Federico Trillo, un virrey en Londres
El exministro de Aznar lo dej¨® claro al poco de asumir el cargo: ¡°Soy un embajador pol¨ªtico¡± Desde su llegada hace cinco meses, la colonia espa?ola en Reino Unido ha cambiado a 18 cargos Forz¨® la dimisi¨®n de la secretaria general de la C¨¢mara de Comercio Espa?ola en Gran Breta?a
Embajador en Londres desde mayo, el exministro de Defensa Federico Trillo convoc¨® a la prensa espa?ola al poco de llegar y lo primero que dijo fue: ¡°Soy un embajador pol¨ªtico¡±. Luego estuvo una hora larga, muy larga, hablando de pol¨ªtica. Ahora empieza a quedar claro qu¨¦ es un embajador pol¨ªtico: alguien que no solo no quiere ser diplom¨¢tico, sino que proyecta una imagen de virrey que hace y deshace lo que le viene en gana. Aqu¨ª mando yo. Como un ministro.
Capaz de combinar la m¨¢s c¨¢lida afabilidad con el pu?o de hierro, Trillo est¨¢ dejando marca en Londres. En la embajada, desde luego, donde ha cambiado 18 cargos en cinco meses y parece despertar un miedo cerval entre funcionarios y empleados. ¡°Al que habla, lo fusilan. Te destituyen ma?ana¡±, se atreve a susurrar uno.
Pero la marca de Trillo est¨¢ quedando con especial brutalidad en las entra?as de la C¨¢mara de Comercio Espa?ola en Gran Breta?a, una instituci¨®n que parec¨ªa haber superado su hist¨®rica tendencia al desasosiego. El embajador, presidente honorario de la instituci¨®n, ha forzado el despido de la nueva secretaria general, nombrada por unanimidad apenas unos d¨ªas antes.
Como una jefa en la sombra
La llegada de Federico Trillo est¨¢ transformando la embajada en muchos sentidos. ¡°Los actos han cambiado¡±, explica un asiduo a las recepciones. ¡°Tengo la impresi¨®n de que hay un porcentaje muy alto de gente del Opus Dei. Una de las frases que m¨¢s se oyen es ¡®Nos conocemos de misa, ?verdad?¡¯. El 12 de octubre hab¨ªa hasta monjas. Nunca hab¨ªa visto monjas en la embajada¡±, a?ade.
Trillo no oculta que es del Opus Dei y de misa diaria. Ahora, lo primero que se ve al entrar en el sal¨®n de espera es la talla de un santo. ?l asegura que no es cosa suya. ¡°Alguien me dijo, ¡®mira, ha vuelto el santo¡¯, dando a entender que antes no estaba ah¨ª¡±, explica, como diciendo que otros, no ¨¦l, hab¨ªan decidido volver a ponerlo.
Hay otra repentina aparici¨®n en la que Trillo s¨ª tiene que ver: la de la diputada popular Julieta de Micheo, que ha generado cierto malestar entre los empleados. De ella se dice que da ¨®rdenes a los consejeros, que act¨²a como una jefa de gabinete en la sombra, y que va y viene por la embajada cuando quiere. ¡°Julieta es una amiga desde hace 20 a?os. Es como una hija y se aloja aqu¨ª porque es como de la familia¡±, explica. Pero asegura que su presencia ha sido solo temporal, para ayudarle durante el verano ol¨ªmpico, junto a otra diputada popular, Miriam Blasco. ¡°Julieta se fue nada m¨¢s acabar los Paral¨ªmpicos y volvi¨® solo para la paella¡±, explica en referencia a la recepci¨®n del 12 de octubre.
Un golpe de mano que Trillo justifica con argumentos legales, las grandes empresas acatan con pragmatismo y a otros les trae evocaciones de franquismo y derecho de pernada. ¡°Nos hemos bajado los pantalones¡±, sintetiza, apesadumbrado, un miembro de la junta. Uno de los que primero votaron por la candidata, y unos d¨ªas despu¨¦s, por cortarle la cabeza.
Todo empez¨® en julio, cuando el presidente de la C¨¢mara, Fernando P¨¦rez (director de la empresa de arquitectura Idom), le coment¨® al embajador que se iba la secretaria general, Silvia Estivill, y le pregunt¨® si ten¨ªa alg¨²n nombre en la cabeza. Quedaron en hablar m¨¢s adelante, explica Trillo, el ¨²nico de la decena de personas consultadas que no necesita anonimato para hablar del tema.
Cuando a la vuelta del verano el embajador volvi¨® a interesarse por el asunto, P¨¦rez le coment¨® que ya estaba resuelto. Hab¨ªan encontrado una perla: Bel¨¦n Amat-Mart¨ªn, hasta entonces representante en Reino Unido de Extenda, la Agencia Andaluza de Promoci¨®n Exterior, y en virtud de ese cargo tambi¨¦n miembro de la junta de la C¨¢mara. Y la junta directiva hab¨ªa expresado su acuerdo con un voto de respaldo un¨¢nime a la candidata.
P¨¦rez se qued¨® de piedra cuando el embajador, en lugar de felicitarle, ¡°mont¨® en c¨®lera¡±, seg¨²n una fuente que no est¨¢ en la junta pero conoce muy bien la instituci¨®n desde hace a?os. Otra fuente, que s¨ª est¨¢ en la junta, explica: ¡°Trillo dice que no entiende que queramos nombrar a una persona que trabajaba para un organismo que considera ¡®paralegal y anticonstitucional¡±. O como Trillo le dijo a P¨¦rez y este transmiti¨® a la junta directiva, una empresa que ¡°representa el despilfarro auton¨®mico¡±.
Se inicia entonces ¡°una presi¨®n brutal al presidente¡± para dar marcha atr¨¢s, dice una fuente. ¡°Una situaci¨®n grotesca¡±, define un miembro de la Junta. Trillo convoca a la embajada a los pesos pesados de la C¨¢mara. Ah¨ª est¨¢n Ricardo Laiseca (BBVA), Javier San Basilio (Mapfre), Juan Bot¨ªn (Santander), Jos¨¦ Melchor (Ferrovial Agrom¨¢n), Santiago G¨®mez (G¨®mez-Villares, ?lvarez y Atencia Abogados).
El embajador encarga al consejero de finanzas de la embajada, que es abogado del Estado y hombre de su m¨¢xima confianza, que elabore un informe jur¨ªdico sobre el nombramiento. Seg¨²n unos, el objetivo era encontrar alg¨²n argumento legal para justificar la destituci¨®n de Bel¨¦n Amat-Mart¨ªn. Seg¨²n Trillo, la cuesti¨®n legal ha sido siempre su ¨²nica reticencia hacia ella.
¡°Fernando me llama en julio para decirme que se va Estivill y que si conozco a alguien. Quedamos en hablar despu¨¦s del verano¡±, explica Federico Trillo. ¡°A la vuelta del verano me dice que ya lo ha resuelto con alguien de la junta directiva y que trabaja all¨ª. Yo le dije que eso son dos casos de nulidad. Y me contesta que el problema es que la chica se va a quedar sin trabajo. Fernando se encona y dice que no est¨¢ de acuerdo. Es que esto no es un tema pol¨ªtico, es jur¨ªdico, le explico¡±, a?ade el embajador.
Federico Trillo asegura que le sorprende que todo esto pueda tener alg¨²n inter¨¦s medi¨¢tico. No parece comprender que a algunos les parezca una intromisi¨®n inadmisible o que vean motivaciones pol¨ªticas en sus objeciones. ?l insiste en que es una cuesti¨®n legal, no pol¨ªtica, y enfatiza que una persona que estaba en la junta directiva no puede acceder a la secretar¨ªa general. Y se refugia en el dictamen del abogado del Estado.
Ese dictamen fundamenta la ilegalidad del nombramiento en que la persona elegida trabajaba para Extenda, una empresa ¡°que tiene una clara subordinaci¨®n a la pol¨ªtica del Gobierno andaluz¡±. ¡°Frente a una orientaci¨®n para fomentar las exportaciones de todas las empresas espa?olas, estar¨ªa la orientaci¨®n de Extenda de solamente fomentar las de las empresas andaluzas¡±.
Desde que lleg¨® hace cinco meses la Embajada ha cambiado 18 cargos. Trillo parece despertar un miedo cerval entre funcionarios y empleados. ¡°Al que habla, lo fusilan. Te destituyen ma?ana¡±, se atreve a susurrar uno
A?ade que no puede pasar de la junta directiva a secretaria general porque para ser miembro de la junta se exige ¡°no participar en obras y concursos que la C¨¢mara haya convocado, a menos que habiendo revelado su inter¨¦s la junta lo autorice¡±. A su juicio, ese punto ¡°constituye materialmente una prohibici¨®n a sus miembros para no participar en concursos u obras de la C¨¢mara¡± en el futuro, no en el pasado. Una interpretaci¨®n que choca con el precedente de que lo mismo ocurri¨® en la C¨¢mara espa?ola de Nueva York.
El tercer punto de incompatibilidad es que se ha valorado la experiencia de la candidata pese a que ¡°es conocido que la experiencia previa no puede servir de criterio para la adjudicaci¨®n de concursos p¨²blicos, puesto que eso ser¨ªa evidentemente contrario al principio de concurrencia y de igualdad de acceso¡±. Hay abogados que opinan que eso es as¨ª ¡°en los casos de contratos de suministro, no una contrataci¨®n directa¡±.
¡°El documento es completamente absurdo¡±, opina un miembro de la junta directiva. ¡°Le pedimos un informe legal a Cuatrecasas, que es concluyente al se?alar que hemos actuado de forma correcta¡±, apunta otro de los directivos de la C¨¢mara. A pesar de eso, la junta acab¨® votando por gran mayor¨ªa (14 a 3) el despido de la reci¨¦n nombrada secretaria general. Hoy la plaza sigue vacante.
¡°Decidimos el despido no porque nos pareciera que el nombramiento fuera incorrecto, sino para no enfrentarnos al embajador y a la embajada. Al votar hab¨ªa que decidir entre convicci¨®n y responsabilidad¡±, explica un miembro de la junta. ¡°Nos hemos bajado los pantalones¡±, acepta.
Otro miembro de la junta es menos dram¨¢tico. ¡°No es tan importante¡±, sostiene. ¡°Nadie cay¨® en que pod¨ªa haber un problema de incompatibilidades. Hay puntos v¨¢lidos en los dos informes legales. Esa es la realidad. En derecho, dos y dos no siempre son cuatro¡±, apunta.
Es de los pocos que creen que Trillo ¡°no ha hecho presi¨®n¡±. ¡°Ha hablado con gente para explicarles su postura. A lo mejor el origen del problema est¨¢ en que no se le consultara el nombramiento. A lo mejor las formas no se cuidaron muy bien y ¨¦l se sinti¨® ninguneado¡±, explica. Y concluye: ¡°?Tiene sentido que la C¨¢mara tenga a una persona que no es aceptada por el embajador? Se estaba perdiendo la confianza de la Embajada de Espa?a¡±.
Trillo asegura que le sorprende que la destituci¨®n de? Amat-Mart¨ªn despierte inter¨¦s medi¨¢tico. Insiste en que es una cuesti¨®n legal, no pol¨ªtica.
Otros son mucho m¨¢s dr¨¢sticos. ¡°Las grandes empresas dijeron que ser¨ªa un desastre ir contra la voluntad del embajador y que ser¨ªa la muerte. Y amenazaron con retirarse de la C¨¢mara. No tienen ni moral, ni principios, ni ¨¦tica¡±, sostiene una fuente.
¡°Llevo muchos a?os fuera y pensaba que estas cosas no eran del todo ciertas, que se exageraba mucho por ideolog¨ªa. Pero ahora tengo la sensaci¨®n de que lo que se hac¨ªa hace 40 a?os durante la dictadura y lo que se hace ahora es lo mismo. No veo diferencia entre esto y los pucherazos del siglo XIX¡±, se?ala otra fuente.
¡°Esto es chavismo. Es anacr¨®nico. Es una visi¨®n patrimonial del ejercicio del poder y de la Administraci¨®n. Es la vuelta al derecho de pernada. ?C¨®mo, que he estado ocho a?os cercando la ciudad y ahora que la he conquistado no puedo saquearla?¡±, ironiza otra fuente.
Hay quien estima que toda esta pol¨¦mica le ha costado a la entidad entre 30.000 y 40.000 libras (hasta 50.000 euros), una cantidad muy importante para su presupuesto. Un socio alerta sobre las consecuencias futuras. ¡°A nosotros no nos afecta como empresa, pero nos da una excusa perfecta para dejar de pagar la cuota sin tener ninguna deuda moral¡±, opina. ¡°Es el golpe de gracia. No solo por lo que ha pasado, sino por el momento en que ha ocurrido, con las empresas espa?olas poco dispuestas a pagar la cuota. El d¨ªa que toque renovar, no renovaremos. Lo he comentado con varias compa?¨ªas y pensamos igual¡±, a?ade.
¡°Ya lo dije nada m¨¢s llegar. Soy un embajador pol¨ªtico. Y creo que eso es lo que hace falta ahora¡±, insiste Federico Trillo, exministro, pero mucho m¨¢s que embajador: un virrey en Londres.
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