Se?alar a Espa?a
Las cr¨ªticas internacionales a la gesti¨®n de la crisis sirven para avalar pol¨ªticas fallidas
La situaci¨®n econ¨®mica espa?ola no ha estado ausente en la campa?a electoral norteamericana. Tampoco lo estuvo en las ¨²ltimas presidenciales francesas, en las que el socialista Hollande se impuso a Nicolas Sarkozy. Tanto en un caso como en el otro, Espa?a no ha sido solo mencionada por ser una de las grandes econom¨ªas mundiales golpeadas por la crisis, sino tambi¨¦n, y sobre todo, como ejemplo de desacertada gesti¨®n gubernamental y de insostenible situaci¨®n de las finanzas p¨²blicas. El ¨²ltimo en se?alar a Espa?a en campa?a electoral ha sido Barack Obama, destacando durante un programa televisivo la pasividad ante la burbuja inmobiliaria y la tardanza en reaccionar una vez que estall¨® y se desencaden¨® la crisis.
Las reiteradas referencias negativas a Espa?a en campa?as electorales de otros pa¨ªses son injustas si su trayectoria y su situaci¨®n se comparan con la de otras econom¨ªas. Pero esas referencias no revelan tanto el prop¨®sito de establecer por parte de los candidatos norteamericanos o franceses una escala en la gravedad de los casos como el de afianzar una explicaci¨®n de lo que est¨¢ sucediendo en la econom¨ªa mundial, desde la que justificar las decisiones adoptadas hasta ahora y las que se disponen a seguir adoptando. Es esa explicaci¨®n la que debe preocupar, no los agravios que las reiteradas referencias negativas a Espa?a infligen a ning¨²n orgullo patrio. La insistencia internacional en los errores cometidos por Zapatero y por Rajoy, que no se pueden negar, est¨¢n sirviendo para avalar una gesti¨®n europea de la crisis que no la resuelve y que, adem¨¢s, ha comenzado a proyectar fatal y peligrosamente sus devastadores efectos desde el ¨¢mbito econ¨®mico al pol¨ªtico e institucional, tanto en el seno de la Uni¨®n como en el interior de los Estados miembros.
Las dificultades a las que se enfrenta Espa?a no son distintas de las que atraviesa Italia ni de las que Francia podr¨ªa encarar en breve. Pero mientras las dificultades de Espa?a se sigan explicando como una merecida e inevitable expiaci¨®n de excesos propios, no como una letal combinaci¨®n de estos y de unas pol¨ªticas europeas equivocadas, el horizonte no solo ser¨¢ cada vez m¨¢s sombr¨ªo para los espa?oles, sino tambi¨¦n para Europa en su conjunto y para el resto de la econom¨ªa mundial, incluyendo Estados Unidos. Si Espa?a no consigue sobreponerse a los efectos de los errores econ¨®micos cometidos en el pasado es porque, adem¨¢s de otras razones de pol¨ªtica interna, el euro representa la ¨²nica zona monetaria donde los mercados siguen actuando sin correcciones, ni siquiera las que llevan a cabo los bancos centrales, como cuando se ceb¨® la crisis financiera que estall¨® en Estados Unidos y se propag¨® al resto del mundo.
Espa?a es ahora la v¨ªctima junto a Italia, como lo fueron antes Grecia, Irlanda y Portugal. No ser¨¢ la ¨²ltima si la Uni¨®n Europea no cambia de pol¨ªtica y si no prescinde de la explicaci¨®n expiatoria que inspira la actual. Pero de eso poco o nada se ha dicho en las campa?as electorales.
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