¢rabe
Cuando se anunci¨® la concesi¨®n del Premio Nobel de la Paz de este a?o a la Uni¨®n Europea, me alegr¨¦ mucho.
Hubo otros menos entusiasmados, incluso esc¨¦pticos y c¨ªnicos.
?Por qu¨¦ homenajear a la UE, dec¨ªan esos incr¨¦dulos, precisamente cuando est¨¢ envuelta en unas dificultades econ¨®micas tan inmensas?
Otros se preguntaron por qu¨¦, si el comit¨¦ noruego estaba tan encantado con la Uni¨®n Europea, su pa¨ªs ha rechazado una vez y otra la incorporaci¨®n y ha preferido seguir su propio camino, sin el peso de la burocracia de Bruselas.
Y hubo otros que dijeron que pod¨ªa haber sido peor: ?pod¨ªan haber dado a la UE el Premio Nobel de Econom¨ªa!
Pero el comit¨¦ del Nobel ten¨ªa una visi¨®n m¨¢s amplia, y yo tambi¨¦n. Una visi¨®n que se remonta a hace m¨¢s de sesenta a?os, justo despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial.
En 1946, Winston Churchill, en un discurso pronunciado en Z¨²rich, habl¨® de la necesidad de ¡°volver a crear la familia europea¡± y permitirle ¡°vivir en paz, seguridad y libertad¡±. ¡°El primer paso¡±, propuso, ¡°debe ser una asociaci¨®n entre Francia y Alemania¡±.
El ministro de Exteriores franc¨¦s, Robert Schuman, y su principal colaborador, Jean Monnet, recogieron el testigo y proclamaron: ¡°Para que las naciones de Europa se unan es necesario eliminar la vieja rivalidad entre Francia y Alemania¡±.
Y as¨ª comenz¨® el proceso de la integraci¨®n europea, con el reconocimiento de que la construcci¨®n de una interdependencia econ¨®mica, primero a trav¨¦s del carb¨®n y el acero y despu¨¦s ampli¨¢ndola a otros ¨¢mbitos, ayudar¨ªa a sostener la evoluci¨®n pol¨ªtica de la guerra a la paz.
Este esfuerzo visionario, que algunos pusieron en duda desde el principio, ha obtenido unos resultados extraordinarios.
Nos recuerda que existen dos elementos del liderazgo pol¨ªtico muy necesarios en cualquier etapa de la historia: la capacidad de ver m¨¢s all¨¢ de los problemas del momento e imaginar un ma?ana m¨¢s brillante, y la capacidad de convertir una idea en realidad.
Pensemos en los tres principales triunfos de la UE hasta ahora.
Lo primero que se consigui¨® fue el objetivo de Churchill, Schuman y Monnet. Hoy es impensable una guerra entre Francia y Alemania, despu¨¦s de un pasado que incluye tres conflictos devastadores entre 1870 y 1945. La frontera entre los dos pa¨ªses, en otro tiempo marcada por la l¨ªnea Maginot que construyeron los franceses para defenderse contra una invasi¨®n alemana, es una frontera abierta y sin vigilancia.
En segundo lugar, Grecia, Portugal y Espa?a se deshicieron de sus reg¨ªmenes autoritarios y, atra¨ªdos por la llamada de la integraci¨®n europea y sus beneficios, se incorporaron a la Uni¨®n, un paso que contribuy¨® a consolidar la democracia y la paz en una zona a¨²n m¨¢s amplia.
Y tercero, 10 sociedades poscomunistas, desde los Estados b¨¢lticos en el Norte hasta Bulgaria en el Sur, hicieron todo lo posible para avanzar con rapidez hacia la integraci¨®n en la UE y dieron lugar as¨ª a una regi¨®n de 27 pa¨ªses en la que los ciudadanos ya no temen la guerra ni luchan sin cesar por territorios antes en disputa como Alsacia-Lorena y Transilvania.
Y ahora tenemos ante nosotros una cuarta perspectiva, la posibilidad de acabar con unos conflictos que datan de hace siglos y que han hecho del nombre Balcanes un sin¨®nimo de diferencias irreconciliables. Croacia entrar¨¢ en la Uni¨®n el pr¨®ximo a?o, y Albania, Bosnia, Macedonia, Montenegro y Serbia son aspirantes a hacerlo en el futuro. Pero, por ejemplo, Macedonia sabe que no entrar¨¢ mientras no resuelva sus diferencias con dos miembros de la UE, Bulgaria y Grecia, igual que Turqu¨ªa no tiene ninguna posibilidad hasta que se siente con Chipre, que es miembro de la Uni¨®n, y encuentre una soluci¨®n aceptable, al menos, a la divisi¨®n pol¨ªtica actual de la isla.
En definitiva, creo que el Premio Nobel no pod¨ªa ser m¨¢s oportuno. Es un recordatorio necesario de lo que de verdad es la Uni¨®n Europea. Un continente hist¨®ricamente asolado por una guerra detr¨¢s de otra, y cuyo suelo se ha empapado con la sangre de millones y millones de personas muertas debido a teor¨ªas raciales, disputas religiosas, reivindicaciones territoriales, la egoman¨ªa de los dirigentes, razones econ¨®micas y m¨¢s, ya puede dormir tranquilo sin temer un nuevo brote de violencia transfronteriza.
Aunque, como es l¨®gico, la Uni¨®n Europea est¨¢ hoy preocupada por los problemas internos, a largo plazo puede desempe?ar un papel fundamental en una quinta frontera: Oriente Pr¨®ximo. En concreto, la UE deber¨ªa prestar m¨¢s atenci¨®n a c¨®mo contribuir a garantizar el proceso de paz entre Israel y el mundo ¨¢rabe, a partir de sus propias experiencias sobre resoluci¨®n de conflictos.
?Parece poco realista o ingenuo? Quiz¨¢, pero no m¨¢s ingenuo que Churchill, Schuman y Monnet cuando previeron un mundo diferente hace 60 a?os.
David Harris es director ejecutivo del Comit¨¦ Jud¨ªo Americano (AJC).
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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