Calcetines obligatorios
La nueva ordenanza que regula la actividad de los taxistas en Madrid es mucho m¨¢s estricta y proh¨ªbe determinadas prendas de vestir
El Gobierno de Madrid aprob¨® el jueves pasado una nueva ordenanza que regula la actividad de los taxistas. Sustituye a la anterior, de 1980, y es un poco m¨¢s precisa (y m¨¢s estricta). Si entonces se les obligaba simplemente a ¡°cuidar su aspecto personal y vestir adecuadamente¡±, ahora se les proh¨ªbe, de manera expresa, utilizar ¡°prendas y calzado deportivo y de ba?o, as¨ª como pantalones cortos, camisetas sin mangas y sandalias¡±. Es obligatorio usar calcetines. Los castigos: multas de hasta 300 euros y prohibici¨®n de ejercer su actividad durante 15 d¨ªas.
Hay otros detalles que cambian respecto a la legislaci¨®n anterior. Deben tener el graduado de Educaci¨®n Secundaria (ESO), para garantizar un mejor trato a los extranjeros, y no se les pide ya un certificado de buena conducta, pero s¨ª un expediente sin antecedentes penales. En 1980 se les prohibi¨® tener enfermedades infecto-contagiosas: entonces se pensaba en la tuberculosis, hoy afecta a los que padecen sida.
La norma entrar¨¢ en vigor a finales de a?o y ser¨¢ entonces el momento de calibrar c¨®mo se toman las nuevas exigencias. El taxista es el paradigma puro del indignado. Quienes trabajan en este oficio andan todo el rato carg¨¢ndose de razones contra diferentes males que les complican seriamente su trabajo. Crece el precio de los combustibles, y se cabrean (con raz¨®n). Cada vez hay m¨¢s atascos, y se siguen enfadando (con mayor raz¨®n). Hay muchos automovilistas que conducen mal, lo que suele sulfurarlos (hacen bien, qu¨¦ caramba). Y, en fin, los clientes dejan mucho que desear: andan apurados, son exigentes, les presionan, se bajan a medio trayecto si hay exceso de paradas.
Adem¨¢s de todos estos males, ahora los taxistas tendr¨¢n que llevar siempre calcetines. Pongamos agosto a mediod¨ªa y bajo el peso de 40 inclementes grados (sin poder usar sandalias, ni pantal¨®n corto, ni camisetas sin mangas): es posible que la indignaci¨®n rompa en ese instante todos los r¨¦cords. Y seguro que tendr¨¢n raz¨®n una vez m¨¢s. Pero las normas son las normas. As¨ª que tendr¨¢n que acordarse del lado positivo: ?su jornada de trabajo ha quedado limitada a 16 horas! Bienvenidos, pues, esos calcetines.
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