Del cine y la caspa
Una de las mofas sobre el cine realizado en Espa?a es que tenga car¨¢cter de cine de pa¨ªs pobre
Cuando leo uno de esos art¨ªculos dedicados a la magia de la gran pantalla, de sala oscura, de los sue?os que se esfuman cuando nuestros ojos han de acostumbrarse a la cruda realidad; cuando leo eso, digo, me sale una urticaria que yo calificar¨ªa de saludable, porque me avisa de lo que no tengo que escribir jam¨¢s. Yo cre¨ªa que las columnas dedicadas a la sala oscura y su cursi retah¨ªla eran cosa del pasado, que aquellos plumillas old fashion hab¨ªan ido muriendo, pero se ve que hay un tipo de columnista vintage que reincide, encontrando el tema de actualidad por aquello de la crisis del cine. Se lleva lo retro. Vuelve el color caqui, el empapelado y la nostalgia del ayer. Cuando me da un brote de fiebre retro, porque nadie est¨¢ libre, leo a Camba, que escrib¨ªa siempre en estricto presente, o a Gila, o a mi querido Azcona, para que me iluminen. A uno le pido que me d¨¦ ligereza (Camba); a otro, el humor del inocente (Gila), y al tercero, la iron¨ªa seca (Azcona). Tres dosis para un ant¨ªdoto contra la aspereza espa?ola. Los tres le sacaron partido al hecho de haber nacido en un pa¨ªs atrasado.
Todo esto ven¨ªa porque me dispon¨ªa a escribir una defensa cerrada del cine en las salas, no en las ¡°de estar¡±, sino en las perfumadas con ese ambientador que tanta poes¨ªa de cineclub ha inspirado, cuando me dije: detente, que de defender las salas a acabar teniendo caspa hay un paso. Por fortuna, me sali¨® al paso un art¨ªculo del cr¨ªtico Diego Gal¨¢n, que es uno de esos cr¨ªticos que aunque padece como todos la melancol¨ªa propia de estos tiempos, se vacuna de la nostalgia empalagosa antes de ponerse a escribir. Diego es un t¨ªo que est¨¢ al d¨ªa: anda por los cines, por los teatros, amaba a los c¨®micos de antes y comprende a los de ahora. Y eso que todos sabemos que a los c¨®micos hay que echarles de comer aparte y que te quieren como quieren los ni?os, a ratos. Hablaba Gal¨¢n de la pel¨ªcula Lo imposible, que est¨¢ llenando salas. Pero el cr¨ªtico, lejos de sucumbir a la prosa de cineclub, hablaba de c¨®mo esta pel¨ªcula espa?ola que est¨¢ arrasando en taquilla trata de una cat¨¢strofe lejana, lo hace con el lenguaje de las pel¨ªculas de aventuras americanas, est¨¢ hablada en ingl¨¦s y protagonizada por actores extranjeros. Como Diego, no ser¨¦ quien critique que un director, Bayona, haya podido realizar un cine de un g¨¦nero que tiene sus maestros en Am¨¦rica y no aqu¨ª, pero estoy muy de acuerdo en la distinci¨®n que hace del cine de pa¨ªses pobres y el de pa¨ªses ricos.
Cuando en una pel¨ªcula act¨²an actores anglosajones ocupa m¨¢s espacio y m¨¢s tiempo en la prensa
Una de las mofas m¨¢s frecuentes sobre el cine realizado en Espa?a es que tenga car¨¢cter de cine de pa¨ªs pobre. Es decir, que no despegue del costumbrismo. Y para establecer comparaciones humillantes siempre se pone el ejemplo de alguna pel¨ªcula de pa¨ªs rico, es decir, de gran presupuesto, espectacular, rodada en ingl¨¦s y con actores internacionales. Esto ha acabado calando en la manera en que los medios tratan el cine: cuando una pel¨ªcula es taquillera, aparece constantemente en las secciones culturales; cuando en una pel¨ªcula act¨²an actores anglosajones, ocupa m¨¢s espacio y m¨¢s tiempo en la prensa; ya no digamos cuando se trata de una producci¨®n americana, entonces los medios ceden minutos y minutos de publicidad gratuita. Es ir¨®nico que se afirme que uno de los problemas del cine espa?ol es que carece de presupuesto para su promoci¨®n. El cine americano, sin embargo, dedica una gran partida del presupuesto de una pel¨ªcula a la publicidad, aunque en Espa?a se encuentra con la feliz circunstancia de que la promoci¨®n se le brinda gratis. No ha habido telediario en las televisiones p¨²blicas que no le dedicara gran parte de su tiempo cultural a la divulgaci¨®n de Skyfall, el nuevo 007. ¡°Al que tiene le ser¨¢ a?adido, al que no tiene le ser¨¢ negado¡±, dice el Evangelio. Eso se cumple as¨ª en el terreno cultural, retroalimentando el ¨¦xito de los que ya desde la casilla de salida son caballos ganadores. Ocurre en todas las artes, pero m¨¢s en el cine, por ser un arte siempre caro y por tener en los pa¨ªses pobres (como el nuestro) una industria peque?a, que necesita mayor protecci¨®n y que suele provocar, por eso, m¨¢s sentimientos encontrados. No ayuda a nuestros productores, por cierto, que los medios alimenten una pol¨¦mica entre un actor y un pol¨ªtico del Partido Popular con incontinencia tuitera, porque eso pone en marcha la inquina que se le tiene al sector cinematogr¨¢fico, herido de muerte en estos momentos. Un pol¨ªtico no deber¨ªa entrar en lo que diga Bardem en la rueda de prensa de promoci¨®n de una pel¨ªcula. Tampoco es un asunto de primera plana. Si as¨ª fuera, Sean Penn u Oliver Stone deber¨ªan estar siempre en primera de los peri¨®dicos americanos. Por lo dem¨¢s, solo un apunte de las declaraciones del actor: por mucho que se est¨¦ en contra de las medidas del actual Gobierno, no hay partido pol¨ªtico en el poder al que el paro le favorezca. Entre otras cosas, porque el paro no ayuda a ganar elecciones.
No ayuda que los medios alimenten una pol¨¦mica entre un actor y un pol¨ªtico del PP con incontinencia tuitera
Si las salas del futuro exhiben solo productos exitosos, habr¨¢ que reproducir la experiencia cinematogr¨¢fica en casa: a oscuras, en su pantalla, con su ambientador¡ Alg¨²n columnista cursi encontrar¨¢ la po¨¦tica del asunto y tendr¨¢ el cuajo de publicarlo. D¨¢ndolo todo. Como si nadie lo hubiera escrito antes.
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