Leonor Serrano Pablo, morir educando
En las ¨²ltimas manifestaciones no dejamos de leer la frase ¡°el peor enemigo de un Gobierno corrupto es un pueblo culto¡±. Y eso es justo lo que va a sufrir la precariedad en nuestro pa¨ªs: la cultura. Pero si ahora miles de personas est¨¢n luchando por mantener un derecho tan fundamental y necesario como es la educaci¨®n, a principios de siglo XX existieron personas que marcaron un antes y un despu¨¦s¡
Una de esas personas fue una mujer: Leonor Serrano Pablo. Manchega, natural de un pueblecito lleno de cuestas y rodeado del pasto dorado que caracteriza estas tierras: Hinojosas de Calatrava. Cuestas que la hicieron fuerte para subir hacia donde ella quiso. O... hasta donde la dejaron. Naci¨® en 1890 y a los seis a?os se top¨® con la reina Regente entre estas calles que la vieron nacer. No sabemos cu¨¢les fueron los motivos de la visita de la reina a Hinojosas, pero lo que s¨ª sabemos es que se qued¨® perpleja al observarla y decidi¨® becarla. En 1898 viaj¨® a Madrid y estudi¨® en la Escuela Superior de Magisterio. En 1914 viaj¨® hasta Roma para dar un paso m¨¢s en el tema educativo y estudiar el m¨¦todo de la doctora Mar¨ªa Montessori. En Barcelona, donde pose¨ªa una plaza como inspectora de escuelas, insisti¨® para que el Ayuntamiento adoptase este m¨¦todo, el m¨¦todo Montessori, con un objetivo claro: asegurar que los ni?os preescolares empezaran su formaci¨®n y ayudar a las madres a escapar de esas cuatro paredes que las retienen en casa, ir m¨¢s all¨¢ hacia una nueva cultura donde se conciliase la vida familiar y la laboral.
Esta mujer supuso un punto clave en las investigaciones en la ense?anza de p¨¢rvulos y fue la que propuso ampliar la edad en la Escuela Obligatoria adem¨¢s de apostar por la ense?anza en los adultos. Como mujer y feminista en su ¨¦poca defendi¨® el derecho al voto, el pecado mortal de Clara Campoamor. Ese mismo derecho que no defend¨ªan muchos diputados afirmando que las mujeres eran inferiores e incapaces intelectualmente porque ¨¦ramos diferentes ¡°naturalmente¡±, o porque ¡°las mujeres ten¨ªan caracter¨ªsticas negativas por naturaleza¡±*. Primero, dec¨ªan, hab¨ªa que culturizarnos, educarnos. Y despu¨¦s, ¡°si eso¡±, poder votar. En el a?o 1900 era una mujer la que estudiaba por cada 15.000. Y entre los a?os 1919 y 1920 ascendi¨® al 2%.
Leonor Serrano lleg¨® a ser pedagoga, jurista, abogada y escritora. Una persona que luch¨® por muchos derechos, entre ellos la lucha en contra del analfabetismo. Pero la Guerra Civil fue la cuesta que m¨¢s dura se le hizo. Su marido, Josep Xandri Pich, y su hijo Andreu fallecieron en los bombardeos. March¨® a Francia, como tantos otros exiliados, y en 1939 viaj¨® a Madrid. Adem¨¢s de a su marido y a su hijo, le arrebataron tambi¨¦n su sueldo y su empleo. Pudo mal vivir el resto de sus d¨ªas dando clase, aportando a la sociedad de la ¨¦poca aquello que mejor sab¨ªa hacer: educar. Muri¨® en 1942, antes de que el Tribunal Militar la condenara.
* Las citas entrecomilladas y la informaci¨®n posterior en relaci¨®n al porcentaje de las mujeres que pod¨ªan estudiar pertenecen aAna Aguado, qui¨¦n escribi¨® el art¨ªculo ¡°Entre lo p¨²blico y lo privado: sufragio y divorcio en la Segunda Rep¨²blica¡±. Ayer 60/2005 (4) 105-134. ISSN: 1137-2227. Es m¨¢s que recomendable esta lectura para entender la educaci¨®n entre dos aguas: la del voto femenino y la de la ley del divorcio en 1932.
Imagen de la Universidad de Castilla - La Mancha
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