?Y si el PSOE dijera¡?
Los socialistas deben reconocer sus culpas y mostrar su voluntad de rectificaci¨®n y cambio
Imag¨ªnense por un momento que un responsable del PSOE se dirigiera a los espa?oles y les dijese algo del siguiente tenor:
¡°Somos conscientes de que durante la segunda legislatura del Gobierno socialista, algo se rompi¨® entre el partido y la ciudadan¨ªa. Hasta la llegada de la crisis, hab¨ªa un elevado nivel de complicidad entre los progresistas de este pa¨ªs y los Gobiernos de Zapatero. Mucha gente aprobaba nuestras iniciativas, ya fuera la extensi¨®n de los derechos civiles y sociales, las reformas democr¨¢ticas (como la independencia de RTVE), la Ley de Dependencia o el proceso de paz¡±.
¡°Con la crisis, sin embargo, las cosas cambiaron. Ni nosotros, ni el Partido Popular, ni otros Gobiernos europeos, ni los organismos internacionales, esper¨¢bamos una crisis econ¨®mica de la magnitud que estamos sufriendo. Al principio, pensamos que con pol¨ªticas de est¨ªmulo de la actividad econ¨®mica conseguir¨ªamos salir del agujero. De hecho, a finales de 2009 se ve¨ªan s¨ªntomas de recuperaci¨®n. Pero las cosas se complicaron cuando en Europa apareci¨® un problema inesperado con la deuda p¨²blica de los pa¨ªses del sur de Europa m¨¢s Irlanda. La crisis de la deuda est¨¢ siendo espec¨ªficamente europea y tiene mucho que ver con los desequilibrios que se produjeron durante la primera d¨¦cada de funcionamiento del euro y con el papel disfuncional del Banco Central Europeo. En 2010 la situaci¨®n se volvi¨® muy complicada para Espa?a. Lo que hab¨ªa empezado siendo un problema de liquidez se transform¨® en un problema de solvencia. El pa¨ªs se asom¨® al abismo en el mes de mayo de aquel a?o. Nuestros socios de la Uni¨®n Europea nos pidieron que aprob¨¢semos un duro programa de ajuste para corregir el d¨¦ficit p¨²blico y generar confianza en nuestra capacidad de pagar las deudas. Anunciamos en el Parlamento un recorte de 15.000 millones de euros e iniciamos un programa de reformas estructurales que afectaba a pensiones, mercado de trabajo y sistema financiero¡±.
¡°Si lo comparamos con lo que vino despu¨¦s, con lo que ha hecho el PP desde que lleg¨® al poder, el recorte fue relativamente peque?o. No obstante, supuso un cambio brusco de direcci¨®n pol¨ªtica que muchos ciudadanos no entendieron. Aunque no tuvimos mucha alternativa entonces, debemos reconocer hoy nuestro error: las pol¨ªticas de austeridad est¨¢n empobreciendo a muchos ciudadanos y no consiguen hacer que la econom¨ªa crezca. Hicimos lo que nos pidieron, pero fue en vano. Al igual que sucedi¨® en otros pa¨ªses, las pol¨ªticas de austeridad han tenido un impacto muy limitado en el d¨¦ficit p¨²blico, no han detenido el aumento de la deuda y han condenado a los pa¨ªses m¨¢s endeudados a una nueva recesi¨®n de la que es dif¨ªcil ver el final¡±.
Hay que empezar? por reconocer las causas del descr¨¦dito actual
¡°No obstante, conseguimos durante nuestra etapa de Gobierno evitar el rescate que padecieron Grecia, Irlanda y Portugal. Y nuestra prima de riesgo se situ¨® por debajo de la de Italia, de manera que Espa?a no estaba permanentemente en el punto de mira de los inversores y los organismos internacionales. Sin embargo, desde que abandonamos el poder, las cosas han empeorado considerablemente: Rajoy ha tenido un comportamiento irresponsable con la presentaci¨®n de los Presupuestos de 2012, el esc¨¢ndalo financiero de Bankia y la gesti¨®n (p¨¦sima) de los recortes, hasta el punto de que hoy el rescate parece inevitable¡±.
¡°Por lo que toca a nuestra gesti¨®n, no acertamos en el reparto de las cargas. Nuestro ajuste estuvo demasiado escorado hacia el recorte del gasto y apenas incidimos en el aumento de los ingresos. Y no luchamos con suficiente ¨ªmpetu contra el fraude fiscal y la econom¨ªa sumergida. Nos falt¨® imaginaci¨®n y determinaci¨®n. Se pod¨ªa haber puesto en marcha un plan de choque para mitigar el blanqueo de dinero, la constituci¨®n fraudulenta de las SICAV y el fraude generalizado entre tantos profesionales aut¨®nomos y empresarios que apenas declaran ingresos¡±.
¡°La situaci¨®n actual nos obliga a replantearnos algunas de nuestras acciones pasadas. Si vamos a sanear el sistema bancario entre todos los espa?oles, ser¨ªa justo pedir a los bancos un plan de rescate a gran escala para las familias hipotecadas que no pueden afrontar sus deudas. Resulta inaceptable que salvemos a los bancos con la deuda p¨²blica del Estado espa?ol y que estos pidan la ejecuci¨®n de los desahucios incluso en casos de familias desesperadas que son condenadas a la pobreza¡±.
Debemos recuperar su confianza con nuevas pol¨ªticas y con un partido sin ataduras con el pasado reciente. No podemos vivir del recuerdo
¡°Tenemos tambi¨¦n que replantear nuestra pol¨ªtica en la Uni¨®n Europea y buscar aliados que nos permitan recuperar cierto margen de maniobra para ocuparnos de los graves problemas generacionales que aquejan a nuestro pa¨ªs. Estamos condenando a una generaci¨®n entera a no tener futuro, a tener que sobrevivir en la precariedad, a base de ayudas familiares, mientras que los mejores se marchan de Espa?a en busca de oportunidades que aqu¨ª no encuentran¡±.
¡°Todos hemos aprendido en estos ¨²ltimos a?os. Sabemos que muchos ciudadanos nos han retirado su apoyo y no les ha faltado razones para ello. Hemos fallado a muchos, pero estamos empe?ados en recuperar su confianza, con nuevas pol¨ªticas y con un partido sin ataduras con el pasado reciente. No podemos vivir del recuerdo. Ahora se trata de convocar y atraer a quienes tengan ideas progresistas, fuera y dentro del partido, para forjar entre todos una gran coalici¨®n de intereses y valores desde la que hacer frente a las pol¨ªticas equivocadas de austeridad de las que nosotros mismos hemos sido en parte responsables. El partido se pondr¨¢ al servicio de la sociedad, prestando su capacidad de movilizaci¨®n y organizaci¨®n para que mucha gente vuelva a creer en la democracia representativa y en el proyecto socialdem¨®crata. Para ello, atraeremos a profesionales, intelectuales y ciudadanos comprometidos. Y debatiremos sobre ideas nuevas y rompedoras. El partido ha sido impermeable a la sociedad durante mucho tiempo y es momento de cambiarlo¡±.
Ya s¨¦ que todo esto son palabras y nada m¨¢s que palabras. Y que con palabras solamente no se arregla nada. No obstante, muchos se sentir¨ªan esperanzados si las oyeran en alguna ocasi¨®n. Ser¨ªa un primer paso y mostrar¨ªa voluntad de rectificaci¨®n y cambio. Si por alg¨²n sitio hay que empezar, parece l¨®gico que sea reconociendo la causa del descr¨¦dito actual.
Ignacio S¨¢nchez-Cuenca es profesor de Sociolog¨ªa. Su ¨²ltimo libro es A?os de cambios, a?os de crisis. Ocho a?os de Gobiernos socialistas (Catarata).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.